Denuncia en comisaría el ataque mortal al chihuahua en Alboraia

La dueña de la perrita Nana cuenta que su hijo de 10 años intentó separar a los canes y quedó ensangrentado

La chihuahua Nana fue atacada por un Bull Terrier en Port Saplaya

La chihuahua Nana fue atacada por un Bull Terrier en Port Saplaya / L-EMV

C.Moreno

La familia de la chihuahua atacada mortalmente por un Bull Terrier ha interpuesto una denuncia en la comisaría de Mislata por los hechos acahecidos el pasado sábado en la playa canina de Alboraia.

Según se recoge en el atestado, la denunciante Ana Belén manifiesta que se encontraba en el arenal de Port Saplaya junto a su chihuahua, de nombre Nana, cuando este se movió de la toalla y se fue en dirección al mar. En ese momento, otro can de raza Bull Terrier se abalanzó sobre Nana apresándolo con la mandíbula.

Cuando se percataron de la situación, el hijo de Ana Belén, de 10 años, intentó meterse por medio y separar a su perra de la boca del Bull Terrier sin éxito, con el peligro que la acción conllevaba –dice la denuncia– para la integridad del niño. Después intervino también el marido de Ana Belén y tras varios intentos lograron que lo soltara, pero el chihuahuaya había fallecido y tanto el hombre como el niño quedaron "llenos de sangre".

La chihuahua Nana con Ana Belén, su marido y su hijo

La chihuahua Nana con Ana Belén, su marido y su hijo / L-EMV

Finalmente, en el relato de los hechos, la familia afectada, que se había desplazado desde Mislata para pasar el día en la playa canina de Port Saplaya (Alboraia), cuenta que tras lo sucedido se personó la policía y les informarón sobre las acciones a seguir, "quedando el perro agresor bajo custodia de su dueño".

Y aportan un detalle que no fueron capaces de contar a los agentes en el momento del shock: el Bull Terrier "estaba sin bozal y con la correa sin atar". En su versión incial la Policía Local explicó que el perro de raza potencialmente peligrosa sí estaba atado, sin embargo, la dueña de Nana asegura que el Bull Terrer llevaba puesta la correa pero estaba completamente suelto. Fue en el momento de la agresión, dice, cuando su dueño sujetó al animal.

"Yo asumo que nuestra perra iba suelta y eso fue un error, pero lo que no puedes hacer es llevar a un perro que mata suelto y sin bozal. Desde aquel día no podemos dormir. Lo estamos pasando fatal", reconoce la dueña de la chihuahua Nana.