Tribunales

El primer traspié judicial del "campeón"

La «baraka» del exministro, que nunca había declarado ni como testigo, se acabó con la confesión de su amigo y testaferro Joaquín Barceló «Pachano»

Las conformidades de su exjefe de gabinete en el Consell y los Cotino complican su futuro procesal

Zaplana declara en el «estrado», el pasado martes, flanqueado por sus colaboradores. Justo detrás, su amigo Pachano.

Zaplana declara en el «estrado», el pasado martes, flanqueado por sus colaboradores. Justo detrás, su amigo Pachano. / Germán Caballero

En los primeros veintisiete años de vida pública de Eduardo Zaplana el exministro y expresidente de la Generalitat nunca había pisado un estrado judicial. Ni como testigo, ni como acusado. Aunque desde 2018 sí ostenta el dudoso honor de ser el primer Molt Honorable en ingresar en prisión preventiva, tras ser detenido por el caso Erial el 22 de mayo de 2018. El pódium de la primera condena ya lo ocupa su sucesor José Luis Olivas, que fue el primer «president» en ser condenado en 2017 a 18 meses de cárcel por falsedad en documento mercantil y un delito contra la Hacienda Pública

Antes de Erial, ninguno de los casos que salpicaron a Zaplana, en formato escuchas telefónicas o como testigo de referencia, le obligaron a pisar sede judicial. Ni en el caso Naseiro, donde en 1990 debutó en los hits de escuchas policiales con aquel «me tengo que hacer rico porque estoy arruinado, Boro (...) tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir. Ahora me tengo que comprar un coche. ¿Te gusta el Vectra 16 válvulas?» Ni en el caso Ivex-Julio Iglesias, donde dio el cante con el cantante, previo pago de 12 millones, parte en A y parte en B. Ni tampoco en el caso Terra Mítica que acabó con 22 condenados a 305 años de cárcel y el pago de 71,2 millones de euros, donde ni siquiera se le citó como testigo, a pesar de que dos acusados, después condenados, revelaron que era destinatario de parte de las mordidas

Silencio durante seis años

Desde que fue detenido el 22 de mayo de 2018, el expresidente de la Generalitat no quiso declarar ante el Juzgado de Instrucción 8 que instruyó el caso Erial. Cuando pasó a disposición judicial, porque el sumario estaba bajo secreto de sumario para las partes. Y desde que se levantó el secreto, al día siguiente de quedar en libertad provisional tras entregar su testaferro uruguayo 6,7 millones a la justicia, porque tampoco solicitó su comparecencia en seis años que se prolongó la investigación.  

Un silencio que rompió el 9 de abril. Zaplana abrió la tanda de declaraciones de los quince acusados por el caso Erial. Aunque pidió declarar al final de la vista o, al menos, al final de los supuestos acusados conformados, el tribunal desestimó su petición. También las de anular la causa o trasladar el juicio a la Audiencia Nacional.

Al declarar por primera vez en sede judicial, Zaplana lo negó todo y derivó a sus presuntos testaferros la responsabilidad en las tramas investigadas y solo admitió el papel de mediador. Una especie de «conseguidor» con especial don de la oportunidad. Allá donde un amigo necesitaba mediación ante un banco, empresarios o agilidad para colocar una parcela, allí estaba Zaplana para intervenir y dar solución a los problemas que enfrentaban sus cercanos. «Infinidad de gestiones» a las que, según confesó, «me dedicaba desde el año 2008» cuando dejó la política activa. Justo el año que fue fichado por César Alierta para Telefónica

En su declaración el exministro cargó las tintas en su amigo Joaquín Barceló, propietario de las sociedades investigadas por retornar el dinero de las mordidas en el extranjero y en el abogado Fernando Belhot, que lo delató y entregó 6,7 millones a la justicia valenciana. Pero el 10 de abril pareció que a Zaplana se le acababa la baraka que le ha acompañado en sus tres décadas de trayectoria pública. Su amigo Joaquín Barceló Pachano confesó haber sido su testaferro y hombre de paja desde 2005 hasta 2018, cuando ambos fueron detenidos junto al contable Francisco Grau. Los tres pasaron nueve meses en prisión.

Ha sido el primer traspié judicial del «campeón», el calificativo que Julio Iglesias usaba para alabar a Zaplana. Y que podría empeorar con las confesiones de Juan Francisco García, jefe de gabinete durante la jefatura del Consell, que presidió la mesa de contratación de las ITV y podría confirmar el amaño de las adjudicaciones. Y las de los dos hermanos Cotino, que podrían reconocer el pago de las mordidas que alcanzaron los 10,5 millones, a cambio de adjudicaciones de lotes de las ITV y el Plan Eólico. Zaplana puso cara de póquer tras la confesión de Pachano. «Ahora está empezando el juicio», aseguró con actitud de aparentar que guarda un as en la manga

Los doce acusados restantes declararán en las seis sesiones de abril 

El juicio del caso Erial se retomará el 16 de abril. La previsión es que las sesiones se celebren de martes a jueves hasta junio. Aunque se han reservado días en julio por si acaso. La sesión del martes se iniciará con la declaración de Francisco Pérez López «El Gasofa», para que deje de asistir al juicio por motivos de salud. A continuación la previsión es que declaren Juan Francisco García, jefe de gabinete de Eduardo Zaplana cuando presidió la Generalitat de 1995 a 2002; la eterna secretaria del exministro, Mitsouko Henríquez; y los empresarios y hermanos, Vicente y José Cotino. Incluso se ha señalado la declaración de José Luis Olivas, exjefe del Consell y el sucesor de Zaplana al frente de la Generalitat. Los otros seis acusados restantes, colaboradores o amigos personales de Zaplana, está previsto que declaren los días 17 y 18, aunque esta previsión podría cambiar. 

El tribunal ha fijado el 19 de abril para que comiencen a declarar los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO)de la Guardia Civil que han participado en la investigación del caso Erial y que han sido citados tanto por la Fiscalía Anticorrupción como por las defensas de los acusados. Aunque estas últimas podrían haberse excedido en las citaciones, ya que 35 agentes convocados como testigos dirigieron un escrito a la sección cuarta de la Audiencia de València para advertir de que no han participado en la causa. 

Entre los testigos de la Fiscalía Anticorrupción también figuran el testaferro uruguayo de Zaplana, Fernando Belhot, que declarará por videoconferencias desde Uruguay el 25 de abril. Al día siguiente deberían comenzar los testigos propuestos por Zaplana que alcanza las 59 personas, aunque algunas coinciden con la Fiscalía Anticorrupción. Entre los citados por el exministro figura el yonqui del dinero Marcos Benavent, y el excomisario José Manuel Villarejo. El resto de acusados declararán hasta el 14 de mayo. 

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