El sofocante calor no puede con la Entrada en Ontinyent

La capitanía cristiana brilla con una apabullante recreación de la defensa de Valencia a cargo de las tropas del Cid Campeador

Más de 15.000 personas participan en los desfiles morocristianos de este viernes

Sergio Gómez

Sergio Gómez

«Avant cristià, avant!». Corren las seis de la tarde y los termómetros marcan los 41 grados a la sombra cuando el alentador mensaje pronunciado por José Vicente Donat en la tradicional «arrancà» marca el pistoletazo de salida de la Entrada cristiana de Ontinyent en la Avenida Almaig.

Sobre el asfalto, más de 15.000 personas —entre festeros, grupos de baile, extras y 5.000 músicos— desfilarán a lo largo de ocho horas y media en la recreación de una encarnizada batalla a la que este año se ha sumado un enemigo indómito: el sofocante calor.  

Paraguas contra el calor en Ontinyent.

Paraguas contra el calor en Ontinyent. / PERALES IBORRA

Pero como ya ocurrió el año pasado con la tormenta que empañó el acto más multitudinario de las fiestas, el sentimiento ha vuelto a vencer a los elementos adversos. Miles de espectadores armados de palmitos infatigables —algunos con paraguas y neveras con refrescos— se han congregado desde primera hora de la tarde para no perderse a la capitanía cristiana de Cides, que ha abierto el recorrido con un espectacular boato distribuido en siete actos y comandado por Miguel Ángel Gandia, reencarnado en el legendario Cid Campeador. 

Desfile cristiano.

Desfile cristiano. / PERALES IBORRA

La comparsa escenificó la defensa de Baolansiya (València) por parte de Rodrigo Díaz de Vivar. Una «canción de gesta» compuesta expresamente para la ocasión e interpretada en directo por un coro y un órgano hizo retroceder más de 1.000 años en el tiempo al público, deslumbrado también por la coreografía de Ballet Masters.

Momento de la capitanía cristiana.

Momento de la capitanía cristiana.

La primera escuadra, Pioneres, ha comenzado a otearse pasados tres cuartos de hora, con la esposa del Cid, Jimena Díaz, al frente. Ha sido un espectáculo cargado de simbolismo, mitología y heráldica, con una estética muy cuidada, en el que no ha faltado un espléndido caballo que evocaba al legendario Babieca y el dragón acompañando a la «favorita», hija del capitán. Ha cerrado el desfile de Cides el boato del jefe máximo de las filas, con vestidos diseñados por el hijo del capitán, Miguel Gandia, y confeccionados por su tío, el modista Pepe Conejero.  

Cruzados cierra el desfile cristiano

En torno a las 21.30 horas, la Entrada cristiana acabará con la embajada del 50 aniversario de los Cruzados, que reinterpreta la primera cruzada, con el foco puesto en dos de sus protagonistas: Raimundo de Tolosa y Godofredo de Bouillón. El boato se estructura en seis episodios llenos de colorido y exotismo con destacadas batallas como la defensa de Jerusalén como Ciudad Santa. 

El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, ha reivindicado la declaración de la fiesta como de interés turístico internacional.«Seguro que muy pronto celebraremos la distinción», ha asegurado.

La tribuna de autoridades de la Entrada deMoros i Cristians deOntinyent ha vuelto a congregar a numerosas personalidades políticas y empresariales. Junto al alcalde Jorge Rodríguez y la vicepresidenta de la diputación Natàlia Enguix estaban la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé; el vicepresidente del Consell, Vicente Barrera; el presidente de la diputación, Vicent Mompó, varios diputados nacionales y autonómicos o Salvador Navarro, presidente de la CEV.

El ritmo del desfile era uno de las mayores preocupaciones por la gran cantidad de participantes, pero al cierre de esta edición el recorrido avanzaba de manera fluida, empujado por los organizadores.