El ayuntamiento de Sollana cumple cien años de historia convulsa

Un libro reúne toda la información municipal del último siglo con motivo del aniversario de la casa del pueblo

La década de los 30 fue muy tensa

Un incendio durante una revuelta social estuvo a punto de destruir por completo las dependencias

La casa consistorial de Sollana actual, recién construida en 1922.

La casa consistorial de Sollana actual, recién construida en 1922. / V. Barberá

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

La casa consistorial de Sollana ha superado el siglo de vida, a pesar de que hubo momentos históricos en los que parecía muy complicado que el edificio inaugurado en 1922 llegara si quiera a cumplir veinte años. Ahora, un libro de los historiadores Pau Córdoba, Llorenç Benaches y Cristian García recopila la historia del ayuntamiento y de la localidad con motivo del centenario. Entre sus páginas se narran episodios como los convulsos años treinta.

La obra, si bien se ha retrasado más de lo esperado, representa una ardua labor de investigación, especialmente para recuperar cierta información, ya que el archivo municipal fue pasto de las llamas. El edificio que acoge en la actualidad el ayuntamiento se construyó en 1922, aunque se han realizado reformas y ampliaciones. Fue un proceso costoso, enmarcado en un contexto muy parecido al actual. «En los primeros años del siglo pasado, las dependencias municipales estaban en una casa antigua de condiciones muy precarias que, incluso, llegó a representar un riesgo ante la posibilidad de que se desplomase», expone Córdoba, cronista local, para añadir a continuación: «En un principio, se quiso construir la nueva casa consistorial en el año 1917, pero cuando se tenía el proyecto listo estalló la Primera Guerra Mundial. Los precios subieron de forma desorbitada y el pueblo tuvo que esperar a que la situación económica mejorase y pudiera ahorrar más dinero para afrontar el coste de la obra».

El mismo día que abrió sus puertas el ayuntamiento se inauguró un tramo de carretera.

El mismo día que abrió sus puertas el ayuntamiento se inauguró un tramo de carretera. / V. Barberá

El 5 de noviembre de 1922 fue el gran día. Y no solo por la apertura del ayuntamiento. Aquella jornada también sirvió para inaugurar el cuartel de la Guardia Civil y el empedrado de la carretera entre Silla y Alicante. «Fue todo un evento social para un pueblo agrícola de apenas 3.000 habitantes. Acudieron importantes personalidades y políticos de la época», enfatiza el cronista.

Alcalde retenido

Sin embargo, aquel edifico que ha llegado a nuestros días bien podría haber desaparecido apenas una década después. Los años treinta fueron especialmente convulsos en la localidad. En 1932, un grupo de vecinos proclamó en Sollana la Revolución Social, interpretada erróneamente durante décadas como una adhesión a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) «debido a las ‘fake news’ de la época», apostilla Córdoba. «Estas personas retuvieron al alcalde en su casa, quisieron atacar la iglesia, resultando herido el cura, y arrasaron con el archivo municipal y los muebles del ayuntamiento, que tiraron desde el balcón a la plaza para quemarlo todo», añade. Entre el 34 y el 35, la expulsión de concejales y del secretario agitaron la política local, que no dejaba de ser un reflejo de la nacional. En julio de 1936, se produjo un nuevo ataque a la iglesia y al ayuntamiento. «En aquella ocasión, poca documentación se pudo destruir, ya que apenas se había arrasado con todo en el 32. Los archivos y el mobiliario ardieron dentro del propio consistorio, aunque un par de los asaltantes se quedaron rezagados y frenaron el incendio, que provocó daños que obligaron al ayuntamiento a trasladar las dependencias municipales durante meses. Aquel periodo fue un verdadero caos en Sollana, en la que había una sibilina lucha por la alcaldía», indica el historiador.

Este y otros episodios históricos figuran en el libro que recopila toda la información municipal del último siglo, dividida en los 37 periodos de alcaldía y 29 alcaldes que abarcan el siglo de vida del consistorio. El actual munícipe, Vicent Codoñer, resalta la importancia de la efeméride: «Es un orgullo poder formar parte de esos cien años de historia, en los que hemos tenido éxitos y retos que superar y que marcan nuestra identidad local».

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