Bernardo Cortés busca seguir al frente de las Fallas de Alzira sin descartarse una lista alternativa

Luis Gisbert, que ha ejercido como vicepresidente de Cultura de la JLF, baraja presentarse, aunque asegura que la decisión no está tomada

Bernardo Cortés, en el centro, junto a la secretaria general de la JLF, en un desfile de las pasadas fiestas.

Bernardo Cortés, en el centro, junto a la secretaria general de la JLF, en un desfile de las pasadas fiestas. / Perales Iborra

Bernardo Cortés optará a la reelección como presidente de la Junta Local Fallera de Alzira en el proceso que se abrirá cuando, el próximo 15 de abril, la actual directiva presente el balance económico del ejercicio. Cortés ha confirmado su intención de concurrir con una candidatura muy renovada para el que sería su segundo mandato aunque, muy probablemente, esta vez se tendrá que medir en las urnas con algún rival.

Aunque la relación de nombres que han sonado en los últimos días como posibles aspirantes es larga, únicamente Luis Gisbert, que ejerció como vicepresidente de Cultura en la etapa de Jaume Bohigues y ha continuado como enlace de la JLF con Lletres Falleres, ha señalado que contempla la posibilidad de disputar a Cortés la presidencia, aunque asegura que la decisión no está tomada. «Me hace ilusión, pero dependerá de que el equipo que ha trabajado conmigo tenga ganas y, de momento, no hay nada claro», ha comentado.. 

Gisbert ya se llegó a postular como candidato años atrás, aunque el parón provocado por la pandemia del coronavirus frenó sus expectativas y finalmente no llegó a formalizar su candidatura. La decisión de concurrir o no la anunciará previsiblemente una vez concluya la Semana Santa.

Bernardo Cortés, por su parte, tiene claro que optará a un segundo mandato. «Se han quedado proyectos por hacer. El primer año nos encontramos que quedaban cosas por pagar y luego, con las elecciones municipales, hubo cambios», relata, que han frenado, por ejemplo, la propuesta estrella que presentó en la campaña electoral de plantar una falla municipal. Aunque reconoce que todavía no se ha sentado a hablar con los responsables municipales, no renuncia a ese objetivo.

Cortés admite que hay aspectos de la fiesta «que se pueden mejorar», pero se muestra satisfecho del resultado de este último ejercicio que, augura, la JLF cerrará en positivo desde el punto de vista económico. Señala en particular el ritmo de la ofrenda y del pasodoble de la tarde de Sant Josep. «Ningún año se había acabado a las 20,15 horas y eso ha sido gracias a las 35 comisiones», señala.