El consumo de congelados se dispara con la inflación

Los informes del sector de la distribución revelan cómo la escalada sin precedentes de los precios de la cesta de la compra básica, especialmente de los alimentos frescos, está obligando a las familias valencianas a buscar refugio en la sección de productos congelados de los supermercados. Según la OCU, son un 40% más baratos.

El consumo de congelados se dispara con la inflación

El consumo de congelados se dispara con la inflación / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Los consumidores se refugian en los congelados ante la escalada de los precios de los alimentos frescos desde principios de 2022. La crisis inflacionista, según constatan los últimos informes que manejan las empresas del ámbito de la distribución comercial, provoca un claro vuelco en los hábitos de consumo alimentario en toda España. Así, el consumo de frutas y hortalizas frescas continúa a la baja (un 3,6% en lo que va de año) mientras el coste de venta al público de estos productos aumenta una media del 13,8%. «El incremento de los precios continúa repercutiendo en un descenso del consumo de determinados productos y en el caso de los alimentos se nota claramente en los frescos», aseguraba esta semana el directivo de Nielsen IQ José Ramón Díaz durante la presentación del 25º Congreso Aecoc de Frutas y Hortaliza celebrado en València.

El impacto en los bolsillos no pasa desapercibido a la hora de hacer la compra y por eso el 60% de los españoles ya consume verduras congeladas como mínimo tres veces a la semana. Lo certifica una encuesta realizada por la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales (Asevec), que agrupa a ocho compañías de implantación nacional que suponen el 95% de la producción española. Una parte de los encuestados afirma haber comenzado a comprar verduras congeladas a raíz de la subida reciente de precios. Según el secretario general de esta patronal, Álvaro Aguilar, «se observa una tendencia al alza, ya que, ante el incremento generalizado de precios en la cesta de la compra, que también afecta a esta categoría de producto, suponen una alternativa más barata, permitiendo mantener una dieta saludable».

Los datos de la consultora Nielsen evidencian sin duda la influencia del incremento de precio sobre el consumo de los productos frescos. El caso más ilustrativo es el de la sandía, que en los últimos 12 meses llegó a registrar aumentos de valor del 72%, lo que se tradujo en un descenso de un 22% en el volumen de compra. En cambio, en los primeros meses del año, las subidas de precio de esta fruta han sido del 7% y su consumo ha subido un 89%. En el caso de las hortalizas frescas, las patatas (25,8%), los tomates (16,5%) y las cebollas (9,6%) son los motores de consumo de la categoría. «El precio condiciona la compra de frutas y hortalizas, pero los consumidores también valoran aspectos como los productos de temporada o el aspecto», apunta José Ramón Díaz.

Marcas blancas

Mientras el sector agroalimentario trata de combatir la inflación, la sequía o la situación del mercado internacional, el informe sobre productos frescos de Aecoc Shopperview también refleja que los consumidores son exigentes a la hora de comprar frutas y hortalizas. Lo certifica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que advierte de los grandes ahorros en alimentos congelados: del 44% en las verduras y del 21%, en el caso de los pollos. Con todo, los pescados congelados no siempre salen más baratos.

Entre las principales cadenas, las más económicas para los alimentos congelados de marca blanca (o similares) son Alcampo, Mercadona y Aldi. OCU sostiene que la calidad nutricional de un congelado es exactamente la misma que la de un alimento fresco. Con todo, recuerda la importancia de una correcta descongelación. En el caso de las verduras congeladas de marca blanca (o, cuando no hay, del producto más barato), los mayores ahorros se dan en los guisantes: un 92% más baratos de media que los guisantes frescos en vaina, seguidos de las judías verdes (71%), las espinacas (57%), el brócoli (44%), las habas (39%), las acelgas (27%), las alcachofas (15%) y la coliflor (6%). Las patatas congeladas, por el contrario, son un 30% más caras que las frescas. Entre las grandes cadenas analizadas, las más baratas en congelados han sido Alcampo, Mercadona y Aldi. Las más caras, La Sirena y El Corte Inglés.

En el pollo también puede conseguirse un sensible ahorro priorizando el producto congelado de marca blanca (o el más barato). De un 23% de media para los cuartos traseros; de un 22% para los jamoncitos de pollo; y de un 18% para las alitas. Para este alimento solo se encontró producto congelado en Alcampo, Carrefour y Mercadona, siendo esta última cadena la más barata.

Por otro lado, entre los siete pescados seleccionados el ahorro en producto congelado de marca blanca (o el más barato) solo es claro en tres productos: los filetes de merluza de El Cabo (un 38% de media), los filetes de atún (13%) y el bacalao (7%). En el langostino cocido, apenas un 1%. Y en el resto, calamar en anillas, gallo y salmón, el congelado sale más caro. En cualquier caso, la cadena que ofrece de media los mejores precios es Alcampo. No obstante, OCU advierte que los precios del pescado son muy variables y varían mucho según la especie, el arte de pesca y la estacionalidad, por lo que recomienda siempre comparar, especialmente si hay producto fresco de temporada.

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