La Ley de la Naturaleza, otra piedra para la agricultura valenciana

La norma que acaba de aprobar el Parlamento Europeo es rechazada por los agricultores, quienes sostienen que amenaza la seguridad alimentaria, obliga a ceder tierras para preservar la biodiversidad y compromete el despliegue de energías renovables

Explotación citrícola en el norte de Sagunt.

Explotación citrícola en el norte de Sagunt. / D. Tortajada

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La Ley de la Restauración de la Naturaleza, que parte de una propuesta lanzada en diciembre por la Comisión Europea para acompasar el paso del bloque comunitario a los acuerdos sobre biodiversidad alcanzados en la COP-15 de Naciones Unidas, ya tiene luz verde del Parlamento Europeo desde esta semana. La nueva norma, que vuelve a encrespar a las organizaciones agrarias, pretende reparar en 2030 el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos dañados de la Unión Europea. La norma contempla la recuperación de los ecosistemas dañados de Europa, tanto terreno agrícola como urbano, marítimo y bosques,así como la reducción del uso de plaguicidas químicos.

Más piedras en el zapato del sector primario. Según las organizaciones agrarias, así como los grandes empresarios de la industria alimentaria, representados por la plataforma Copa-Cogeca, la ley amenaza la seguridad alimentaria, obliga a los campesinos a ceder parte de sus tierras para preservar la biodiversidad y compromete el despliegue de infraestructuras de energías renovables.

En su defensa, para la mayoría del Parlamento Europeo la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE (que ha salido adelante con la oposición de los conservadores y el visto bueno de liberales y partidos de izquierdas), consensuada con los Estados miembros, «busca regenerar los ecosistemas degradados de sus territorios, contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE y mejorar la seguridad alimentaria».

Más bosques y pastizales

Según Asaja, se perderán tierras de cultivo con esta norma que ahora debe ratificar el Consejo de la UE. Y es que, a fin de alcanzar estos objetivos generales, los Estados miembros deben restaurar al menos el 30% de los hábitats contemplados en la nueva ley (desde bosques, pastizales y humedales hasta ríos, lagos y lechos coralinos) para que pasen de un estado deficiente a uno bueno en 2030, porcentaje que aumentará al 60 % en 2040 y al 90% en 2050. Es decir, más bosques y menos campos de cultivos.

De acuerdo con la posición mayoritaria del Parlamento, los países de la UE deben dar prioridad a las zonas de la Red Natura 2000 hasta 2030. Cuando un área se encuentre en buenas condiciones, los países de la UE velarán por que no se deteriore de manera considerable. Los Estados miembros también tendrán que adoptar planes nacionales de restauración que detallen cómo pretenden alcanzar estos objetivos.

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, critica duramente a la clase política por tomar esta decisión en medio de la ola de movilizaciones del sector agrario: «Bruselas sigue sin escuchar a los agricultores y ganaderos europeos. No ha tardado ni 24 horas desde las manifestaciones agrarias en Madrid y Bruselas para asestar una nueva puñalada al campo», asegura el dirigente de AVA-Asaja.

En su opinión, «la Ley de Restauración de la Naturaleza, dentro de la Estrategia Biodiversidad y del Pacto Verde Europeo, añadirá más restricciones y limitaciones únicamente a los productores europeos, con lo que el sector agrario perderá aún más competitividad respecto a las importaciones procedentes de países terceros que tienen todos los derechos pero no tienen las mismas exigencias. El resultado será el mismo que estamos alertando con la nueva PAC, con los acuerdos comerciales sin reciprocidad y con todas las normativas medioambientales que se sacan de la chistera los políticos ideológicos de ecologismo radical: la crisis agraria se recrudecerá, el despoblamiento rural irá a más, los incendios aumentarán, el desierto avanzará y la cesta de la compra se encarecerá todavía más», advierte Aguado.

Recuerda el mandatario de AVA-Asaja que «todos estamos a favor de la preservación del medioambiente y compartimos el loable objetivo de esta ley, pero hemos dicho por activa y por pasiva que está mal redactada, que maltrata a los agricultores y ganaderos que son parte de la solución y no el problema, que es imposible cuidar el paisaje sin cuidar a las personas que lo hacen posible».

Aguado hace hincapié en el tema del agua: «hay que hablar de las dos ‘Europas’. La gestión hídrica es totalmente diferente en la Europa mediterránea que en la Europa continental o del norte. Por tanto, no se puede poner café para todos e imponer la misma legislación para todos. Quizás renaturalizar ríos sea posible en aquellos países donde llueve cuando hace falta y no necesitan regar, pero aquí no sirve, sólo para complicar la vida, hacer avanzar el desierto y tener media España desértica», concluye.

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