• Elena Luján Moltó
  • Falla Plaza de la Cruz-Los Ángeles
  • 27 Años

En la Plaza de la Cruz pasan cosas: el caracol deshace la Semana Santa Marinera. Se planta una Cruz de Mayo de categoría («es nuestra semana favorita después de Fallas, porque es la mejor forma de olvidarnos la tristeza de que se han acabado hace un mes»). Se planta un árbol de Navidad de luces. Y se planta una falla, esa para la que Elena Luján quiere traer de vuelta un sitio en la representación de la fiesta que falta desde hace 31 años. 

En la bendición de una de las cruces de mayo, la de 2021. Falla Plaça de la Creu

Sus credenciales son la de ser fallera de toda la vida, de una familia fallera de toda la vida. «Mis abuelos maternos eran del barrio. Tenían los puestos de Carnes Eleuterio en el Cabanyal, la Malva-rosa y el Grao. Y mis abuelos paternos, siendo del País Vasco y de Salamanca, se vinieron a València y se apuntaron en la falla. Mis padres eran falleros desde niños y allí se conocieron». Ella, lo mismo. De toda la vida. «Fui fallera mayor infantil en 2006 con mi hermano de presidente infantil» y repitió catorce años después. «El año anterior no hubo fallera mayor y durante la Crida de 2019, la de Marina Civera, me llegó la revelación. El año que viene tengo que ser yo». Durante las Fallas tenía dolor de «panxa»: «A ver cómo le digo a mi madre que el año que viene me toca a mí». Pero se me adelantó ella: «Vas a ser fallera mayor, ¿verdad». Y ahí he estado». 

Durante los tres años no ha descuidado su carrera profesional como maestra especialista en Audición y Lenguaje. Su última experiencia, apasionante: «en escuelas rurales de Dos Aguas, Millares y Cortes de Pallás. 

Como son colegios pequeños tenía que itinerar y estar cada día en un colegio diferente». Día a día en carreteras de curvas, hielo, frío, «algún pinchazo de rueda» y lugares apartados del mundanal ruido. «Mi trabajo es ayudar con terapia a niños que tienen dificultades en la expresión del lenguaje. Les ayudamos a tener, dentro del sistema educativo, mejor entrada: relacionar sonidos con letras, pronunciación de algún fonema complicado...».

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Candidatas a Fallera Mayor de València en el Museo de la Seda Moisés Domínguez

Eso, el curso pasado. El anterior, todo lo contrario: «en Dénia. Un escenario totalmente distinto». Y como de momento, le toca ir de un sitio a otro, «no me da para independizarme. Me da para alquilar casa allí donde estoy dando clase». Es lo que tiene la «bolsa» de magisterio. Ahora, de momento, se queda en pausa. Lo que se llama «desactivarse». Porque el curso empieza en septiembre y ese mes es ella la que tiene los exámenes falleros más importantes de su vida. «¿Un sacrificio? Para nada: trabajar, puedes trabajar toda la vida. 

Pero esto es ahora o nunca. Y vamos a por todas. Si sale, maravilloso. Si no, siempre hay tiempo para volver». Que si no se vuelve de momento, no pasa nada. Porque ha pasado algo muy grande.

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Bioparc recibe a las candidatas a Fallera Mayor Infantil de València 2023 Fotos de Armando Romero (JCF)