Se rompe el gobierno de Rocafort. Los dos concejales de Ciudadanos, Guillermo José y Rosario Marco, han presentado este lunes por registro de entrada la renuncia a sus competencias como integrantes del tripartito que hasta ahora formaban con Partido Popular y Vox, y pasan a la oposición. El ejecutivo local se queda en minoría con solo cinco ediles.

El detonante de la ruptura definitiva ha sido el pleno de la pasada semana, donde José reveló que el alcalde Agustín Aliaga redactó la destitución de ambos concejales de Cs por “deslealtad y falta de confianza”, aunque finalmente no las firmó. Pese a todo, Ciudadanos tacha de "inverosímiles" las explicaciones dadas por el alcalde popular en el pleno, y los concejales de la formación naranja han decidido abandonar el gobierno. "Es imposible seguir trabajando ante la desconfianza y la falta de transparencia del alcalde", afirman.

Desde Cs lamentan "no poder acabar la legislatura en el gobierno pues los concejales han dedicado mucho esfuerzo, tiempo y trabajo en sacar adelante proyectos de mejora para Rocafort. Otros estaban previstos para lo que resta de legislatura y, a pesar de las dificultades, hemos seguido luchando por mantener el pacto. No obstante, actuaciones como esta última imposibilitan la vigencia del mismo". Aun así, desde ahora en la oposición, Ciudadanos se compromete a "seguir trabajando por los intereses de Rocafort y de todos sus vecinos".

Por su parte, el presidente provincial del Partido Popular, Vicente Mompó, se muestra «decepcionado» con la «poca fiabilidad» de sus socios de gobierno de Rocafort, asegurando que «durante toda la legislatura han incumplido el pacto entre las dos formaciones». El líder popular  recuerda que su partido «siempre ha respetado los pactos de gobernabilidad con otras formaciones» y resalta que «lo más importante son los ciudadanos de Rocafort y la estabilidad de las políticas que se están aplicando». Por ello, confía que «se respete el acuerdo de inicio de legislatura» y llama a «responsabilidad» al resto de grupos para que se «respete la voluntad de los vecinos expresa en las urnas».

Tal como informó este diario en exclusiva la pasada semana, el alcalde de Rocafort, Agustín Aliaga (PP), redactó el día de Nochevieja dos resoluciones de alcaldía en las que retiraba parte de sus competencias, las más destacas, a los dos concejales de Cs, socios de su ejecutivo. A Guillermo José, quien ocupó la alcaldía los dos primeros años del pacto, le despojaba de Seguridad Ciudadana, mientras que a Rosario Marco le quitaba Urbanismo. Finalmente, el mandatario popular no firmó las resoluciones y los regidores naranjas mantienen todas las delegaciones.

Pero Ciudadanos consideraba que la afrenta estaba hecha, sobre todo, porque Aliaga argumentaba su decisión en la “falta de confianza” y “deslealtad” de José y Marco. El exalcalde naranja calificó de “grave” que “no nos haya comunicado que nos quite la mitad de nuestras competencias”, y dejó entrever en el pleno que les arrebataba las dos áreas encargadas de hacer los informes “de cosas que ustedes quieren hacer”. Claramente era una crítica velada a las discrepancias surgidas por la celebración de algunos actos, como la Cabalgata de Reyes.

Aliaga reconoció que ultimó la destitución de sus socios, pero zanjó el asunto con que “no las firmé y todo se queda como está. No he quitado competencia alguna y todo se queda como está”. Lo bien cierto es que estuvo a punto de hacerlo. Durante las últimas semanas del año, las fricciones con sus socios fueron palpables por cuestiones que no han trascendido, y que llevaron al alcalde del PP a ultimar la destitución. Solo la reflexión y el enfriamiento, y alguna llama superior, evitó el cese.

Durante el miércoles y jueves, el grupo municipal se ha reunido con dirigentes de la dirección de Ciudadanos para abordar la situación. El análisis del problema subió el viernes un par de escalones y fue uno de los puntos a tratar en el Comité Autonómico. En el encuentro, la crisis de gobierno en Rocafort ha formado parte de la evaluación de una serie de pactos de gobierno sellados por Cs con otras formaciones a lo largo de la C. Valenciana.

Si bien en el comunicado que remitió a la prensa no se mencionaba el asunto de Rocafort, el malestar en la formación naranja existía. Pese a que algunos dirigentes se mostraron más partidarios de aguantar el tipo e iniciar conversaciones con homólogos del PP para tratar de rebajar el tono de crispación y agotar el mandato, finalmente los dos concejales han presentado este lunes su renuncia por registro de entrada. Desde Ciudadanos aseguran que ambos regidores cuentan con el total apoyo de la formación naranja en su decisión.

Ocho meses de enfrentamientos

Y es que tal como avanzó en exclusiva en su día, la espoleta que abrió una vía de agua en el tripartito de Rocafort fue la destitución de la entonces edila de Urbanismo, Susana Martínez (PP), por parte del exalcalde Guillermo José, por «una pérdida de confianza» y porque «sinceramente, no está preparada». El PP se molestó muchísimo, pero con el cambio de alcaldía a tres meses vista aguantó el temporal.

Pero lejos de calmarse las aguas, la galerna fue mayor. Rosario Marco, alcaldesa accidental hasta la celebración del pleno de investidura, retiró las competencias a los ediles del PP, para devolvérselas días después, tras la intervención de las direcciones provinciales.

Con Agustín Aliaga de alcalde, el cisma se ha mantenido. Ambas formaciones avisaron tras el caso Martínez de que la relación no sería igual. Y lo han cumplido. Los ediles de Ciudadanos acusaron al mandatario popular de no cumplir el pacto tras el nuevo reparto de competencias, al conceder a Susana Martínez el área de Comunicación. Y Cs se lo cobró: sus votos en contra han impedido a Aliaga sacar adelante dos puntos que llevó a pleno: el cambio de representante en el Consell de l’Horta y el incremento salarial para su asesora.

El incidente del último pleno por la casi destitución se convirtió en la enésima crisis de gobierno de Rocafort, pero que finalmente ha sido la última con la ruptura del gobierno.