Infraestructuras

Así será la obra que acabará con 171 años de muralla ferroviaria en València

El nuevo túnel de sólo un kilómetro entre Giorgeta y el Bulevar Sur tendrá hasta tres alturas para albergar todas las líneas

En 1852 se inauguró el primer trazado ferroviario de la Comunitat Valenciana entre València y el Grao. Y ese mismo año se abrió al tráfico la línea València-Silla. Desde entonces, un cinturón de hierro o un hachazo ferroviario ha partido en dos el sur de la ciudad de València. Y 171 años después esa herida en forma de vías comienza a suturarse con el soterramiento de las vías de entrada por el sur de la ciudad

Las obras del canal de acceso comenzaron oficialmente ayer. Por ahora con trabajos poco «vistosos»: «campañas de topografía y sondeos complementarios, gestión de los servicios afectados y comienzo de los movimientos de tierras». 

El verdadero mambo de la obra llegará en meses o a principios del próximo año. «Básicamente lo que vamos a hacer es coger todas las vías de entrada a la ciudad por el sur, las vamos a meter en un cajón, en un túnel, desde el Bulevar Sur hasta Giorgeta», explicó ayer Àngel Contreras, director general de Conservación y Mantenimiento de Adif. «Puede parecer muy sencillo, pero es la obra ferroviaria más compleja que vamos a desarrollar en todo el territorio español». Contreras y otros técnicos de Adif que coordinarán las obras desde la empresa pública participaron en la construcción de la línea de alta velocidad València-Madrid.

Para complicarlo aún más, las obras se ejecutarán «sin interrumpir el tráfico ferroviario en ningún momento». Por este punto pasan las dos vías procedentes de Castelló-Barcelona, otras dos que vienen de Alicante-Xàtiva, las otras dos de la alta velocidad de Madrid y las dos futuras de la C-3 de Utiel-Buñol

La presencia del colector sur, «un marco de 4 por 3 que recoge todas las aguas residuales de la zona sur de València, que por temas topográficos y de cotas no podemos tocar», explicó Contreras. Y que junto al nivel freático de València, «a una cota de -3 o -4 metros» obligará a hacer un encaje de bolillos ingenieril. 

Las obras tendrán un total de nueve fases. Los nuevos túneles se ejecutarán mediante el método «cut & cover» o muros pantalla. Se trata del sistema constructivo con el que se han construido la mayoría de líneas del metro de la ciudad de València. Explicado de manera muy sencilla, consiste en rellenar dos estrechas zanjas que se recubren de pantallas de hormigón y conforman las paredes del túnel. Después se vacía el terreno entre las pantallas o paredes y ya se construye la bóveda, lo que permite usarla en superficie y poder trabajar en el interior. Está previsto que los túneles llegarán hasta los 25 metros de profundidad ya que «habrá zonas que vamos a tener hasta tres alturas diferentes en el subsuelo» para que las vías se crucen sin cizallarse (cortarse) mediante un «salto de carnero» subterráneo. Éste último es una solución constructiva que facilita el cruce de vías a distintas alturas, lo que permite el cruce de trenes sin necesidad de cortar el tráfico

Contreras también destacó como actuación singular de la obra del canal de acceso, «sobre todo para los que somos vecinos de València, que el famoso Scalextric, el viaducto de Giorgeta, va a desaparecer. Las conexiones entre Giorgeta y Peris y Valero vamos a pasarlas a nivel [de calle]. Será la ultima fase de esta actuación. El famoso puente desaparece. Y los barrios de Russafa, Malilla, Arrancapins, Patraix y la calle Sant Vicent Màrtir van a quedar conectadas al mismo nivel».

El director general de Adif resumió en grandes cifras la actuación del canal de acceso.  "Se excavarán 2 millones m³, el equivalente de 7 a 10 campos de fútbol; se utilizarán 60.000 toneladas de acero, como 7 torres Eiffel, 480.000 m³ de hormigón; se instalarán 7.500 metros de pantallas; se habilitarán 19 vías definitivas y 23 provisionales y 2 millones de kilogramos de acero en las diez vías de ancho estándar que se habilitarán en la estación de alta velocidad Joaquín Sorolla". Son "numeros magnificos en magnitud" que revelan la complejidad de la obra con la que, concluyó el ingeniero de caminos Àngel Contreras, «hoy empezamos a transformar la ciudad de València».