El 24 % de las viviendas de la Ribera se edificaron durante la burbuja inmobiliaria

El actual parque inmobiliario de la Ribera no se entendería sin el impacto que tuvo sobre el territorio la burbuja, que infló precios y llevó a construir edificios muy por encima de las necesidades habitacionales de la comarca y el resto del país. Tanto es así que, aproximadamente, una cuarta parte de los inmuebles urbanos son de aquella época.

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Según se refleja en el Banco de Datos Territorial de la Generalitat, la Ribera disponía de 277.871 viviendas al cierre del año 2022, última actualización disponible. Sin embargo, el análisis de estas cifras permite observar las distintas épocas de crecimiento urbanístico y cuantificar el impacto que tuvo la burbuja.

Hasta 1950, el número de inmuebles urbanos construidos en la comarca superaba por poco las 30.000. Hace setenta años, por tanto, el volumen era nueve veces inferior al actual. Solo entre los años sesenta y los setenta se construyeron más viviendas de las existentes hasta aquel momento, ya que se alzaron 36.475 nuevas construcciones. Sin embargo, fue el preludio de lo que estaba por venir, ya que la segunda mayor época urbanizadora en la historia fue, precisamente, la década de los setenta. Fueron más de cincuenta mil hogares.

El ladrillo y el cemento ganaron protagonismo, pues, para dar respuesta a la elevada demanda que propició otro ‘boom’, el demográfico, que representó un importante crecimiento demográfico. Sin embargo, también existe un segundo factor que explica el impulso de promociones urbanísticas en este periodo, ya que muchas de estas tienen su origen en la cimentación de los destinos turísticos más importantes de la Ribera. De hecho, para Cullera y Sueca, las dos ciudades de la comarca con costa, los años setenta representan el momento histórico en el que se alzaron más construcciones. Fueron casi once mil inmuebles en Cullera y 7.877 en Sueca.

Sin embargo, ni la irrupción del turismo ni el aumento de población sirven para explicar la que fue la década de mayor construcción en la comarca. Fue una burbuja especulativa la que incentivó el periodo urbanizador por excelencia en el conjunto del estado español. Y también en la Ribera, puesto que entre el año 2000 y el 2009 se edificaron 66.473 inmuebles, el 24 % de los que existen en la actualidad. Con la posterior crisis, se frenó el sector por completo. De hecho, entre el año 2010 y el 2022, el número de nuevas viviendas asciende a 9.479.

Mayor porcentaje

El informe autonómico también muestra el suelo vacante en la Ribera, es decir, aquel que está disponible para la construcción pues se ha urbanizado y parcelado. Son alrededor 16.000 los inmuebles que podrían edificarse ya mismo, lo que elevaría el dato global hasta los cerca de 300.000. Casi tantos como habitantes censados en la comarca.

A pesar de que el total de construcciones durante la época de la burbuja representa el 24 % del total del parque inmobiliario de Ribera, en algunas localidades su impacto fue mayor. Se trata de pequeños municipios que crecieron de forma extraordinaria a nivel urbanístico en esta época. El caso más significativo es el de Favara, donde el 45,7 % los hogares se edificaron entre el año 2000 y el 2009. Por encima del cuarenta por ciento se encuentran también Benicull, Montroi y Sant Joanet. En el lado opuesto de la estadística, estas construcciones significan menos del diez por ciento del global en l’Énova (9,29 %), Gavarda (6,64 %) y Antella (5,57 %).

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