El paro sigue estable en la Ribera desde hace 6 meses

El paro sigue estabilizado en la Ribera. Desde el pasado mes de octubre apenas ha sufrido alteraciones significativas. Marzo se ha cerrado con 17.744 personas desempleadas en la comarca, 77 menos que en febrero, por lo que el descenso mensual es del 0’43%. La comparativa anual es mucho más favorable: hay 1.454 parados menos que el mismo mes de 2022, lo que supone una disminución de desempleo anual del 7’57%.

Respecto a la contratación, se han registrado 7.205 contratos en marzo de 2023, lo que ha supuesto 4.211 contratos menos que en el 2022 es decir un 36’89% de disminución interanual. Por géneros, 3.029 han sido mujeres (42’04%) y 4.176 hombres (57’96%). La contratación indefinida mensual es de 3.260 contratos, un 22’60% más que el año pasado, y la contratación temporal es de 3.940 contratos. De ellos, un 45’25% son indefinidos y un 54’68% temporales. De los contratos, tanto temporales como en los indefinidos, un 59’64% ha sido a jornada completa y un 40’36% a tiempo parcial.

El buen tiempo de la semana fallera contribuyó en gran medida a reactivar el empleo en el sector turístico. Pese a que la contratación hostelera se caracteriza «por un abuso de contratos temporales», según remarca el líder comarcal de UGT, Raül Roselló, los datos del paro demuestran que el empleo «sigue creciendo, y lo que es aún más positivo, con contratos indefinidos, que ya se ha convertido en la modalidad de referencia de nuestro mercado laboral», subraya el sindicalista. De hecho, en marzo, casi la mitad de los contratos firmados son indefinidos. 

La sustitución de contratos temporales de corta duración por contratos indefinidos causa que, en conjunto, se hayan registrado 4817 contratos menos que en febrero de 2022 . La tasa de temporalidad de la afiliación se ha desplomado en un año.

La creación de empleo con contratos indefinidos confirma, según UGT, que la reforma laboral ha sido «muy eficaz para acabar con la rotación injustificada y los contratos de muy corta duración, que mantenían en la incertidumbre a los trabajadores y deterioraban el mercado laboral». Roselló defiende que la nueva norma ha supuesto un «verdadero éxito» al reducir la temporalidad sin afectar al dinamismo del empleo».