Toque de atención a la izquierda valenciana: la división se paga

Los resultados de Podemos y Sumar en el País Vasco y el listón del 5 % para entrar en las Corts obligan a repensar a las formaciones progresistas una posible alianza

Mitin de Yolanda Díaz con Compromís en las elecciones del 23J.

Mitin de Yolanda Díaz con Compromís en las elecciones del 23J. / / EDUARDO RIPOLL

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

De una sola candidatura con seis escaños a dos marcas distintas y un solo representante. Y gracias. La división en política conlleva una factura y las elecciones del domingo en Euskadi el precio pagado por el espacio de la izquierda del PSOE es de dos escaños, los que hubiera obtenido de más con los mismos votos en caso de que Sumar y Podemos hubieran concurrido juntos. Porque ya no es solo la desafección que generan los choques entre formaciones ideológicas prácticamente iguales, el toque de atención que vuelven a mandar las vascas y que, en cierta manera, ya enviaron las gallegas a la izquierda valenciana es que el sistema electoral penaliza las divisiones.

Cada autonomía tiene sus circunstancias, más en un territorio con alto nivel de identidad propia como el País Vasco, pero siempre hay visiones extrapolables. Y lo vivido por las formaciones estatales a la izquierda del PSOE en Euskadi suena a conocido para la izquierda valenciana que bien sabe lo que significa dejar un importante número de votos sin representación. El pasado mayo, sin ir más lejos, fueron los 85.000 votos, un 3,4 % del electorado, los que logró Unides Podem, confluencia de Esquerra Unida y Podem, que se quedaron sin escaño

Según el cruce de datos postelectorales, en caso de que Unides Podem y Compromís se hubieran presentado conjuntamente, sumando los mismos votos obtenidos por separado, seguiría una mayoría de PP y Vox en las Corts, sí, pero mucho más apretada (50 a 49 frente al 53 a 46 actual) y ese espacio tendría cuatro escaños más (19 por los 15 actuales). Ayer, tras el resultado vasco, tanto EU como Podem reivindicaron que intentaron un "acuerdo de unidad" que no se logró "por reticencia de otros". Los morados señalan claramente a Compromís, con amplias tensiones en aquella campaña.

No obstante, el pasado pasado es y por ello que la vista se pone ya en 2027 —próxima cita con las urnas a nivel autonómico—. Ante el riesgo de que una parte de los votos se quede sin representación, cada quien hace su lectura y comienza a diseñar su camino. Así, tanto Esquerra Unida como Podem llaman a la «unidad», algo que, lamentan, no se pudo lograr el 28M mientras que Compromís señala que todavía «puede pasar de todo» recordando, además, que en Cataluña, Podem ya ha anunciado que no se presentará.

Abonar el terreno

La mención, en boca del síndic Joan Baldoví, no es baladí y apunta a uno de los deseos de los valencianistas de aglutinar todo ese espacio. La no comparecencia de los morados en unos comicios valencianios, sumado al pacto de no competición con Sumar, allanarían esta vía donde se debería incorporar un acuerdo con EU, con quien las relaciones son mejores que con Podem.

Hay contactos para ir preparando el terreno, pero este espacio se caracteriza por salinizarse cada cierto tiempo. La federación valenciana de EU se ha mostrado en contra de una confluencia con Sumar para las europeas donde sí irá Compromís, en el tercer puesto, relegando a IU al cuatro, motivo del enfado de los de Rosa Pérez que, sin embargo, evitan cargar contra los valencianistas. Los éxitos del BNG —y de Bildu, aunque en los valencianistas los citen menos— dejan también un poso en Compromís, especialmente en Més, de desmarcarse de proyectos estatales y ahondar en una voz propia. «Somos un proyecto de aquí», insistió ayer Baldoví. 

Más allá de particularidades en la izquierda, tanto PSPV como PP celebraron ayer, en distintos grados, por los resultados de sus partidos en Euskadi, con aumento de dos y un escaños. Especialmente los socialistas cuyo síndic, José Muñoz, indicó estar «muy satisfecho» porque «se demuestra que el Gobierno de España es solvente». Por su parte, su homólogo en el PP, Miguel Barrachina, destacó el «modesto paso adelante» dado en el País Vasco dentro de un «ciclo electoral» en el que los populares tratan de derrotar a Pedro Sánchez. Las catalanas y las europeas aparecen ya en el horizonte.

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