Alzicoop cede sus almacenes agrícolas y parte de la plantilla para ahorrar costes

La cooperativa alzireña acuerda alquilar con derecho a compra sus instalaciones a la empresa citrícola Juan Motilla, SL

El solar ocupa 31.350 metros cuadrados

La centenaria entidad mantendrá a un centenar de ‘collidors’ y trasladará sus oficinas 

Instalaciones de la cooperativa Alzicoop.

Instalaciones de la cooperativa Alzicoop. / PERALES IBORRA

A. C.

La asamblea de socios de la cooperativa agrícola de Alzira (Alzicoop) aprobó anoche el alquiler con opción de compra de sus instalaciones a la empresa exportadora de cítricos Juan Motilla, SL, arrendataria desde 2020 de parte de los almacenes ubicados en la partida de Materna. La venta no implica la desaparición y cierre de la centenaria entidad alzireña, que mantendrá su producción a través de la cooperativa de segundo grado Greenfruits, de la que también forman parte la Copal (Algemesí) y las cooperativas de Gandia, Pego y Oliva.

Alzicoop ya alcanzó un acuerdo de colaboración hace tres años para ceder parte de su complejo agroalimentario, que suma 31.350 metros cuadrados, mediante un contrato de arrendamiento a la empresa citrícola Juan Motilla, SL. De este modo, la cooperativa alzireña logró reemplazar el contrato de alquiler que mantenía hasta entonces con Fruxeresa, que decidió trasladar su sede alcireña al polígono industrial El Pla. 

Juan Motilla, SL, es una empresa familiar cuya sede central se encuentra en Carcaixent. Su mercado principal se centra en Europa, donde exporta regularmente sus naranjas y clementinas a numerosas naciones del viejo continente, aunque sus ventas también se dirigen a otros países tan lejanos como Estados Unidos, Canadá, Australia, Malasia, Singapur, Hong Kong y Dubai

El arrendamiento se mantendría vivo hasta el año 2030, cuando podría prorrogarse el acuerdo o materializar la opción de compra. Hasta entonces, Alzicoop mantendrá su tienda de suministros, la gasolinera de bajo coste y todo el personal de recolección de frutas y cítricos, alrededor de un centenar de trabajadores. Por su parte, Juan Motilla asumirá la plantilla del almacén. La cooperativa de la capital de la Ribera Alta operaba este año con 250 empleados en los meses de mayor producción agrícola.

El acuerdo reducirá notablemente los gastos estructurales de Alzicoop. El Impuesto de Bienes Económicos (IBI), por ejemplo, representaba hasta ahora un desembolso de 36.000 euros anuales. La centenaria entidad agrícola alzireña sigue el camino que ya han recorrido las cooperativas de Gandia y Oliva, aunque en la Safor ya se han desprendido de los almacenes. Fue una venta directa, lo que ha supuesto un ahorro considerable en los balances anuales de esas entidades.

Mudanza al centro urbano

El alquiler de los almacenes de la partida de Materna, en cualquier caso, obliga a trasladar las oficinas de Alzicoop a un nuevo emplazamiento. Aunque la junta directiva no ha resuelto todavía la mudanza, todo indica que se trasladarán a algún inmueble del centro urbano. Alzicoop dispone todavía de un edificio en la Plaça Major, aunque también fue arrendado a un despacho de arquitectura y sigue, varios años después, en obras.

A mediados de 2022 los cooperativistas alzireños capacitaron a la directiva para que negociara su integración en Greenfruits. La integración ha conseguido mejorar las liquidaciones a los socios, que vuelven a equipararse con las que ofrece el mercado y las grandes compañías del sector. Y la intención, ahora, es ahorrar costes, ya que los gastos generales de cada cooperativa de Greenfruits deben asumirlos Alzicoop, Copal (Algemesí), Coopcisa (Gandia), Coopego (Pego) y Novacitrus (Oliva).

«Es hora de dar el paso definitivo que nos permita mejorar los servicios de la cooperativa ofrece a sus socios, a la vez que mantenemos nuestras señas de identidad», exhorta Paco Clari a los agricultores que forman parte de la veterana entidad alzireña.

«Lo que queremos es darle vida a la cooperativa, no cerrarla»

La dirección de Alzicoop niega con rotundidad que la cooperativa vaya a desaparecer. «El arrendamiento con opción de compra no es de ninguna manera el final sino el principio de una nueva etapa», sostiene el presidente de la entidad, Paco Clari. «Lo que pretendemos es darle vida a la cooperativa para garantizar su futuro», defiende con firmeza. «Si perdemos más volumen de producción sí que tendríamos que cerrar», aclara. Las liquidaciones de la última campaña pagadas a los socios «han estado muy bien, han sido buenas», remarca. El alquiler con opción de compra del almacén responde al plan de viabilidad que encargó hace una año la junta rectora para explorar los escenarios futuros y buscar las mejores alternativas. «Lo que pretendemos es seguir siendo una entidad competitiva, solvente y comprometida con nuestros socios, con nuestros clientes y con la sociedad», proclama Clari.

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