«Todos los años digo que va a ser mi último Dakar, pero a la vuelta solo quiero volver a recorrer las dunas y el desierto»

«Todas las personas han de tener claro que los sueños se pueden cumplir». Así de claro lo tiene el carcaixentí Dani Albero que sigue siendo la única persona diabética del planeta que disputa el rally más duro del mundo, el Dakar. Albero ha conseguido completar el recorrido arábigo por cuarto año consecutivo y en esta ocasión, en la 7ª posición de la categoría H3 de Classic en la modalidad de Regularidad. 

«En esta categoría hemos de recorrer dos puntos a una velocidad media determinada. En la H3 es a 95 km/h. con coches -o una réplica- que han corrido el Dakar antes del 31 de diciembre de 1999», explicaba el ribereño. Tan gran gesta ha tenido sello ribereño ya que el carcaixentí ha tenido como copiloto al corberano Luis Serra. «Él venía de entrenar a velocidades más bajas, a 25-30 km/h. pero tras las primeras etapas se acopló a dar muchas instrucciones a alta velocidad». 

Completar el Dakar es un triunfo en sí y hacerlo en la 7ª posición más todavía «cuando tenemos un presupuesto de unos 70.000 € contra estructuras de medio o un millón de euros», apuntaba Albero. 

«El mayor triunfo son las muchas muestras de agradecimiento por dar visibilidad a esta enfermedad»

Dani Albero

— Piloto diabético en el Dakar

«Pero el mayor triunfo son las muchas muestras de agradecimiento recibidas por gente que padece diabetes o asociaciones por el esfuerzo que hago por visibilizar esta enfermedad». Y es que en 1982, cuando se le detectó, «los profesores no me dejaban hacer gimnasia cuando con el tiempo se ha demostrado que con ejercicio y una buena alimentación, se puede controlar la enfermedad e incluso reducirla como la diabetes de tipo 2», añadió. «Hace falta moverse para metabolizar la insulinaa. El tenista Zverev o el futbolista del Real Madrid Nacho son otros ejemplos de deportistas de élite que padecen la diabetes.

En progresión

Su relación con el Dakar ya cumple seis años. «Tuve que demostrar a la organización más que otros pilotos que podía competir». Para lograr la clasificación tuvo que correr dos campeonatos de España, en Grecia o la Panáfrica. En 2019 disputó el último Dakar que se disputó en Sudamérica, en Perú concretamente. Completó tres etapas «pero nos aportó información sobre el uso más correcto de las bombas de insulina, las pautas para ponérmela,…». En 2020, ya en Arabia, aplicando la información, recorrió nueve etapas en moto. Por fin, en 2021 completó su primera edición. «Fue una sensación inigualable». Además, ya gastó la telemedicina con la ayuda de la doctora Teresa Martínez que veía los datos del sensor para regular la bomba de insulina. 

Conseguido su reto particular, la familia le instó a hacer otra prueba conocedora del peligro de accidente existente en motos. «La vendí para comprarme el coche Toyota Land Cruiser y poder hacer el Dakar sobre cuatro ruedas en categoría Classic que tiene un presupuesto similar a la moto». Con vídeos de Youtube fue montándose el coche. «Ahora tengo la ayuda de Alberto García Palací», comenta. 

«La experiencia con Luis ha sido fantástica. Hemos juntado la fuerza de sus treinta años con la experiencia de mis 51». Cada etapa es una aventura. Se levantan a las 3’30 de la madrugada para salir a correr a las 4’30. «Este año sufrimos la primera avería en tres ediciones. A las 5’30 acabamos de cambiar la caja de cambios y salíamos a las 6’30. Mientras otros corredores tienen estructuras detrás, cuando acabamos una etapa me toca ponerme en los bajos del coche a arreglarlo», comentó Dani. 

País por descubrir

Poca gente puede imaginar lo que es Arabia. Conocemos las espectaculares ciudades surgidas de zonas desérticas «pero es mucho más. Cuando llueve son maravillosos los cambios de colores que se ven, las piedras volcánicas,…», explica apasionadamente. «Lo mejor es correr por sitios vírgenes».Cuando parecía que cambiarían de país, se va a correr cinco años más en la península arábiga. «Todos los años digo que va a ser el último cuando salgo hacia allí pero a la vuelta, solo quiero volver a recorrer sus dunas y desiertos», concluyó. Eso sí, el único deseo que tenían ambos pilotos al volver a la Ribera era «¡¡el diumenge, paella!!».

Entre sus próximos propósitos está hacer la segunda parte del libro en el que narre sus experiencias en el Dakar a partir de 2021 y «publicarlo también en valenciano». También quiere proseguir con el proyecto de Compensación de la Huella de Carbono con la plantación de árboles.