El Arzobispado muestra su "pesar por el escándalo, el desconcierto y el dolor" de los actos del canónigo asesinado

La diócesis valenciana se desmarca de los "actos personales" de Alfonso López Benito, dice que confía plenamente en la Justicia y lamenta el daño que esas acciones han causado a los fieles y a los miembros del presbiterio

La Policía Científica inspecciona el domicilio del canónigo asesinado

JM López

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

El Arzobispado de València ha emitido un comunicado en el que muestra "su pesar por el escándalo, el desconcierto y el dolor" que causan "muy directamente a los fieles" los encuentros sexuales con hombres sin recursos a los que captaba en la calle el canónigo emérito de la catedral valenciana Alfonso López Benito asesinado la semana pasada, y que han salido a la luz a través de las declaraciones prestadas por varios testigos tras el crimen.

De hecho, ese comunicado ha sido emitido después de que Levante-EMV adelantase en exclusiva que uno de esos encuentros sexuales lo mantuvo con un joven de 34 años con una evidente discapacidad intelectual -tiene reconocido un grado del 43 %-, a quien pagó porque pasara dos días en su casa, el piso propiedad de la diócesis valenciana donde sería asesinado en las horas siguientes. El propio joven declara a los agentes del grupo de Homicidios que Alfonso López le abordó en el entorno de la estación de autobuses de València y seis meses después le mandó dinero para que viniese desde su ciudad, a casi 700 kilómetros de distancia, a pasar unos días con él.

En su escrito, el Arzobispado comienza diciendo que "el secreto de sumario no se ha levantado, y no tenemos información oficial de las noticias que revelan los medios de comunicación", aunque lo cierto es que sí se ha levantado, el lunes pasado, de hecho, aunque el juez de Instrucción número 19 de València, responsable del caso, decidió en ese mismo acto abrir una pieza separada, que sí ha declarado secreta y en la que se incluirá, entre otras cosas, el resultado del volcado de tres teléfonos móviles y siete pendrives intervenidos por la Policía durante la investigación.

El "profundo dolor" de los fieles y del presbiterio

El comunicado continúa diciendo que "si lo publicado es verdadero, manifestamos el profundo dolor que nos producen los hechos narrados, que son manifiestamente contrarios a los compromisos de vida sacerdotal, asumidos libremente en el momento de la ordenación, y manifestamos nuestro pesar por el escándalo, el desconcierto y el dolor que causan a todos, muy directamente a los fieles, y especialmente a los miembros del presbiterio".

Así mismo, anuncia que confían "plenamente en la acción de la justicia, y reiteramos que en el Arzobispado somos los más interesados en el pronto esclarecimiento de los hechos".

Además, afirma que la diócesis valenciana "planteó personarse como acusación particular, si bien el juzgado instructor lo rechazó, entendiendo que la personación en el procedimiento corresponde únicamente a la familia directa, motivo por el cual el Arzobispado ha desistido de dicha personación".

Insistieron dos veces y luego renunciaron

La realidad es, tal como adelantó este diario, que el juez lo rechazó a instancias del fiscal, y el arzobispado reiteró su intención, manteniéndose firme en su deseo de formar parte de la causa, lo cual les permitía el acceso a las actuaciones.

Para ello, en el segundo escrito donde subsanaban un error formal del primero, argumentó que el sacerdote, en su condición de tal, formaba parte de la "familia de la Iglesia".

El fiscal, en su escrito de oposición, aseguró que no rechazaría que se personasen como acusación popular, lo que requiere consignar la cantidad de dinero que fije el juez, pero que no estaba de acuerdo en que lo hicieran como acusación particular, reservada a las familias directas de las víctimas de un delito.

Un súbito cambio de opinión

Pese a su insistencia inicial, de manera repentina, el arzobispado envió a última hora de la mañana del martes un escrito al juzgado informando de su "renuncia a presentarse como acusación popular", alegando que los intereses del fallecido estaban "suficientemente representados por la labor de la Fiscalía".

Esa renuncia inesperada se produjo el mismo día que este diario reveló uno de los episodios que peor hablan de las acciones del cura, la de haber pagado al joven con discapacidad intelectual para que pasara unos días en su casa y con el que acabó teniendo "un pequeño encuentro sexual", según declaró el propio afectado. Ese relato da una idea de la dimensión del comportamiento del ahora fallecido, lo que ayuda a entender que el arzobispado haya dado un paso atrás.

Se desmarcan de las acciones "personales" del fallecido

En el comunicado emitido esta tarde de miércoles, la máxima institución de la Iglesia católica en Valencia reitera esa explicación y dice que, a la hora de renunciar, se tuvieron en cuenta "otros motivos" y enumera "la confianza en la justicia, suficientemente protegida por el ministerio fiscal, y que los hechos de la investigación narrados por los medios de comunicación se refieren a actos cuya responsabilidad pertenece personalmente al fallecido".

El escrito concluye reiterando que "el Arzobispado jamás tuvo conocimiento de estos presuntos hechos. Hace dos años se apercibió directamente al sacerdote cuando los vecinos del mismo inmueble del domicilio en el que residía, propiedad del Arzobispado, presentaron quejas verbales acerca de las personas que acudían al mismo, aunque en ningún caso aludieron a hechos de la naturaleza que se narran. Desde entonces, transcurridos dos años jamás se volvió a recibir ningún tipo de queja.