Adiós al supermercado de Xàbia de los turistas sibaritas

"Liquidación hasta fin de existencias". El cartel tiene algo de apocalíptico. Las palabras "liquidación" y "existencia" son tremendas. Divierte imaginar que ese cartel se hubiera colocado en la histórica discoteca de Xàbia que se demolió para levantar estas naves comerciales. La discoteca se llamaba El Caracol. "Liquidación hasta fin de existencias", es decir, darlo todo sobre la pista y bailar y bailar hasta el fin.

Pero El Caracol es historia y añoranza de la Xàbia de los años 80. El negocio que va ahora viento en popa es el de los supermercados. Hay que dar de alimentar a los vecinos y a miles y miles de turistas. Aquí, en la carretera del Cap de la Nau, se abrió hace ya años un Supercor, establecimiento de El Corte Inglés. Se convirtió en el supermercado de los turistas de paladar fino. Los sibaritas que tienen en Xàbia chalé llenaban el carro con productos gourmet.

Este supermercado ha colgado el cartel de "liquidación hasta el fin de existencias". Ya empieza a verse huecos en las estanterías. El Supercor de Xàbia es uno de los 46 supermercados que la cadena francesa Carrefour le ha adquirido a El Corte Inglés. Antes de que acabe mayo se realizará el traspaso. Carrefour llegó a Xàbia hace un par de años. Abrió un supermercado Express en un local también con historia, el del Xe Remigio, un autoservicio (nombre primero de los supermercados) familiar que fue en Xàbia junto al del Saladar el primero que no cerraba los domingos. Aquel super ya anticipaba que los cambios en el consumo iban a revolucionar el negocio de la "cesta de la compra".

"Traspaso"

Carrefour mantendrá la plantilla del Supecor. El establecimiento está ahora en "liquidación" por "traspaso". Estas palabras de la jerga comercial tienen connotaciones pelín siniestras. En Xàbia, en cuestión de supermercados, no falta nadie. Están todas las grandes cadenas.

Los hábitos de los turistas han cambiado en los últimos años. El auge del alquiler turístico y ese perfil cada vez más habitual de grupos de amigos que comparten apartamento o chalé en estancias de una semana o diez días dejan en verano imágenes de supermercados atestados y cuadrillas que cargan el carro hasta arriba.