El Montgó, la montaña que es toda una vida

Cuenta Miguel Mairena que en la Marina Alta ha encontrado su lugar en el mundo y que el Montgó es su «paraíso y última casa». El artista expone en el Centre d’Art de l’Estació de Dénia sus obras inspiradas en esa montaña litoral que es para las gentes de esta comarca un hito, un colosal mojón que, cuando se regresa a esta tierra, indica que allí, donde se adivina ese relieve todavía lejano, está el hogar. El Montgó eterno. Pero el artista remueve esa certeza.

Miguel Mairena confiesa que ha subido cientos de veces a este macizo tan vivo y cambiante. El Montgó sorprende. Observado desde Jesús Pobre, Gata y Xàbia, destacan sus paredes ocres, de intenso color de tierra. En cambio, la vertiente de Dénia, la cara norte, ofrece tonos grises y azulados.

La exposición de Miguel Mairena se titula «Nacimiento, vida y muerte del Montgó». El artista es audaz. Concibe la montaña como un ciclo. Enfrenta al espectador a ese horizonte último que es la muerte. ¿El Montgó tiene fin? La mirada de Mairena es tremendamente filosófica. Desde la belleza y la inspiración de la gran montaña, se asoma al abismo. «La pintura es posicionamiento. No es neutra ni equidistante», afirma.

Dice del Montgó que es «una inmensa atalaya de paisaje, historia y cultura». Advierte también que el cambio climático es una amenaza muy real y que nos hace vislumbrar el final de ese mundo que creíamos inconmovible. Recuerda los «atropellos» que ha sufrido el Montgó y destaca los esfuerzos por preservarlo y salvar esa montaña que es la vida.