Pobreza y exclusión

El Banco de Alimentos de València reparte 8,5 millones de kilos de comida en 2022

La asociación sin ánimo de lucro llega cada mes a las despensas de 64.426 personas necesitadas en la provincia de València

Imagen de archivo de varias trabajadoras del Banco de Alimentos en un reparto en Mestalla.

Imagen de archivo de varias trabajadoras del Banco de Alimentos en un reparto en Mestalla. / Levante-EMV

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

El Banco de Alimentos de Valencia ha repartido a lo largo del año 2022 un total de 8.583.455 kg de alimentos y productos de primera necesidad. La asociación reparte a "asociaciones, centros o entidades y organizaciones sin ánimo de lucro cuyo fin es la atención a las personas más necesitadas en riesgo de exclusión social", según ha informado la entidad en un comunicado.

El número de centros atendidos mensualmente, es de una media de 254 centros, existiendo una lista de espera de 34, que el Banco de Alimentos quiere incorporar a lo largo del 2023.

Por lo tanto, durante el ejercicio 2022, a través de ellos, la asociación ha atendido a 64.426 personas de distintos colectivos cada mes. El perfil de la persona varía en función del lugar, pero va desde "familias necesitadas, transeúntes, sin techo, tercera edad, drogodependientes, colectivos infantiles, etc", explica el comunicado.

La entidad denuncia que "este año como consecuencia de la guerra de Ucrania la atención a personas procedentes de este país a aumentado exponencialmente, en definitiva colectivos en riesgo de exclusión social", aseguran.

Colas para pedir comida del banco de alimentos de València

Colas para pedir comida del banco de alimentos de València / Levante-EMV

Dentro de los fines de los Bancos de Alimentos, se encuentran, el recuperar alimento apto para el consumo y así poder reducir el despilfarro alimentario, puesto que "el desaprovechamiento de este recurso conlleva una serie de consecuencias sociales, económicas y medioambientales, que repercuten directamente en la sociedad", cuentan.

Las consecuencias son, por una parte sociales, ya que "es irónico tirar alimentos aptos para el consumo, cuando existe tanta gente necesitada". También son económicas como "la destrucción de estos alimentos que supondría un elevadísimo coste para las empresas y fabricantes". Y por supuesto hay consecuencias medioambientales, como "la destrucción de tantísimas toneladas, sin duda sería de gran agravio al medioambiente ".

Para finalizar su comunicado el Banco de Alimentos ha agradecido "la colaboración que siempre nos presta la prensa así como al voluntariado, las empresas, donante y colaboradores, que hacen posible este proyecto".