El COR afronta un cambio de ciclo con la planta de residuos de la Costera y la Vall aún en el aire

Los resultados electorales acercan al PP a retomar el control del organismo supracomarcal, que todavía no ha consensuado la ubicación de las instalaciones conjuntas de tratamiento para la dos comarcas 8 años después de enterrar el macrovertedero de Llanera 

Planta de gestión de residuos del Consorcio Valencia Interior en Llíria.

Planta de gestión de residuos del Consorcio Valencia Interior en Llíria. / GERMAN CABALLERO

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El Consorcio de Residuos (COR) que agrupa a 93 municipios de cinco comarcas encara un nuevo cambio de ciclo político sin haber terminado todavía de definir la ubicación de las plantas necesarias para tratar la basura orgánica que se genera en la Costera, la Vall d'Albaida y la Safor.

En 2015, la llegada del PSPV y Compromís al gobierno del organismo supuso el desmantelamiento del anterior modelo de gestión instaurado por el PP y la anulación del proyecto del millonario macrovertedero que se aprobó en Llanera de Ranes en medio de una elevada conflictividad social y muchas dudas de carácter medioambiental. La estocada definitiva a la propuesta llegó poco antes de las elecciones municipales, cuando la Conselleria de Transición Ecológica desestimó (con mucho retraso debido a la falta de personal) la autorización ambiental solicitada por la empresa adjudicataria.

En los últimos años se ha ido articulando un nuevo modelo basado en pequeñas plantas comarcales de biorresiduos

En los últimos 8 años, el COR ha ido pergeñando una nueva hoja de ruta enfocada sobre todo a la construcción de pequeñas plantas comarcales de biorresiduos con el objetivo de reducir el volumen de basura orgánica que termina en instalaciones de eliminación y valorización. Pero de momento todavía no ha visto la luz ninguna planta. La más avanzada es la prevista en Ayora, aunque va con retraso. El proyecto de gestión de los biorresiduos de la Canal de Navarrés también se ha consensuado -tanto en el COR como en la mancomunidad de esta comarca- y contempla un pequeño complejo de tratamiento en Bolbaite.

Sin embargo, el proyecto previsto para las comarcas de la Costera y la Vall d'Albaida todavía tiene que acabar de redactarse y no está aprobado. Tampoco se ha decidido el emplazamiento de la planta de tamaño intermedio que recibirá los residuos de estas dos comarcas, que debería instalarse en un punto lo más próximo posible al epicentro del territorio donde más residuos se generan para reducir los gastos de combustible ligados a los desplazamientos de los camiones de basura. Y también está en el aire dónde irán las instalaciones de eliminación y valorización. 

En la actualidad, la ausencia de plantas propias en las cinco comarcas del COR conlleva un costoso trasiego de residuos que se dirige a otras plantas de tratamiento y a vertederos situados a decenas de kilómetros de distancia, un gasto extra que se traduce en el recibo que pagan los vecinos.

El PP, cerca de presidir el organismo

Los resultados de los comicios locales y autonómicos acercan al PP a controlar el Consorcio de Residuos con sede en Xàtiva, aunque por el momento no se ha postulado ningún candidato y el organismo supracomarcal podría continuar funcionando en régimen de interinidad hasta octubre, cuando suelen producirse los cambios en el organigrama del ente tras el inicio de cada nuevo mandato en los consistorios. Los populares gestionan tanto la Generalitat como la diputación, que representan el 40% de los votos en la asamblea, lo que deja poco margen de maniobra a la izquierda a pesar de que en torno a un 53% de los 93 municipios que forman parte de la entidad están gobernados por el PSPV o Compromís.

El actual presidente del COR, Vicent Muñoz (Compromís) se pone a disposición de quien esté llamado a asumir las riendas para facilitar el traspaso de poderes. El regidor de la Font de la Figuera subraya que existen "muchos retos" encima de la mesa para cumplir con la ley estatal de residuos y con las directrices europeas que obligan a reducir la parte orgánica de la basura, que ahora representa un 54% del total de residuos tratados.

El presidente del COR atribuye el retraso de la planificación a la pandemia y a la búsqueda de consensos, aunque subraya la efectividad de las medidas para premiar a los ciudadanos que más reciclan

"Vamos tarde y aunque hemos dado un empujón muy importante en los últimos años, la última legislatura ha sido complicada por la pandemia, que nos ha destrozado todas las previsiones", señala Muñoz, que también apunta a los esfuerzos para "consensuarlo todo" como otro de los aspectos que han retrasado la puesta en marcha de la nueva planificación, junto con las fricciones con la empresa que gestiona el proyecto, con unos intereses a menudo contrapuestos a los de los municipios. Aún así, el presidente subraya la efectividad de las medidas implantadas para premiar a los ciudadanos que más reciclan (a través de los ecoparques o del compostaje) con importantes descuentos en la tasa.

Muñoz confía en que la nueva etapa que se abre en el COR no suponga dar un giro de 180 grados a un modelo que asegura que se ha "consensuado con todos los grupos políticos". "No ha habido conflictos en la junta de gobierno (con presencia de distintos colores) y la normativa no da mucho pie a ningún cambio: la separación de la materia orgánica se tiene que hacer y a todos nos interesa que las plantas estén lo más próximas posibles al epicentro de nuestros pueblos porque si no se puede generar un problema a la larga", incide.

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