El Consell plantea ahora respetar la ubicación del puente en las obras para proteger Alzira de las inundaciones del Casella

La solución no es del agrado del ayuntamiento, aunque la dirección general del Agua alerta de que una línea eléctrica condiciona la alternativa que defiende el gobierno municipal

El consistorio y la conselleria realizarán un último intento por consensuar el enlace de la CV-50 y la antigua CV-41 pendientes de los plazos de Iberdrola

El puente sobre el barranco de la Casella que se pretende ampliar en una imagen de archivo durante una crecida.

El puente sobre el barranco de la Casella que se pretende ampliar en una imagen de archivo durante una crecida. / Perales Iborra

El Ayuntamiento de Alzira y la dirección general del Agua realizarán un último intento para consensuar el proyecto de ampliación del Pont de Xàtiva que debe evitar las inundaciones que provoca el barranco de la Casella, aunque todo apunta a que, tras meses de negociaciones, la reordenación de la confluencia de la CV-50 con la antigua carretera de Carcaixent para mejorar la capacidad de desagüe regresa al punto de partida: la construcción de un nuevo puente justo al lado del actual aunque de mayor altura.

La directora general del Agua se ha desplazado este jueves a Alzira con técnicos de su departamento para intentar acabar de definir junto a las autoridades locales el proyecto. El tiempo apremia para no perder la asignación de 5 millones de euros que realizó el año pasado el Gobierno central. Bajo el brazo, los representantes de la conselleria de Infraestructuras y Agua recuperaban la opción de construir un nuevo puente casi en el mismo lugar. La propuesta mantiene el carril de deceleración que baja de la CV-50.

El Ayuntamiento de Alzira había desestimado esta alternativa al considerarla excesivamente dura por la presencia de dos estructuras de hormigón casi en perpendicular, el paso elevado de la CV-50 y el nuevo puente con pendientes mucho más pronunciadas, y entender se perdía la oportunidad de crear una entrada mucho más amable a la ciudad desde Carcaixent.

El gobierno municipal abogaba por desplazar el nuevo puente unos 200 metros aguas arriba del barranco para ampliar lo que hoy es un cuello de botella, generar un nuevo enlace con la CV-50 y construir una pasarela peatonal en el lugar que hoy ocupa el puente para facilitar el paso a los vecinos de Materna y a las empresas.

Los técnicos de la conselleria han alertado de que esta alternativa se veía comprometida por la presencia de unos cables de alta tensión y que un cambio de trazado de los mismos podía demorar todavía más la ejecución de una obra que debe estar acabada en 2026.

El ayuntamiento y la dirección general han acordado elevar una consulta a Iberdrola para conocer si se puede agilizar este trámite de forma que no se comprometa la recepción de los fondos, y se volverán a sentar en 15 días para tomar una decisión. El alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, ha comentado que se va a hacer este último intento, aunque afirma tener la sensación de que la conselleria tiene la decisión tomada con el puente en el mismo emplazamiento. De este modo atiende la demanda de Carcaixent de mantener las mismas comunicaciones mientras no tenga otra alternativa. Desde la dirección general, no obstante, señalan que la Generalitat «va a ir de la mano del ayuntamiento para que la obra que se ejecute cuente con el mayor grado de consenso».

«No podemos perder los cinco millones; no vamos a poner pegas»

El alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, ha comentado que la opción de construir un puente más alto para mejorar la capacidad de desagüe del barranco en el mismo punto «castigaría durante año y pico a los empresarios del polígono» al cortar el paso durante las obras y que la nueva infraestructura presentará unas pendientes muy pronunciadas, pero ha advertido de que, si como presume, es la opción por la que apuesta la Generalitat, el ayuntamiento la aceptará. «No podemos perder esos 5 millones y no vamos a poner pegas». Domínguez ha señalado que esta solución impedirá en el futuro eliminar el paso elevado de la CV-50, una de las alternativas que se había barajado. Por otra parte, ha recordado que se trata de una obra de protección contra inundaciones y que la opción que defiende el ayuntamiento refuerza la seguridad en lo que hoy es un punto débil. Pascual Fandos Alzira