El torneo que despertó el gol en Yaremchuk

Desde su tanto al Arosa, el ucraniano es otro, en implicación y conexión al juego. Sus titularidades contra Barça y Villarreal (gol incluido) lo avalan

Roman Yaremchuk es felicitado por Jesús Vázquez, tras marcar en el campo del Arosa. |

Roman Yaremchuk es felicitado por Jesús Vázquez, tras marcar en el campo del Arosa. | / EFE

Andrés García

Roman Yaremchuk vuelve a la competición que le dio la vida cuando el valencianismo comenzaba a darlo por muerto. Y con razón después de un arranque de temporada decepcionante a todos los niveles. La eliminatoria de segunda ronda de la Copa del Rey contra el Arosa significó un punto de inflexión para el delantero. El ucraniano se estrenó como goleador con la camiseta del Valencia contra el conjunto gallego en el estadio A Lomba. Fue algo más que un gol a un equipo de Tercera RFEF. Aquel tanto significó un antes y un después para el futbolista en clave Valencia. Rompió su preocupante sequía realizadora de tres meses, respondió por primera vez en el campo a Rubén Baraja y, lo más importante, comenzó a cargar su mochila de confianza en clave futuro. Yaremchuk está lejos de ser el de la Eurocopa de 2021, pero tampoco es el futbolista intranscendente que aportó poco o nada durante septiembre, octubre y noviembre. Desde el último mes es otro. Desde su gol en Copa del 5 de diciembre.

Yaremchuk afrontó la eliminatoria copera contra el Arosa en una situación límite después de tres meses de rendimiento cero. Cero goles, cero asistencias. El Pipo, de hecho, le dio un toque de atención en la rueda de prensa previa junto al resto de integrantes de la ‘unidad B’. «Sergi Canós va a dar una mejor versión para dar su mejor nivel como también la esperamos de Amallah, de Yaremchuk o de Guillamón», dijo intencionadamente. El ucraniano captó el mensaje y, a pesar de no cuajar un partido completo en Villagarcía de Arosa, respondió a la llamada del entrenador con su primer gol oficial como valencianista. El delantero recogió un rebote dentro del área y lo envió a la red de forma violanta con un potente zurdado. «Roman ha hecho gol y es bueno para él también», celebraba Baraja en rueda de prensa.

Roman tuvo continuidad en liga contra el Barcelona en Mestalla en su primera titularidad desde el mes de octubre (Mallorca). Las cosas no le salieron como le hubiera gustado durante los 62 minutos que estuvo sobre el campo, pero dejó señales de vida y un nivel de activación todavía desconocido desde su llegada al Valencia. Igual de implicado y conectado al equipo se le vio en los últimos minutos de Vallecas (8’) saliendo desde el banquillo. Contra el Villarreal jugó de nuevo de inicio (4-4-2 con Hugo Duro) y firmó su mejor partido como valencianista con un gol incluido en el minuto 4 aprovechando una asistencia de José Luis Gayà desde el carril izquierdo. Más allá del gol, trabajó para el equipo, ayudó en la presión y en el balón parado y se le vio más conectado al juego del equipo que nunca. Además, demostró superioridad en sus duelos aéreos y capacidad para sacar a los centrales rivales de zona. Incluso se le vio despejando desde el corazón del área jugadas a balón parado del conjunto rival.

La ‘tanqueta, como así lo llaman sus compañeros en el vestuario’, nunca antes había aguantado 70 minutos en el campo en Liga. Contra el Villarrea los tuvo y los aprovechó. Ha tardado, pero por fin da sus primeras señales de estar integrado fuera y dentro del campo. Convenza más o menos, lo que está claro es que el ucraniano ha dado un paso adelante en el último mes y eso es motivo de satisfacción para Baraja, como ha reconocido públicamente. «Roman hizo un gol, lo necesitaba porque al final es delantero y la falta de gol te genera falta de confianza, esperamos que ahora se enchufe. Hemos visto una buena versión suya. El mérito es de ellos», decía el Pipo en referencia al resto de jugadores recuperados para la causa. Yaremchuk está hoy en Cartagena ante una oportunidad perfecta para demostrar que continúa «enchufado» al equipo y que quiere seguir siendo importante. La Copa del Rey le enseñó el camino.