Educación

30.000 niños valencianos tienen altas capacidades pero solo se han detectado 2.200

Muchos casos sin diagnosticar acaban en fracaso escolar, y otros son invisibles ya que pueden ser superdotados a la par que tener trastornos como el TDAH

"Muchas adolescentes reniegan cuando se lo detectan porque se espera de ellas que sean guapas, no listas", dice una experta

Niños en una clase de infantil del CEIP Constitució de Quart de Poblet.

Niños en una clase de infantil del CEIP Constitució de Quart de Poblet. / Fernando Bustamante

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Unos 30.000 niños valencianos tienen altas capacidades, según estimaciones de Educación, pero sólo se han detectado 2.222. Pese a que Conselleria de Educación lleva varios años formando a los profesores y orientadores, esta realidad sigue estando sepultada y no conocemos al 93 % de los menores con una inteligencia superior a la media.

Y hace nada se sabía aún menos. A penas mil antes de la pandemia, pero el reto para el año 2020-21 (último que hay datos) fue llegar a 2.222, y se espera seguir creciendo cada año para destapar el talento oculto que hay en las escuelas valencianas. De hecho, la Comunitat es quien más y mejor está detectando de todo el estado.

Un menor con altas capacidades es una niña o niño con una inteligencia superior al resto. Aprende más rápido y es capaz de profundizar más en las cosas. Suelen ser muy curiosos, hacen muchas preguntas y también suelen ser más sensibles de lo habitual, pero ni todos son genios, ni mucho menos iguales, según explica Anna Monzó, asesora del Cefire en Inclusión Educativa, profesora de la UV y autora de una tesis doctoral sobre la respuesta educativa a las altas capacidades.

Valencia. Victor Gomez profesor de valenciá, reportaje sobre los problemas de muchos profesores

Valencia. Victor Gomez profesor de valenciá, reportaje sobre los problemas de muchos profesores / Miguel Angel Montesinos

Aunque no lo parezca, tener altas capacidades es en muchas ocasiones un regalo envenenado. "Cuando el niño destaca por ser muy inteligente es un estigma porque no está bien visto por el resto de sus compañeros, al final acaba siendo un padecimiento", cuenta Monzó. De hecho, una gran parte de los niños con alta capacidades que no son diagnosticados acaban en fracaso escolar. "Dejan los estudios con la autoestima por los suelos y pensando que no valen o que no son competentes", cuenta Monzó. De ahí la importancia del diagnóstico.

De ello se encarga la Unidad Especial de Orientación (UEO) de Xàtiva, con profesionales formados en altas capacidades. El colegio o instituto avisa a la unidad y ellos lo detectan. El año pasado fueron 700 casos y en lo que llevamos de este ya se ha superado la cifra. Pese a todo, solo la mitad de los centros conocen esta unidad, que espera seguir promocionándose ya que la detección lleva aumentando mucho en dos años.

Los casos fáciles de detectar son los del alumno brillante, al que incluso se le pasa de curso por su inteligencia, pero existen muchos de "doble excepcionalidad", es decir, con altas capacidades pero también con trastornos como el TDAH, lo que hace mucho más difícil de detectar su condición.

Mal atendidos

Ahora mismo uno de cada cuatro profesores y la mitad de los orientadores tienen alguna formación para detectar las altas capacidades, y el objetivo es seguir enseñando a los docentes a ver el talento. Pero también es necesario cambiar la forma de dar clase.

Clase de infantil en un colegio de Quart de Poblet.

Clase de infantil en un colegio de Quart de Poblet. / FER

"La educación iguala a todos los alumnos, y cuando una niña con altas capacidades acaba sus ejercicios más rápido que el resto lo que hace el profesor es mandarle más. Eso es un error y solo provoca que el alumno se aburra. Hay que tener en cuenta que si ha acabado tan rápido es porque ha sido fácil para él o ella, por tanto hay que ponerle ejercicios más difíciles, que supongan de verdad un reto", explica Monzó.

Otra característica de las altas capacidades son las preguntas. "Estos niños están llenos de curiosidad así que hacen mil preguntas en clase, y rápidamente el docente les corta, y eso es malo. También suele ocurrir que les pidan contestar un ejercicio de una determinada manera, pero ellos igual han encontrado otra forma de hacerlo y son castigados por no hacerlo como lo pedía el profesor", remarca Monzó. Aspectos como estos son los que hay que limar en la educación.

Brecha de género

Hace dos años, el 80 % de los menores con altas capacidades que se detectaban en la C.Valenciana eran hombres, y el 20 % mujeres. Esto no significa que ellos sean más inteligentes, sino que había una clara brecha de género motivada por el machismo. El año pasado este porcentaje se arregló llegando al 50/50.

La razón es simple: "de las niñas no se esperan que sean inteligenetes, pero de los niños sí. Aún hay implantados estereotipos como ese. De hecho hay niñas que cuando se les detectan las altas capacidades en el instituto reniegan de ellas, no quieren que el resto lo sepa porque quieren ser guapas, no listas", remarca Monzó.

Valencia.UN niño recibe una clase particular en la academia AIP Languaje InIstitute

Valencia.UN niño recibe una clase particular en la academia AIP Languaje InIstitute / Fernando Bustamante

Sobre las altas capacidades siguen pesando muchos mitos. El primero es que las familias los sobreestimulan apuntando al niño o niña a muchas extraescolares. "Las altas capacidades no se crean, se nace con ellas así que no tiene nada que ver", explica Monzó.

Otro mito es que los menores con altas capacidades son tan inteligentes que aprenden solos, algo que también desmiente la experta. "Ellos necesitan un profesor que les haga de guía igual que cualquier niño, es un error muy grande despreocuparse de ellos. Es necesario ir poniéndole retos ajustados a su nivel", reivindica.

De hecho, lo peor que le puede pasar a un alumno o alumna con altas capacidades es no hacer nada de su nivel durante un curso. "Si un niño con altas capacidades no se detecta y se limita a hacer lo que mandan los profesores tiene el mismo efecto que si hubiera repetido un curso escolar", cuenta Monzó.

Para detectar estas capacidades y potenciarlas, la Generalitat creó el programa "Conectados" para intentar llegar a toda la comunidad educativa, mejorar la calidad del ejercicio y con el objetivo de desarrollar el talento de estos menores para que no se pierda.