En Sant Andreu de la Barca

Una mujer acepta siete años de cárcel por haber cortado el pene a su pareja en Barcelona

La defensa, la fiscalía y la acusación particular llegaron a un acuerdo minutos antes de que empezara el juicio para rebajar la condena de 10 años y medio de prisión que se solicitaba inicialmente para la procesada

Una mujer acepta siete años de cárcel por haber cortado el pene a su pareja en Sant Andreu de la Barca.

Una mujer acepta siete años de cárcel por haber cortado el pene a su pareja en Sant Andreu de la Barca. / Marc Asensio

J. G. Albalat

Con dificultad para entender lo que estaba pasando, a pesar de las explicaciones de su abogado, Tanya P. reconoció este martes en la Audiencia de Barcelona haber cortado el pene con un cuchillo de cocina a la que era su pareja y jefe en el bar de Sant Andreu de la Barca (Barcelona) donde trabajaba y aceptó una pena de siete años de prisión y el pago de una indemnización de 250.000 euros. La defensa, representada por el abogado Javier Rodrigálvarez, la fiscalía y la acusación particular llegaron a un acuerdo minutos antes de que empezara el juicio para rebajar la condena de 10 años y medio de prisión que se solicitaba inicialmente para la procesada. La vista duró poco más de una hora.

Tanya, que ya ha estado dos años en la cárcel, inició una relación sentimental con la víctima en 2017. Durante una época, hasta 2019, convivieron juntos e, incluso, abortó porque se quedó embarazada. A pesar de no vivir juntos, seguían siendo pareja. Sobre las 22.30 horas del 31 de mayo de 2021, su pareja, que tenía dos bares, se dirigió al local donde trabajaba Tanya para ayudarla a cerrar. Sin embargo, la acusada insistió en quedarse en el bar y preparar la cena para los dos. Mientras la víctima descansaba en el sofá, ella se acercaba a él para besarle. Esas muestras de cariño se prolongaron cuando él se puso después a jugar a la máquina tragaperras. La procesada le abrazó por detrás y comenzó a darle besos en el cuello. "Quería sexo, pero yo le dije que no porque estaba cansado", explicó el hombre.

Pero, al final, aceptó. La acusada le pidió que simplemente se bajara los pantalones para hacerle una felación y le indicó que él solo se sentara. Mientras la víctima estaba tumbada en el sofá, Tanya le puso a su pareja un trapo en los ojos y que le dijo que no se lo quitara porque tenía vergüenza. Durante tres o cuatro minutos, la mujer practico una felación a la víctima, hasta que cogió un cuchillo de cocina y le cortó el pene, empezando a sangrar abundantemente. El hombre sufrió una amputación completa de su órgano y está pendiente de la implantación de una prótesis.

Las secuelas de una mutilación

"No puedo tener relaciones sexuales y tengo problemas para orinar, porque me duele y lo tengo que hacer sentado", relató el afectado. Desde que sucedieron los hechos no se ha podido ocupar de los dos bares que regentaba y tuvieron que cerrar. Cuando se recuperó de la operación que le realizaron, encontró trabajo en un supermercado, aunque duró poco tiempo porque no podía hacer determinadas labores y fue despedido. Luego volvió a encontrar trabajo en otro supermercado, donde está actualmente, y comparte piso con un familiar. La acusada, según confirmaron los médicos forenses, padece una depresión desde hace años.

La vista se tuvo que celebrar porque la pena solicitada era de más de seis años de cárcel y el proceso se tramitó a través de un sumario. Eso sí, el juicio duró menos de una hora. Al poco de iniciarse, el tribunal, no obstante, tuvo que hacer un receso porque la acusada, a pesar del pacto, no reconocía que había amputado el pene a su pareja. Ella, que habla bengalí, igual que la víctima, no había entendido bien las indicaciones de su abogado. Al reanudarse la sesión, todo se desarrolló conforme al pacto y la procesada reconoció los hechos. A pesar de haber aceptado siete años de cárcel, Tayna, pidió a los magistrados que no le ingresaran en un centro penitenciario, cuestión que es imposible por la pena reclamada. "Lo siento mucho y pido que me perdonen", concluyó.