La cala de la Granadella de Xàbia, hasta arriba de coches

La playa vive su primer fin de semana de gran afluencia de bañistas, que copan las plazas de aparcamiento del zigzag de la calle Pic Tort

Algunos turistas se despistan con la "tasa antimasificación": "¿Ahora también hay que pagar?"

Imagen tomada este domingo de los coches aparcados en el zigzag de la Granadella

Imagen tomada este domingo de los coches aparcados en el zigzag de la Granadella / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

"¿Ahora también hay que pagar?", pregunta una pareja que llega pasadas las 12 horas a la Granadella y que deja su coche arriba del todo del zigzag de la calle Pic Tort. "No, no. Todavía no hay que pagar", le responden. La "tasa antimasificación" de 9 euros aparcar el coche en esta cala de Xàbia todavía no se aplica. Es abril. No se espera tanta afluencia. Pero el caso es que la Granadella está ya hasta arriba de coches.

A media mañana de este domingo los bañistas ya tenían que aparcar en lo alto de la virada calle Pic Tort. Los coches subían y, mientras, los turistas bajaban caminando por este vial "panorámico" (las vistas a la cala son preciosas) cargados con sus hamacas y cachivaches de playa. La temporada turística en la cala de la Granadella de Xàbia ya ha comenzado. Lo que se ha vivido este fin de semana va a ser el pan nuestro de cada sábado y domingo. Sorprende, no obstante, que en abril ya toque irse al quinto pino y a las últimas plazas de aparcamiento, que son las que están en lo alto del zigzag de Pic Tort.

Luego, en pleno verano, ya vendrán la barrera, los enfados de bañistas que tienen que buscarse otra playa, ya que la Granadella ya está a tope de coches, y la "tasa antimasificación". También vendrá (este año la cosa parece bien encauzada) el transporte público, que aquí será un pintoresco "trenet".

El "boom" del turismo activo

Este domingo los bañistas podían estar todavía a sus anchas en la playa. La orilla no está masificada. El agua todavía está fría. Que haya tanto coche responde a que muchos de estos turistas no son de repantingarse en las hamacas, sino de cogerse el kayak o la tabla de paddle surf y lanzarse a remar por esta costa de acantilados. La cala es ya un hormiguear de turistas "activos" que exploran los aledaños costeros de la Granadella.