La nueva ley mantendrá el corsé urbanístico que impone l’Albufera

La nueva ordenación del parque natural desoye la demanda de los ayuntamientos para permitir su crecimiento vegetativo

Foto aérea de Sueca con el arrozal al fondo.

Foto aérea de Sueca con el arrozal al fondo. / XIMO FERRER

Joan R. Gimeno

El borrador del nuevo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de l’Albufera mantiene la negativa a permitir nuevas edificaciones fuera del suelo que ya se considera urbano. Los ayuntamientos de Sueca, El Perelló y el Mareny de Barraquetes siempre se han rebelado contra el corsé urbanístico que impone la protección del parque natural, ya que les impide ordenar con libertad su territorio. La estricta reglamentación impuesta para preservar el humedal ata de pies y manos a los alcaldes a la hora de emprender cualquier intervención urbanística. El suelo está protegido y ni siquiera se levanta la mano para acomodar un colegio o ensanchar el casco urbano. El nuevo texto legislativo, sin embargo, sigue mostrándose refractario a sus demandas.

La única excepción serán las edificaciones de uso agrícola, las que promuevan las administraciones públicas y las destinadas a servicios públicos relacionados con la gestión del parque natural de l’Albufera. Esas sí que estarán permitidas. Aquellas construcciones que se realizaron sin contar con licencia urbanística con fecha posterior a la aprobación a la Ley de la Generalitat de 2005 deberán iniciar el expediente de restauración de la legalidad urbanística que gestionan los ayuntamientos. Las edificaciones ilegales terminadas entre febrero de 2002 y febrero de 2006 que hayan ejercitado la acción de restauración de la legalidad en un plazo no superior a cuatro años desde que fueron terminadas no se considerarán prescritas.

La rigidez legislativa ha impedido al Mareny de Barraquetes construir una nueva escuela. El Perelló tuvo que derribar un recinto polideportivo para construir el actual colegio al impedirse edificarla escuela en otros terrenos disponibles. La imposición dejó al municipio sin ese espacio deportivo. Sueca tiene más de un 70% de su territorio incluido en la zona de afección del parque natural y el ayuntamiento reprocha que la ley incluso les impida regular el crecimiento vegetativo. 

La dirección general de Medio Natural y Evaluación Ambiental contempla en el borrador del nuevo PORN que al resto de construcciones ilegales, contra las que no puede ejercitarse la acción de restauración de la legalidad, sólo podrán concederse licencias de obras para el mantenimiento de la construcción y, además, estarán condicionadas a la adecuación de un sistema de vertido de aguas residuales, sin considerar la conexión o ampliación a la red pública de saneamiento.

La restauración de las edificaciones legales preexistentes estará permitida siempre que la superficie de la parcela sea superior a 2.000 m² y no suponga un incremento de altura o de la superficie de la construcción. También se deberá respetar el diseño y composición arquitectónicas tradicional. Respecto a la construcción de nuevas vías de acceso dentro del ámbito del parque natural, incluyendo los caminos rurales y los carriles-bici, también se impondrán limitaciones. La modificación de su trazado o la ampliación de las existentes deberán contar con el previa obtención del informe favorable, preceptivo y vinculante del servicio gestor del parque natural de l’Albufera.

No más líneas y tendidos eléctricos

En el ámbito del parque natural, fuera del suelo urbano preexistente, no se permitirá la construcción de nuevas estaciones de transformación o distribución de energía eléctricas. Y tampoco estarán permitidas las ampliaciones. Del mismo modo, con el fin de evitar la alteración del paisaje y los riesgos sobre la avifauna, los nuevos tendidos eléctricos y de comunicaciones que se instalen en suelo no urbanizable deberán ser subterráneos. En el caso de las líneas eléctricas de alta tensión deberán adaptarse a las especificaciones técnicas y a las medidas correctoras que pueda establecer la Conselleria de Medio Ambiente para evitar riesgos de electrocución y colisión sobre la avifauna

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