«Salomé», más allá del icono erótico

La directora valenciana Magüi Mira regresa a València con su última producción «Salomé», protagonizada por Belén Rueda. El Teatro Olympia acoge del 13 al 18 de febrero la historia de este personaje bíblico. Días antes de su estreno, Mira se muestra «nerviosa y muy comprometida» por actuar en un teatro «lleno de magia» y en una tierra en la que ha vivido los momentos más importantes de su vida.   

Una escena de "Salomé".

Una escena de "Salomé". / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

La obra «Salomé», de la directora valenciana Magüi Mira, se estrenó en el festival de Mérida el pasado mes de agosto de 2023. Tras su éxito en Sagunt a Escena, se presenta en València, la tierra que «nutre» a la directora, ya que, en sus palabras, «es el lugar en el que he vivido mis vivencias más personales». Concretamente, del 13 al 18 de febrero el Teatro Olympia recoge la historia de este personaje bíblico, que representa la sexualidad, una característica por la cual han sido censuradas y criminalizadas muchas mujeres a lo largo de la historia. "El teatro es una caja escénica que tiene mucha energía y, a diferencia de los festivales, tiene la magia de poder ver al espectador cara a cara», reivindica Mira. 

Una escena de "Salomé".

Una escena de "Salomé". / Levante-EMV

De la mano de Belén Rueda, la obra regresa al pasado (concretamente al siglo I d.C) para demostrar que hay cosas que, por muchos años que pasen, todavía no han cambiado. «Con esta obra Magüi se ha destapado porque ha creado a una Salomé mucho más impulsiva en todos los aspectos, con lo que piensa, con la situación que vive...», señala Belén Rueda, quien encarna a la protagonista, que, en sus palabras, «ha llegado hasta nosotros con una idea de lo que era la seducción y el capital erótico muy ligado al tema del sexo, pero ella (Mira) lo que ha querido desarrollar es el saber estar en cada sitio, el defender ideas, poder convencer a los demás...». En este sentido, la directora añade que «es una historia brutal y creo que hemos acertado en la manera de contarla, ya que cada uno tiene una visión».

Esta adaptación incluye nuevos elementos muy significativos respecto al texto original, que comportan que el espectador viaje visualmente a esa época a través de cinco personajes encarnados por Luisa Martín, Juan Fernández, Pablo Puyol y Sergio Mur. «Mur observa lo que pasa en la Tierra y lo que se está haciendo con todos los elementos para hacer un mundo mejor. Pablo Puyol encarna a Juan Bautista, que es el que anuncia un tiempo nuevo. Por su parte, Juan Fernández representa a Herodes, que es la locura del mandato, la violencia… Y, por último, Herodías, que es Elisa Martín, está completamente rota porque tuvo a Salomé con 12 años y su marido la maltrató durante mucho tiempo», explica Rueda, quien, en la obra lucha por cambiar la situación, pero desde una perspectiva impulsiva. «Han sido muchos meses de trabajo para adaptar la obra, pero tenemos ganas de reencontrarnos con el público», explica Mira.

Mujeres sin nombre

Así, Salomé pretende ser la voz de aquellas mujeres sin nombre, que han estado (y todavía siguen estando) sometidas. Por eso, la directora valenciana tenía claro que Belén Rueda debía encarnar a esta mujer. Ambas ya trabajaron en el Festival de Teatro Clásico de Mérida en 2020, donde Rueda debutó encarnando a Penélope, otro símbolo del feminismo. «Es una mujer llena de luz, inteligente, talentosa, a la que admiro y en la que confío», reconoce. Para ella, Rueda es «arte escénico, puesto que su poder viene del conocimiento y la inteligencia». «Sin ella, no hubiera sido posible esta obra», recalca Mira, quien ha querido contar la historia desde su ética y estética. «La cuento como creo que tiene que ser contada, por lo que me ilusiona, pero también me compromete», reivindica. Sin embargo, en sus palabras, «es muy difícil resumir un trabajo de tanto tiempo, ya que estamos hablando de una historia que, a pesar de la cantidad de textos, no se ha resuelto».

"Nuestra gran pandemia"

A pesar de ello, «Salomé» representa el deseo de poder, lo cual para la directora es «nuestra gran pandemia». Añade: «Hay muchas armas para poder conseguirlo. En el caso de las mujeres, es evidente que siempre ha sido «la seducción y el sexo». No obstante, cree que la sociedad se encuentra en un momento de cambio. «Todos queremos un mundo justo y mejor para vivir. Avanzamos porque lo queremos hombres y mujeres, aunque siempre hay excepciones», reivindica.

Detrás de la obra, ha habido muchos meses de trabajo y preparación. Sin embargo, Rueda reconoce que «ha sido muy excitante porque Magüi es una especie de olla a presión de creatividad y últimamente nos está proponiendo cosas, no sólo con el texto, sino con el significado de cada movimiento que hacemos para el papel que ocupamos dentro de la escenografía». Por ello, concluye que, a pesar de que nos encontramos en pleno siglo XXI, «es una obra que, como se podrá comprobar, está llena de significado». 

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