El acusado de matar a su capataz dio un nombre falso de la víctima en el hospital

Extrabajadores de la finca de caballos de Torrent interrogados por la policía describen al acusado como «una persona agresiva e impulsiva»

Filipe Jorge Da Costa, la víctima, montando a caballo.

Filipe Jorge Da Costa, la víctima, montando a caballo. / Levante-EMV

Filipe Jorge Da Costa Vaz, así se llamaba el hombre de 66 años muerto tras la presunta paliza de su patrón en una finca de caballos de Torrent en agosto de 2021. Y no Felipe Pinto Vaz, nombre que anotaron en el centro hospitalario y que supuestamente dio el acusado del crimen cuando lo llevó agonizando al Hospital General de València después de que otro empleado se lo encontrara gravemente herido en las caballerizas horas después de haber tenido que mediar en una discusión entre el dueño de la finca y su capataz, en la que incluso tuvo que sujetar a su jefe para que no golpeara a la víctima con un enorme palo de los utilizados para azuzar al ganado, supuesta arma homicida.

La por entonces jefa del grupo de Homicidios de la Policía Nacional y otros compañeros del equipo relataron ayer en el juicio ante un jurado popular contra el empresario acusado de matar a su capataz las dificultades con las que se encontraron en sus investigaciones para poder identificar al fallecido y establecer el lugar en el que se había producido el fallecimiento del mismo porque la persona que lo llevó el hospital –el acusado– dio indicaciones falsas, presuntamente para tratar de ocultar su crimen.

Un hilo del que tirar

Los investigadores tuvieron que tirar mano de las cámaras de seguridad del hospital para poder localizar a la persona que había dejado a la víctima, que ingresó ya cadáver, la tarde del 27 de agosto de 2021. En las imágenes apenas se podía adivinar el modelo y la marca, pero no se veía la matrícula. En las mismas también se observa a un individuo que regresa poco después a pie. «Seguramente estaría aparcando», apuntó la instructora, lo cual coincide con la versión dada por el acusado.

Si bien cuando regresó para interesarse por el estado de la víctima, el acusado dijo que era un vecino suyo y que se lo había encontrado, sin dar detalles concretos del lugar. De hecho, la sanitaria no recordaba siquiera el municipio, o al menos no lo anotó, donde se produjo el supuesto accidente. Y digo accidente porque esta persona manifestó que «lo había pateado una yegua».

Así, con un cadáver sin identificar con una enorme cantidad de golpes por todo el cuerpo –algunas de cuyas heridas estaban cubiertas con maquillaje y pintura metalizada–, y con los escuetos datos recabados en el hospital, los investigadores iniciaron un rastreo por las cuadras y fincas de caballos de la zona próxima al Hospital General de València.

El tiempo apremiaba ya que los forenses habían establecido que la causa de la muerte era de etiología homicida tras «descartar de forma categórica que las lesiones fueran de origen animal», recordó ayer uno de los investigadores.

El acusado de matar a su capataz en Torrent, junto a su letrado.

El acusado de matar a su capataz en Torrent, junto a su letrado. / Germán Caballero

Finalmente llegan hasta la Finca Santonja, en Torrent, y se entrevistan con su propietario, que es citado a declarar como testigo, al igual que otro trabajador. En esta primera declaración de este testigo clave en el caso estuvo presente el abogado de la familia del criador de caballos. Además, el mismo día de los hechos, el acusado ya había dado parte al seguro para tratar de hacer pasar el caso como un supuesto accidente en las caballerizas con una yegua que habría pisado a Filipe, del cual sigue a día de hoy negando que fuera trabajador suyo.

La policía también rastreó en la Seguridad Social antiguos trabajadores de la finca. Tras contactar vía telefónica con trece de los 23 que figuraban en las bases de datos, la gran mayoría de los interrogados por la policía describieron al acusado como «una persona agresiva e impulsiva». Carácter que coincide con algunos episodios relatados por los propios familiares del acusado. La policía recordó que la esposa al leer su testimonio y darse cuenta de que no dejaba en buen lugar a su marido, les hizo rehacer su declaración.