Una comisión de falla son las personas y los entornos que esas personas quieren. Por eso, Guillem Sorolla-Recaredo ha empezado una campaña para pedir un favor muy especial: la adopción de los perros de uno de sus falleros, fallecido repentinamente días atrás.

El pasado día 1, la comisión recibía la noticia del fallecimiento de uno de sus componentes carismáticos: David Gimeno. El mil veces cocinero de la comisión y uno de los componentes de la comisión que estaba preparando los festejos del 135 aniversario. Una noticia que conmovió en la comisión por el aprecio que se le tenía. "Lo quería todo el mundo" asegura el presidente Carlos Berriales. "Llevaba unos años en la comisión y se le apreciaba mucho. Pero es que hasta la semana anterior aún estaba con las ideas a hacer en el aniversaro y el día 22 estuvo cocinando cuando se celebraron las "albaes" del Beato Gaspar Bono".

Imagen reciente de David Gimeno.

Uno de sus amigos recordaba incluso que no dudaba en ayudar a los sin techo de la cercana plaza de Viriato, a los que solía preparar comidas. Sin embargo, esta es la hora que los canes no han encontrado todavía un nuevo techo, más allá del que les facilita la protectora Modran.

"Garbo", de cinco años.

David vivía con sus dos perros, "Greta", una hembra de 11 años y "Garbo", un macho de cinco. "Les tenía un cariño enorme. Los quería como a sus hijos". Con su inesperado fallecimiento han ido a parar a la protectora porque sus herederos no pueden hacerse cargo de ellos. En Modepran reconocen que están "desconcertados porque no entienden nada" y reconocen que están muy bien criados. "Son buenos y cariñosos" y piden para ellos una morada conjunta, sea de momento una acogida o ya una adopción. "Llevan toda la vida juntos y deberían continuar así". Ahora la comisión quiere que no se queden solos -algunos ya han expresado la imposibilidad de acogerlos- y que no vean pasar los años en el refugio. 

La de Guillem Sorolla-Recaredo es una comisión rescatada de la desaparición y, desde su revitalización, ha conseguido mantener una cohesión social importante. Como tantas comisiones de la zona del Pilar-Sant Francesc, había llevado una trayectoria en decadencia por las condiciones urbanas de la zona e incluso habían anunciado su disolución. Esto fue precisamente un acicate para que entraran nuevos falleros (David era una incorporación de los últimos años, pero se había embebido del espíritu "sorollista") y la recuperación les ha permitido, esta vez sí, tener mucha más solidez, dentro de su modestia. Rematado el pasado mes de marzo al conquistar el primer premio de falla en la sección Octava A, un éxito que no conseguían desde 1978.

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