Alzira refrenda la multa de 3.000 € al dueño de la charca de los mosquitos

El ayuntamiento desestima un segundo recurso y ratifica la sanción al considerar que las alegaciones no desvirtúan la infracción cometida

El solar inacabado junto a la calle Joanot Martorell, lleno de agua, en una imagen de archivo.

El solar inacabado junto a la calle Joanot Martorell, lleno de agua, en una imagen de archivo. / Perales Iborra

El Ayuntamiento de Alzira ha desestimado un segundo recurso de reposición interpuesto por la empresa titular del inmueble inacabado en la calle Joanot Martorell, convertido en un foco insalubre por la acumulación de agua, y ha confirmado la multa de 3.000 euros impuesta en octubre, en aplicación de la ordenanza municipal para el control del mosquito tigre. 

Se trata de la segunda sanción que aplica el consistorio en base a este articulado y, además, de la multa más alta posible que contempla la ordenanza ante un problema que se arrastra desde hace más de una década. La empresa tiene la posibilidad de interponer un contencioso administrativo como única vía para tratar de rebatir esta sanción ya que el consistorio se ha mostrado firme al considerar que las declaraciones de buenas intenciones de la titular para tratar de corregir la situación no se corresponden con los trabajos de vaciado y limpieza que se le habían exigido.

Las actas del servicio de inspección urbanística resultan fundamentales para rechazar este segundo recurso de reposición contra la multa impuesta por la acumulación de aguas putrefactas en este sótano inacabado. El agua de lluvia se encharca habitualmente en la cimentación de esta finca cuya construcción se paralizó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la crisis que sacudió este sector hace ya tres lustros, lo que ha provocado sucesivas quejas de los vecinos del entorno ya que el agua estancada favorece la proliferación de insectos, especialmente en verano, y con ellos del molesto mosquito tigre.

Se trata de la segunda sanción que se aplica en base a la ordenanza para el control del mosquito tigre

El ayuntamiento ya desestimó en noviembre un primer recurso de una empresa autorizada por la titular para actuar en su nombre y, acto seguido, fue la propia mercantil que tiene la propiedad del inmueble la que impugnó la sanción alegando que el 8 de septiembre ya había procedido a cumplir el mandato de vaciar el agua de este sótano, por lo que la sanción resultaba improcedente, y al considerar que la resolución municipal debía declararse nula.

Los servicios jurídicos del consistorio desmontan este alegato en base a un acta del servicio de inspección que confirmó que el 26 de septiembre el sótano continuaba lleno de agua y persistía por tanto la situación de insalubridad y riesgo sanitario mientras que la solicitud de nulidad consideran que no se ajusta a ninguno de los supuestos previstos en la legislación. En última instancia, señala que las alegaciones no desvirtúan los hechos constitutivos de la infracción que se le atribuye en base a las prescripciones de la ordenanza de control del mosquito tigre y confirma la sanción de 3.000 euros por la situación de insalubridad que genera un solar repleto de agua. 

Se da la circunstancia de que este problema se arrastra desde el año 2010, cuando el ayuntamiento realizó los primeros requerimientos a la empresa por la acumulación de agua en esta estructura.

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