Las joyas que estrenan hoy las falleras y que no encontrarás nunca en una tienda

El aderezo que llevan las representantes de la fiesta se recibe por contrato de cesión y devolución y tan sólo ellas pueden adquirirlo en propiedad

María Estela, con las piezas que la identifican también como fallera mayor de València

María Estela, con las piezas que la identifican también como fallera mayor de València / Art Antic

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Se utilizan durante todo el año y, realmente, hasta el último día. Sus usuarias tienen que firmar un documento confirmando que los recepcionan y se comprometen a devolverlo en tiempo y forma, cuando todo acabe. Tienen, en todo caso, la opción de comprarlo, sabiendo que es una pieza que no está comercializada. Que habrá diseños parecidos, pero nunca iguales. Con las exaltaciones llega su estreno para todas las que llevan la representación de la fiesta en 2024

Se trata de los aderezos, el conjunto de joyería que acompaña al resto de elementos de la indumentaria tradicional. Y que, en cualquiera de los casos, si algo histórico recrea, es sin duda alguna una valenciana de cierto poder adquisitivo, habida cuenta de la calidad de elementos, textiles o metálicos, que lucen -en consonancia, en todo caso, con el papel que desempeñan-. Aunque el espolín siempre se convierte en el elemento que suscita más interés, la joyería que lucen las representantes de la fiesta son uno de los elementos más valorados. No suponen una sorpresa, porque el modelo es el mismo año tras año y la pieza pasa de fallera a fallera, pero por sus especiales características completan la riqueza del traje oficial. 

Art Antic cumplirá el próximo año un cuarto de siglo desde que surte de estos elementos artesanos. Adriana Polo y Elena Nebot, falleras mayores de 2001, fueron las primeras en recibirlo y al año siguiente ya se incorporaron como proveedores para las cortes de honor, ampliándose al segundo aderezo años más tarde. Desde entonces han ido pasando de mano. Son testigos mudos de las vivencias de más de 500 falleras que los han lucido durante este periodo de tiempo. 

Adriana Polo firma la cesión del aderezo

Adriana Polo firma la cesión del aderezo / Art Antic

De racimo, como manda la lógica

El aderezo se le denomina "de racimo". Los versados en indumentaria saben que es el que se asocia con el primer traje oficial, ese para el que se trata, sin éxito, de encontrar una denominación única y característica sin pisar un callo. Llámesele "traje de valenciana", "de fallera", "de Siglo XIX", "de manga de farol" o mil sinónimos más. Ese traje es el que se acompaña de forma más académica con esos pendientes que simulan un racimo de uvas. 

Está formado por el conjunto de Joia, pinchos, pendientes, collar y brazalete -éstos dos, con 7 hilos de perlas en el mayor y seis en el infantil-, horquillas y aguja de mantilla y que componen un conjunto, en el que se utiliza oro de 18 quilates y diamantes en talla rosa.

Importante: los cierres porque...

Hay un elemento especialmente importante y el menos visible: los cierres. Porque se trata de piezas que llevan unas falleras que están en permanente actividad. El ritmo de las falleras mayores y cortes de honor no tiene nada que ver con el de una fallera mayor de comisión. ¿Qué ocurre si se rompe una de las piezas? Que pasar, ha pasado. "Pues, en función al daño que haya sufrido, se le hace una reparación que puede durar más o menos tiempo. Durante ese periodo se le presta alguna pieza que sea lo más parecida posible y, con urgencia, se le repara". La caída de un pendiente -o incluso su pérdida- o de la "joia" -el elemento más visible, aunque "afortunadamente, esto último sí que no se ha producido nunca"- puede convertirse en un problema en función al día o la hora en que se produzca. De hecho, no existe una copia, aunque sea de emergencia. "Es algo que hemos solicitado algunas veces y sería conveniente tenerlo". Es decir, alguna pieza exactamente igual, aunque tenga menos nobleza, para cubrir el expediente mientras se repara el original.

Al acabar, vienen "de la guerra"

Cuando acaban el mandato, los aderezos han sufrido más de una abolladura; casi podría decirse que vienen de la guerra, y Art Antic se convierte en taller de reparación antes de que, y tras adaptarlos a las medidas de las nuevas falleras -cuellos y muñecas no son las mismas- se puedan reestrenar tres meses después y continuar la historia. La que ahora reescribirá la nueva promoción de falleras ilustres. Algunas cortes, en alguna ocasión, ha recibido la caja con sus joyas y se han encontrado con una nota de sus antecesoras.