Esther Guilabert, secretaria general de la CEV

Una periodista frustrada con mando en la patronal valenciana

Guilabert ocupó la dirección general de la feria alicantina durante cinco años, hasta enero de 2022

Esther Guilabert, en la sede de la CEV

Esther Guilabert, en la sede de la CEV / Germán Caballero

Jordi Cuenca

Jordi Cuenca

Esther Guilabert confiesa que es una periodista frustrada. Un sueño incumplido para quien, por otro lado, ha alcanzado cargos en los que las mujeres no son lo común. No es la primera, pero desde hace algo más de dos años es la secretaria general de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), una responsabilidad a la que llegó desde la dirección general de la Institución Ferial Alicantina (IFA). No le ha ido mal fuera de la prensa.

El gusanillo por las noticias le venía, de alguna forma, a través de la familia. Y es que su madre fue administrativa en el diario ‘Información’ de Alicante, perteneciente, como Levante-EMV, a Prensa Ibérica. Más tarde, la progenitora, probablemente en busca de seguridad laboral, fue funcionaria en la Agencia Tributaria. De su padre, Esther Guilabert heredó el gen de lo que ahora la ocupa, es decir el mundo de las empresas, porque era propietario de una mercantil dedicada a la industria auxiliar del calzado.

Se como fuere, la secretaria general de la CEV sentía una inclinación mayor por la senda de su madre. Su intención, a la hora de ir a la universidad, fue matricularse en Ciencias de la Información, pero esa carrera no se impartía en Alicante ni en Elx. Así que se apuntó a publicidad y relaciones públicas en la Universidad de Alicante con el propósito de cursar dos años y luego ir a periodismo. Al final, terminó sus estudios iniciales, pero en los veranos realizó prácticas en el citado ‘Información’ y también en Onda Cero en Elx, la ciudad en la que nació en 1980. Fue en esa emisora de radio donde conoció a su marido, con el que está casada desde 2004.

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Para entonces, ya estaba en IFA, a donde ingresó en prácticas un año antes. Uno después, la contrataron como responsable de prensa y publicidad. Ese cargo lo desempeñó durante algo más de una década, porque en 2015 pidió una excedencia y cambió de aires durante un año como responsable de marketing en la empresa del calzado Pikolinos. En aquel mismo ejercicio se produjo el cambio en el Consell de la Generalitat con la sustitución del PP por el Govern del Botànic. La coalición PSPV-Compromís quería dar un cambio en la gestión de la feria alicantina y el entonces director general de Comercio, Natxo Costa, de Compromís, le ofreció el cargo de directora general de IFA. No tiene reparos en afirmar que su candidatura llegó a oídos de Costa de la mano de la también ilicitana Mireia Mollà, más tarde consellera de Agricultura por la misma formación.

Fueron cinco años en el cargo, hasta que se cruzó en su camino el presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro, quien «estaba buscando a alguien de Alicante y, de manera especial, a una mujer» para suceder al entonces secretario general de la organización, Miguel Ángel Javaloyes, quien se aprestaba a la jubilación. «Lo cierto es que la idea de Navarro era que el relevo se produjese en el entorno de un año o un año y medio», cuando se lo propuso, que fue en junio de 2021, pero a la vuelta del verano la situación se precipitó, porque «me dijo que Javaloyes quería irse ya». Así que Guilabert se incorporó a la organización en diciembre como secretaria general adjunta durante dos meses, hasta la asamblea electoral de enero de 2022, donde se oficializó el relevo.

Admite que, además de «ilusión», le dio «vértigo» la oferta porque «trabajar en la feria te da una visión clara del mundo empresarial y de sus asociaciones, y tenía controlado Alicante, pero no Valencia y Castellón». Guilabert, hay que añadir, aprovechó los meses del confinamiento por la pandemia para hacer un master en administración y dirección de empresas en Fundesem y también le dio tiempo para realizar cursos de economía financiera.

En la CEV, los fines de semana se respetan, pero el resto de días son un trasiego para esta madre de dos hijos: uno de 13 y el otro de 10 que todavía no saben a qué se dedicarán cuando sean mayores. «Madrugo mucho. Para estar a las 8.30/9.00 en València, me levanto a las 5.45. Al menos una noche me quedo a dormir allí, dos si además tengo que ir a Madrid, pero el resto vuelvo a Alicante», narra.

Además de su gusto por la lectura, la dirigente empresarial asegura que es «muy de playa». Los sábados y domingos tampoco es que descanse de los excesos de los días laborales, porque sus hijos juegan a baloncesto «y me comen todo el fin de semana. Dos o tres partidos como mínimo».

¿Qué ha quedado de la periodista que no pudo ser? Guilabert responde que «una tendencia clarísima a todo lo relacionado con la información y la comunicación, la curiosidad y las ganas de preguntar». La secretaria general de la CEV afirma que no piensa en el final de su etapa en la organización -«no me pongo metas»-, donde hay un precedente de una mujer en su mismo cargo: Pilar Briones, a finales de los años noventa del siglo pasado. «Es bueno que una mujer esté en un cargo como el mío», concluye. Tal vez, el relevo de Navarro como presidente sea una empresaria y la revolución en la patronal entonces será total.

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