"The end" del último videoclub de Torrent

El "Siete Días II" baja la persiana por la jubilación de su propietario

Torrent tuvo hasta una docena de comercios de alquiler de películas en la década del 2000

Ángel Varea cierra por jubilación el último videoclub de Torrent

Ángel Varea cierra por jubilación el último videoclub de Torrent / AC

Alfredo Castelló

Alfredo Castelló

“The end”. El último videoclub que permanecía abierto en Torrent echó el cierre el pasado domingo con motivo de la jubilación de su propietario. La clausura del “Siete días II” supone el adiós a un tipo de negocio que tuvo su auge, primero con el VHS y luego con el DVD, con hasta una docena de establecimientos en la capital de l’Horta Sud.

Ángel Varea (1953) ha resistido con su «Siete días II» más de cuatro décadas. Mientras recoge de sus expositores reconocidos títulos como «El golpe», «El silencio de los corderos», «El príncipe de las mareas», «El color del dinero» o «Kramer contra Kramer», relata a Levante-EMV como comenzó su aventura con el alquiler de películas. Corría el año 1982 y un treintañero Varea se ganaba la vida en fábrica local dedicada a elaborar sábanas. Tras quedarse en el paro, fue el propietario de “Siete Días”, comercio de alquiler que frecuentaba con asiduidad, el que le animó a montar un videoclub. Apenas había un puñado de videoclubs en aquel Torrent de principios de los ochenta, y Ángel Varea se busco un hueco en el negocio del cine en casa. 

Angél Varea, en la puerta del "Siete Días II"

Angél Varea, en la puerta del "Siete Días II" / AC

La conversión de la cinta al dvd

Eran los años del VHS, Beta y 2000, y el negocio empezó a funcionar. «Solo existía la tele la 1 y la 2, y la gente venía el viernes o el sábado para llevarse varias películas para pasar el fin de semana», relata. Por aquel tiempo las peripecias de Pajares y Esteso, la Trilogía del Dólar de Clint Eastwood o las maporros con protagonistas como Bruce Lee y Chuck Norris eran las preferidas de su clientela. La llegada del DVD, a caballo entre finales de los noventa y el nuevo siglo, favoreció al negocio. Mejor imagen y contenidos extras para los cinefielos. Pero no todo fueron ventajas. Las distribuidoras vendían las unidades más caras y potentes franquicias llegaron a Torrent, donde sus estanterías ofertaban hasta diez caratulas de estrenos como «El Señor de los Anillos», «Harry Potter», «Spiderman» o «Gladiator».

Ángel Varea tuvo que adaptarse y abrir domingos y festivos, como hacían los videoclubs recién abiertos. También hasta las doce de la noche. La competencia era brutal y el propietario del “Siete días II” añadió un complemento al negocio que, a la larga, resultaría vital. «Empecé a ofrecer productos de kiosco como frutos secos, chucherías y demás. Pensé que, si vienen a por la película, podían comprar también esos productos como en el cine», explica. Y mientras el negocio del alquiler sufría oscilaciones, la 'paraeta' mantenía un buen ritmo de ventas.

Varea, en uno de los expositores del videoclub

Varea, en uno de los expositores del videoclub / AC

El declive con la piratería y las plataformas

La llegada de la TDT, la televisión digital de pago y las plataformas como Netflix, HBO o Amazon, además de la pitatería, significaron el principio del fin de los videoclubs. Todos fueron cerrando excepto “Siete días II”. El kiosco de chuches y los romanticos que todavía alquilaban algún film han sido los clientes de Varea hasta su jubilación, el pasado 31 de diciembre. 

Ahora mientras sigue envolviendo películas que repasan la historia del cine de los últimos 40 años, echa la vista atrás y se queda “con todas las amistades que he hecho y el cariño de la gente”. Reconoce que estas últimas semanas “han sido difíciles porque no me quito de la cabeza que vaya a dejar el negocio que ha sido mi vida los últimos 42 años. Me ha costado, la verdad, ir recogiendo cosas y ver cómo empaquetaba muchos recuerdos”, narra a este diario con el nudo en la garganta. A ello se sumaba los mensajes de clientes y vecinos: “A muchos les sabía mal que lo dejara, pero me desean lo mejor y que ahora disfrute de la jubilación y de la vida, de los nietos”.