La tragedia ferroviaria que originó la primera falla de Paterna

Una investigación de Paternateca recoge la fase de creación del primer monumento creado por un profesor y sus alumnos de la Escuela Cervantes, antes Blasco Ibáñez, sobre la muerte de dos personas arrolladas por el tren en su coche

La primerafallade Paterna en 1935 realizada porlso alumnos de la escuela Cervantes.

La primerafallade Paterna en 1935 realizada porlso alumnos de la escuela Cervantes. / Paternateca

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Por un trabajo escolar motivado por una tragedia ferroviaria. Así nació la primera Falla de Paterna. El 21 de enero de 1935, en el paso a nivel de «las Carolinas» el tren arroyó a un vehículo, donde fallecieron sus dos ocupantes. Este suceso traumatizó a los alumnos más mayores, de once a 14 años, de la Escuela Blasco Ibáñez, ahora colegio Cervantes y su profesor, Ramón Ramia Querol al ver la preocupación de los niños sobre la noticia del accidente, decidió el trabajar la realización de un monumento fallero, tal como informa la revista «Escuelas de España», Revista pedagógica mensual, en su numero 18 de mayo de 1935, en el informe detallado firmado por el propio profesor y que recoge en un encomiable trabajo de investigación Félix Gámez García, que fue premiado en 2014 en los Juegos Florales de Paterna. Dicho trabajo fue publicado en la revista Alborgí de Paterna al año siguiente, y recogido por Paternateca, una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para salvaguardar la memoria y la cultura de Paterna a través de la recopilación de material fotográfico y documentación. 

El tren arrolló a un ccohe provocando la muerte de sus dos ocupantes en Les Carolines en 1935.

El tren arrolló a un ccohe provocando la muerte de sus dos ocupantes en Les Carolines en 1935. / Paternateka

Ramia explica todo el proceso creativo, empezando por un concurso de bocetos, resultado ganador por unanimidad el elegido cuyo remate era un esqueleto de 3 metros de altura que representaba la muerte sobre el paso de las vías, delante de un puente que es la propuesta deseada para cruzar sin peligro.

La falla con su remate principal y un avión por encima.

La falla con su remate principal y un avión por encima. / Paternateca

Comisión fallera

Se creó una comisión fallera, «con una votación por papeleta». Para obtener fondos, se realizó una rifa donde se obtuvo 85 pesetas. También había cinco «bellezas del foc»: «La sala se inunda de cartones, papeles, maderas, alambres, hierros, clavos, hojalatas, pinturas y toda suerte de materiales que encuentran y creen que han de ser de utilidad», relata el profesor, quien alaba la ayuda de los padres, aunque los alumnos hacían el mayor trabajo. «Unos se dedican a la carpintería, otros a la construcción de edificios; se encarga un grupo de hacer el tren, otro la vía, otro el trazado del túnel y carretera; los dibujantes y pintores son requeridos en todas las secciones para algún detalle o finalizar la obra; hay unos cuantos que ayudando a las niñas preparan los personajes que han de figurar en las diferentes partes de la falla», relata el maestro Ramia.

Boceto de la falla.

Boceto de la falla. / Paternateka

Elaboración del llibret

Tampoco se olvidaron del llibret, de 16 paginas y del que se sacaron 100 ejemplares. «Este poble de Paterna está molt ilusionat, perque els chiquets de l’Escola una gran falla han plantat», rezan los versos.

Y llegó el día más esperado, la plantá el 17 de marzo de 1935, que causó una gran expectación. «Desde entonces, hasta el 19, a las diez de la noche en que se hizo la quema, estuvo siempre concurridísima, constituyendo un acontecimiento de alcance insospechado», relata este humilde profesor Ramón Ramia Querol, que sin saberlo marcó el inicio de una tradición que ahora cuenta con 18 comisiones y sus respectivos monumentos.