La oleada de imágenes religiosas en la Ribera fuerza a poner cámaras y guardar santos bajo llave

El párroco opta por la videovigilancia en el Mareny de Barraquetes y una capilla de Sueca, en la que esconde parte de la imaginería por precaución

Fachada de la iglesia del Mareny de Barraquetes, de la que sustrajeron tres imágenes religiosas.

Fachada de la iglesia del Mareny de Barraquetes, de la que sustrajeron tres imágenes religiosas. / Levante-EMV

La oleada de robos de imágenes religiosas que sufre la Ribera Baixa ha obligado a los responsables de las iglesias a tomar precauciones. Cristóbal Castells, párroco de Sueca y del Mareny de Barraquetes, ha expresado su decisión de instalar cámaras de vigilancia tanto en la iglesia de la Mare de Déu del Roser del Mareny, de la que la semana pasada sustrajeron una Inmaculada, un imagen de Sant Blai y una réplica de la Mare de Déu de Sales, como en la Capella del Santíssim Crist de l’Hospitalet, un pequeño templo ubicado en el casco urbano de Sueca, en el que ya ha guardado bajo llave varias imágenes que en caso de sufrir un robo quedaban muy a mano de los delincuentes. 

No es el único que ha tomado medidas. También en Corbera decidieron trasladar la imagen del Santíssim Crist a un lugar más seguro tras el robo sufrido en la ermita a la que da nombre, de la que a finales de la semana pasada desaparecieron una imagen de San Nicolás y otra de la Mare de Déu de Lourdes.

También se ha trasladado la imagen del Crist de la ermita de Corbera de la que desaparecieron dos obras la semana pasada

Precedentes de robos de imaginería

Aunque una búsqueda rápida por internet revela que existen bastantes precedentes de robos de imágenes religiosas -en los últimos años se han registrado por todo el territorio nacional, de Galicia a Andalucía pasando por Murcia- diferentes fuentes consultadas expresan su sorpresa por la sucesión de acciones similares en un radio de acción muy pequeño -Levante-EMV ha revelado en la última semana el robo de ocho imágenes en un par de meses- y su extrañeza porque, en algunos casos, los autores han ido directos a por las imágenes dejando otros elementos de mayor valor económico.

«Es raro que roben imágenes, es más normal que de las iglesias sustraigan orfebrería o joyas de las propias imágenes que pueden tener un valor más elevado», comenta la restauradora del Museu Municipal d’Alzira, Mónica Ibáñez. «Los robos no son normales, tengo 75 años, llevo en Sueca desde el año 2000 y nunca he escuchado una sucesión de robos así, de oca a oca y tiro porque me toca», señala el sacerdote Andrés de Sales Ferri, director del Archivo de Religiosidad Popular de la Diócesis de València, que asegura conocer las imágenes sustraídas en El Mareny y señala que, al menos en este caso, todas son de escayola y, en principio, de menor valor que si fueran tallas de madera.

Precisamente el párroco de la Entidad Local Menor ha expresado públicamente su sospecha de que puede tratarse de robos por encargo. Diferentes expertos consultados se muestran cautos sobre la calidad o valor de las imágenes sustraídas al no conocerlas aunque coinciden en señalar que existe un mercado negro en el que pueden tener salida.

«Evidentemente, al margen de la venta legal de imaginería, hay un mercado negro, como en todo»

«Evidentemente que, al margen de la venta legal, hay un mercado negro, como en todo», comenta Vicent Guerola, profesor del departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València y miembro investigador del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio. Guerola señala que una imagen que sea muy significativa puede ser difícil de introducir en ese mercado ilegal de imaginería, aunque otras fuentes apuntan que el destino de las obras que se roban puede estar incluso lejos de España. Todo depende del perfil y la capacidad los autores de la sustracción. La Guardia Civil investiga si hay relación entre los robos cometidos en la parroquia del Mareny, la ermita de Corbera y la iglesia de Polinyà, al que hay que sumar la desaparición de una imagen que ocupaba una hornacina en al calle Francisco de Vitoria de Sueca.

El Vicario de la Ribera, Luis Molina, ha emplazado a los párrocos de esta demarcación a esmerar la vigilancia y «estas más atentos» ante la sucesión de robos en templos de la Ribera Baixa para evitar nuevas sustracciones de elementos de un patrimonio que, según señala, «perteneced al pueblo cristiano». «Les animamos a que tengan cuidado, si tienen alarma que la pongan o si hay elementos de valor no los dejen a mano», comenta Molina, que admite cierto desconcierto.    «Otras veces han buscado lampararios y dinero, pero esta vez es curioso que entran a buscar imágenes y dejan de lado otras cosas, son robos raros. Lo inexplicable es que son piezas de poco sentido, no son obras de un valor excesivo y se han centrado en parroquias pequeñas cuando hay otras más grandes y con más posibilidades, es lo chocante que nos llama la atención a todos», incide el vicario comarcal, mientas aclara que no se puede cuestionar el valor de las imágenes «porque muchas veces el valor sentimental es mayor que el material, pero no han ido a buscar obras de arte, que hubiera sido más peligroso». Luis Molina aboga porque, al menos hasta que se aclaren estos casos, se extremen las precauciones.  Pascual Fandos Alzira

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