La travesía de Ford Almussafes hasta su nuevo modelo

Ford Almussafes tendrá un nuevo modelo "multienergía" en producción. Ese fue el anuncio -sin más detalles, por el momento- que hizo la pasada semana la cúpula mundial de la firma del óvalo tras reunirse con el sindicato mayoritario en la planta valenciana, UGT. Una decisión, necesaria para la supervivencia de la factoría, que supone abrir una etapa de mayor claridad en el horizonte. Una luz para fábrica y trabajadores que, aun así, tienen por delante una compleja travesía hasta que ese nuevo vehículo pueda salir de sus líneas de producción.

Porque a falta de que las concreciones sobre este modelo 'extra' vayan llegando tras futuras reuniones -la más próxima, el 10 de abril- entre la empresa y la central ugetista, la primera cuestión trascendental es cuándo llegará este nuevo coche y, derivada de esta duda, cómo se puede resistir productivamente hasta ese momento. No en vano, estando ya en abril sin unas noticias concretas -y tomando como ejemplo los plazos habituales para este tipo de lanzamientos- resultaría muy difícil ver el nuevo coche en lo que queda de año o en el próximo, entre otros motivos por la necesidad de formar al personal, que suele durar varios meses. Eso situaría el horizonte temporal mínimo en 2026, teniendo que aguantar productivamente hasta ese momento únicamente con el Kuga -un modelo que ha sufrido una actualización este año, pero que resulta insuficiente en lo que a carga de trabajo se refiere- tras el fin de la furgoneta Transit el próximo día 17.

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El futuro para la plantilla

Con esa perspectiva, cobra peso saber qué pasará en los próximos meses con una plantilla cuyo volumen -pese a estar en su mínimo histórico al rondar los 4.700 empleados- es notablemente superior al personal necesario para los vehículos que fabrica. Ese hecho, derivado del progresivo adiós de varios modelos de combustión en los últimos dos años, ha provocado ya que se tuviera que aplicar un Erte que afecta a 700 trabajadores por jornada y cuya duración se tiene que decidir si se prolonga más allá del 19 de abril.

Si esta vía no fuera suficiente, el siguiente paso sería plantear pronto un nuevo ERE en la factoría -el cuarto de los últimos tiempos tras los de 2020, 2021 y el de abril del pasado año-, anticipando así una situación inevitable ante la menor mano de obra que se necesitará con la llegada de la electrificación.

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Un modelo complementario

Pero más allá de plantilla y tiempos, la incógnita más relevante a resolver es qué modelo específico llegará a Almussafes, especialmente si se tiene en cuenta que la firma está viendo cómo sufren sus ventas, que entre enero y febrero cayeron un 11,4 % en Europa respecto a 2023. Con ese contexto, si se toma en cuenta la premisa de un nuevo modelo 'multienergía' avanzada por la marca del óvalo y la necesidad de que esta alternativa llegue cuanto antes, las posibles opciones se reducen.

Si lo que se desea es una adaptación lo más rápida posible, el paso lógico sería que el nuevo modelo utilice la misma plataforma productiva con la que se produce ya el Kuga, conocida como C2. Por eso, dentro de ese 'catálogo' en el que aparecen alternativas más complicadas como el Evos o un rediseño SUV del Focus, surge con mayor fuerza una posibilidad como la del Bronco Sport, producido a día de hoy en México y cuyas ventas -que se dispararon casi un 30 % en Estados Unidos el año pasado- se encuentran en clara alza. De ser el elegido, eso sí, debería estrenar en Europa su potenciación híbrida, ya que a día de hoy se vende únicamente con motores de combustión.

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No obstante, el hecho de que el Kuga ya tenga las versiones híbridas e híbridas enchufables en Almussafes aligeraría previsiblemente esa tarea y posicionaría además al Bronco Sport como un complemento de transición -antes de una electrificación para la que Ford espera la adjudicación completa de fondos del Perte VEC II- para capitalizar la caída progresiva de ventas que experimentará el Kuga conforme se acerque su final productivo.

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