Protección y aventura en el Oceanogràfic de València

Desde que abrió sus puertas en 2003, el parque marino ha pasado de ser un espacio de ocio a erigirse como un centro de investigación y conservación de la biodiversidad marina

Visitantes, en el túnel de los tiburones del Oceanogràfic

Visitantes, en el túnel de los tiburones del Oceanogràfic / Fernando Bustamante

Esteban González

El Oceanogràfic de València cerró 2023 con la segunda mejor cifra de visitantes en sus 21 años de historia. Un total de 1,9 millones de personas acudieron a conocer el mayor centro marino y de conservación de todo Europa y a contemplar los cerca de 27.000 animales de 750 especies de todo el mundo, entre tiburones, delfines, rayas, focas, medusas, leones marinos o tortugas.

Y es que recorrer el Oceanogràfic es sinónimo de emprender un viaje por los principales ecosistemas marinos y acuáticos del Planeta, y poder conocer de cerca el compromiso del acuario con la protección de las especies, la investigación y la divulgación. Estos son los tres pilares fundamentales en los que se sustenta su fundación, la Fundación Oceanogràfic, desde la que se desarrollan los principales programas que contribuyen a aumentar el conocimiento de las especies con el objetivo de poder protegerlas en su medio natural.

Los acuarios del siglo XXI son cada vez más conscientes de su papel como protectores de la vida marina. Desde que el Oceanogràfic abrió sus puertas en 2003 ha pasado de ser un espacio de ocio, en el que disfrutar de los animales, a erigirse como un centro de investigación y conservación de la biodiversidad marina.

En los últimos años, los centros zoológicos como el Oceanogràfic han evolucionado y adoptado una misión clara y centrada en la protección de especies y hábitats. El objetivo es claro: sensibilizar a los visitantes y a la sociedad de los problemas a los que se enfrentan los animales en el medio salvaje, causados, principalmente, por la acción humana.

Refugio de especies

Tanto es así que el acuario valenciano alberga más de 450 especies que están incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN). Unas especies catalogadas en distintos niveles de riesgo, desde «preocupación menor» a «en peligro crítico».

El Oceanogràfic desarrolla programas de conservación, como los proyectos de cría y refuerzo poblacional de tortugas de agua dulce o de gallipatos

Un hecho que hace posible a los investigadores del Oceanogràfic -y del exterior- el poder estudiar las amenazas de estas especies para desarrollar programas de conservación, como los proyectos de cría y refuerzo poblacional de tortugas de agua dulce o de gallipatos. Dos programas que se llevan a cabo en colaboración con la Generalitat Valenciana.

El bienestar animal como base

El bienestar de los animales es la base en la que se sustenta todo el trabajo del Oceanogràfic y su Fundación. Por ello, el acuario cuenta -además de con profesionales altamente cualificados- con un Comité de Cuidado y Bienestar Animal del que también forman parte investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Un equipo que se encarga de supervisar y garantizar que todas las normas y directrices emitidas por los gobiernos y organizaciones de acreditación se cumplan.

Las únicas belugas de Europa

Sin lugar a duda, uno de los grandes hitos del Oceanogràfic de Valencia está en poder conocer a las únicas belugas de Europa. Esta es otra de las razones por las que visitar el acuario de la Ciutat de les Arts i les Ciències.

Kylu y Yulka, las dos belugas del Oceanogràfic.

Kylu y su madre Yulka, las dos belugas del Oceanogràfic. / ED

Kylu, el pequeño de siete años está considerado todo un milagro para la ciencia y una oportunidad única para que investigadores de todo el mundo puedan estudiar su fisiología. Unos estudios que no podrían llevarse a cabo en medio salvaje.

Con todo ello, el Oceanogràfic ofrece a sus visitantes una experiencia única y educativa para explorar el mundo marino bajo el lema ‘El mar en tus manos’.

Desde las presentaciones con delfines hasta la observación de animales tan fascinantes como los tiburones, el acuario brinda la oportunidad de aprender sobre la vida marina de una manera memorable.

Pero el Oceanogràfic es mucho más que un acuario; es un centro comprometido con la conservación de la vida marina.

Sus esfuerzos por proteger la biodiversidad y por concienciar a la sociedad de los desafíos que a los que se enfrentan los animales en el mar, atraen a más de un millón y medio de personas cada año.

Así, el Oceanogràfic se convierte en un destino ideal para aquellos que buscan no solo disfrutar, sino también aprender y contribuir a la protección del entorno marino.