Los presidentes autonómicos fijan la financiación como contrapeso a los pactos con Cataluña

La reforma del modelo de reparto marca el inicio del año cuando se cumple una década desde su caducidad

Mazón, Page, Azcón, López Miras, Rueda y Moreno, en el Congreso de los Diputados

Mazón, Page, Azcón, López Miras, Rueda y Moreno, en el Congreso de los Diputados / CHEMA MOYA/EFE

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Al sonar la decimosegunda campanada y entrar oficialmente en 2024, el sistema de financiación autonómica ha cumplido una década caducado. Aunque más que por la redonda efeméride, es el contexto de la política estatal el que ha llevado las reivindicaciones sobre su reforma y las peticiones de que no haya "un trato privilegiado a unos territorios sobre otros" a los discursos de fin de año de los presidentes autonómicos, tanto del PP como del PSOE, en una forma de marcaje al Gobierno central y sus pactos con los partidos independentistas catalanes.

"No cabe ni la insolidaridad ni la desigualdad", "no podemos consentir un trato privilegiado a unos territorios sobre otros" o "no vamos a tolerar que se quiebre la igualdad entre territorios y ciudadanos" son algunas de las frases que han inundado en las intervenciones que sirvieron a los presidentes autonómicos para dar su último discurso del año. En algunos casos ha habido menciones expresas a la financiación; en otras, ha sido algo más genérico, pero evidencia que su modificación será un asunto central en el debate en los próximos meses.

Lograr a un acuerdo no será sencillo, hay intereses cruzados y hasta contradictorios según territorios (algo que es independiente del partido que encabece el ejecutivo), aunque si hay algo pone de acuerdo a los presidentes que hicieron mención al reparto de recursos entre las autonomías es la llamada a evitar la "desigualdad" con la vista puesta en Cataluña. A la mayoría no les hizo falta mencionarla para saber que las apelaciones a la "igualdad" o a evitar "privilegios" iban dirigidas a las relaciones de esta autonomía con el Gobierno central.

Especialmente cuando días antes (el 26 de diciembre, con hasta cinco días de antelación respecto a los últimos presidentes autonómicos), el máximo responsable del Govern, Pere Aragonés, reclamó en su discurso navideño que 2024 fuera el año para acordar una "financiación [de Cataluña] con el Estado, que ponga fin a un déficit fiscal insoportable". Esa "financiación singular" genera la paradoja de que dificulta un acuerdo entre PP y PSOE, pero pone de acuerdo en su rechazo al resto de territorios del régimen general estén dirigidos por populares o socialistas.

"Centralismo armonizador"

"En ningún caso vamos a permitir que los vergonzosos pactos del Gobierno central con el independentismo nos releguen a los aragoneses como españoles de segunda", expresó el presidente de Aragón, Jorge Azcón, en su discurso al tiempo que señaló que es "imprescindible una nueva financiación autonómica que sea justa". "No vamos a tolerar que se quiebre la igualdad entre territorios y ciudadanos", fueron las palabras del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, también del PP, quien sitúa la reforma de la financiación como una "exigencia inexcusable".

Misma línea para otros dos presidentes populares. "No podemos consentir un trato privilegiado a unos territorios sobre otros", dijo en su intervención navideña el presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, una de las autonomías más perjudicadas por el actual sistema de reparto, mientras que la presidenta de Baleares, Marga Prohens, ha prometido que será reivindicativa ante el Gobierno central para exigir "una financiación justa" para las islas y autonomía fiscal, aunque en su caso, ha cargado contra "los intentos de centralismo armonizador" del ejecutivo de Sánchez.

El mensaje de todos ellos es similar al que envió el jefe del Consell, Carlos Mazón, el día 30 en su primer discurso de fin de año como president de la Generalitat. En este, Mazón se comprometió a exigir aquello que se le ha "negado" a la Comunitat Valenciana, como la financiación autonómica, para la que pidió "evitar que haya ciudadanos de primera y segunda", alejada de la "unilateralidad y el egoísmo". Mazón, que ha propuesto encuentros con las autonomías vecinas, ha excluido de estas al presidente catalán al asegurar que tiene "poco en común" con Pere Aragonés.

Barones socialistas

La mayoría de autonomías están ahora gobernadas por el PP, pero los barones socialistas que siguen al frente de sus ejecutivos también tienen en el cambio del modelo uno de los asuntos sensibles que reflejaron en sus discursos. El que más lo reseñó fue el presidente de Asturias, Adrián Barbón, quien aseguró que no cabe "la insolidaridad ni la desigualdad" ni "en la opción de aplicar una quita de la deuda" ni en la reforma de la financiación "que ahora se plantean". "Unidad e igualdad son los grandes objetivos que ampara la Constitución y yo los voy a defender", indicó por su parte el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

Estos discursos han sido para cerrar el año, pero sirven de prolegómeno de lo que viene. Entre ellas, hay peticiones contradictorias respecto a cómo debería ser el futuro modelo. Las mediterráneas como la Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía reclaman que el peso esté en el reparto por población mientras que otras como Asturias, Galicia o Castilla-La Mancha quieren que el modelo de reparto se centre en el coste del servicio, con ajustes como el envejecimiento poblacional o la dispersión. A todas les une, sin embargo, su rechazo a los "privilegios" a Cataluña.

Por su parte, la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha mostrado su intención de ponerse manos a la obra para lograr un acuerdo con el PP, pero ha echado la culpa al líder de esta formación, Alberto Núñez Feijóo, de "falta de liderazgo" dentro de su partido "para promover una única posición en materia de financiación autonómica". Mientras, Mazón, López Miras y Moreno Bonilla preparan una cumbre entre los tres territorios, a la que han invitado a Castilla-La Mancha, para ejercer presión.

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