Estubeny se alía con Japón para frenar la lacra de la despoblación

La cónsul Shoko Igarashi y la encargada de asuntos culturales Anzu Maekawa visitan la localidad de la Costera y participan en la plantación de ocho cerezos, algunos de variedades del país nipón

Un intercambio cultural con Japón para luchar contra la despoblación en Estubeny

José Luis G. Llagües

El dato oficial del censo sitúa la población de Estubeny en 109 habitantes. Sin embargo, sus vecinos exponen que no llegarán a 90 pobladores en realidad y comentan que muchos son de avanzada edad. «Los jóvenes se van», lamentó ayer una residente a Levante-EMV. La despoblación es una lacra demográfica que castiga de forma severa las zonas de interior. Y este pequeña localidad de la Costera no escapa a sus tentáculos. Con 6,42 kilómetros cuadrados de superficie, su densidad de población es de casi 17 personas por k2 y sus cifras de crecimiento demográfico (-23,24) y vegetativo (-17,43) son negativas. Los datos ilustran por sí solos una realidad que sufren muchos pequeños municipios. 

Ante esta tesitura, el trabajo de las administraciones públicas resulta clave. Así, el Ayuntamiento de Estubeny organizó ayer una jornada de intercambio con Japón. La cónsul general Shoko Igarashi y la encargada de asuntos culturales Anzu Maekawa se trasladaron desde Barcelona con motivo de la iniciativa. Participaron en la plantación de ocho cerezos —uno de ellos de la variedad Sakura, muy característica por su ornamentación— y visitaron una exposición de temática con dibujos de temática manga. 

Igarashi agradeció la iniciativa coordinada en el pueblo de la Costera, destacando la importancia de que la cultura japonesa llegue a enclaves como estos: «Me han comentado que la idea es contar con otros municipios y hacer una especie de jardín japonés. Creemos es un gran proyecto», explicó. La cónsul también comentó que una de las posibilidades sería coordinar una visita como la de ayer de forma anual para poder seguir la evolución de los cerezos en tierras valencianas. 

Rafael Durán, alcalde de Estubeny, refrendó la idea de montar una especie de remanso de paz y tranquilidad con influencias niponas: «Es el proyecto que queremos llevar a cabo, no se puede quedar todo en lo de hoy. Dentro de dos semanas tenemos la fiesta popular de la ‘cassola’, cuando las familias y los grupos de amigos vienen a este lugar para compartir un ‘arrós al forn’. La parcela donde están los árboles se utiliza como zona de aparcamiento, por eso este año no la hemos llenado. Pero en futuros ejercicios se tendrá que aparcar en otro lado». 

«Necesitamos la colaboración de todos los pueblos de alrededor. Juntos somos más fuertes y creemos que implicarlos es bueno», especificó Durán.

«La burocracia nos castiga»

Durán también quiso aprovechar la cita para lanzar un mensaje reivindicativo: «La verdad es que en el terreno económico la Diputación se ha portado muy bien, eso nadie puede negarlo. Otra cosa es la burocracia. Lo que pasa es brutal. Tenemos proyectos importantes que se quedarán sin hacer esta legislatura por este problema. No concibo una empresa privada, por ejemplo, que se encuentre en un escenario similar. No sería rentable». «Me gustaría enviar un mensaje para quién mande después de las últimas elecciones sobre este problema, que hagan algo al respecto. Hemos intentado dinamizar el pueblo, pero es muy difícil en estas circunstancias». 

El primer edil explicó que también se han realizado intercambios culturales por videoconferencia con otros paises, pero destacó el tacto japonés:«Todo han sido facilidades, desde el primer momento. Y no han dudado a la hora de trasladarse hasta aquí. Es un gesto que les honra, que explica lo humanos que son. Lo recordaremos siempre».

«El sakura es un símbolo de nuestro país y su floración es un evento social»

La dos portavoces del país nipón no dudaron a la hora de definir al cerezo -sakura- como «un símbolo» de su país: «Es de agradecer que la cultura japonesa llegue hasta aquí para que quedarse. El sakura es un elemento ligado al corazón de los japoneses. A finales de marzo y principios de abril la floración de estos árboles lleva a los ciudadanos a los parques para disfrutar con amigos o familiares».