"La Ratonera": El enigma hecho teatro

Hay clásicos que perviven muy bien y un ejemplo podría ser «La Ratonera», la obra de teatro más longeva sobre las tablas que, 70 años y 90 países después, continua representándose en el West End de Londres.

La obra es una adaptación de "Tres ratones ciegos" de Agatha Christie, que creó una historia con múltiples personajes encerrados e incomunicados por una nevada en una casa en la que, como no podía ser de otra manera viniendo de la maestra del suspense, hay un asesinato.

Ahora, llega al Teatre Talia de València, donde estará con varias funciones a la semana hasta el 28 de enero y también con representaciones en días señalados, como una especial para Nochevieja.

Ambientada en 2023

Aunque la obra tradicional ya se ha podido ver anteriormente en el Talia, ahora llega actualizada, ambientada en 2023, y con el propósito de no dejar ni un segundo de respiro a los espectadores. La producción de Olympia Metropolitana y El punt de la i está dirigida por Ignasi Vidal y tiene a Paula Braguinsky como ayudante de dirección.

Pero lo más destacable es su elenco valenciano de primer nivel, pues cuenta con las actrices Rebeca Valls y Lara Salvador que se turnarán en el papel protagonista, junto a Jordi Ballester, Lola Moltó, Ferran Gadea, Àngel Figols, Diego Braguinsky, Vanessa Cano y Bruno Tamarit. También es destacable el trabajo de J.J. Machuca —compositor y teclista de Lori Meyers y Lagartija Nick— a cargo del espacio sonoro; y de Carlos Alzueta, responsable de la iluminación.

Ignasi Vidal, el director, reconoce que ha sido todo un reto modernizar «La Ratonera» y que ha querido, «resaltar la cuestión ideológica por encima de todo», además del «hiperrealismo» de unos personajes «doblemente atrapados por las circunstancias: una gran nevada que, además, les deja sin comunicaciones».

«Es un ‘Cluedo’ desde la butaca, ese es el objetivo, que el público se divierta y esté en tensión constante», añade. Y es que, «La Ratonera» de 2023 es una invitación a jugar desde la butaca, para adivinar quién es el asesino y no con pocos elementos que pretenden despistar al espectador, que en este caso hace de voyeur de todo lo que ocurre en la ‘casa’. «Queremos divertir al espectador despistándolo todo el rato», reconoce el director.

Por su parte, Paula Braguinsky avisa de que el público no debe esperar «una ‘Ratonera’ de alta comedia, sin matices y con personajes clichés; son personajes llenos de grises, con muchas capas, que podemos reconocer como seres humanos, con su fondo y su corazón. La trama crea un entresijo de escenas y cada una es maravillosa».

No obstante, a pesar de las actualizaciones —por ejemplo, los personajes tienen móviles, a diferencia de los años 50—, «el texto no ha cambiado del de la versión clásica, sino que cambia el estilo para ponerlo en el presente». «En el texto van a escuchar a Agatha Christie», insisten.

Asimismo, destacan el ritmo en los diálogos, el «movimiento» y las reacciones de los personajes, que les hace parecer improvisadores aunque todo esté ensayado: «el espectador está acostumbrado a ver buena ficción en la televisión y llevarlos al teatro con estilos buenos pero de tiempos pretéritos les hace perder el hilo y el interés de lo que pasa sobre el escenario», dice Vidal.

Éxito de "La mujer de negro"

Con «La Ratonera», en el Teatre Talia pretenden conseguir el mismo éxito que con «La mujer de negro» —la adaptación de la obra homónima de Susan Hill, que se representó en octubre—, y de momento parece que van camino de ello, pues la obra se estrenó este miércoles y ya tiene las dos primeras semanas prácticamente vendidas.

De hecho, «La mujer de negro», que atrajo a mucho púbico joven, es la segunda función más representada de la historia, justo por detrás de «La Ratonera». «Se superaron muchas barreras y límites muy difíciles de superar y en ‘La ratonera’ va camino de ellos», explica el actor Jordi Ballester.

En opinión de Rebeca Valls, Ignasi Vidal ha conseguido, con su particular manera de crear, «darle la vuelta» al clásico de Agatha Christie y «hacer antiteatro en el buen sentido». «Es una comedia con algo ‘shakespiriano’, y el espectador se convierte en un investigador en activo para descubrir quién es el asesino», afirma.

Es, por eso mismo, por lo que la actriz pide un favor al público, un pacto por «compromiso y responsabilidad»: «que recomienden la obra, pero que nunca digan quién es el asesino; que ese secreto se lo lleven a casa».