Los refugiados cumplen cinco años sin refugio

De llegar en el Aquarius a trabajar de traductor para la Policía

De las 628 personas que llegaron aquel 17 de junio de 2018, solo 75 tienen algún tipo de protección internacional, al resto se le denegaron los papeles

"Nos sentimos muy agradecidos con los valencianos. El Aquarius se ha convertido en un símbolo de humanidad", cuenta el presidente de la asociación formada por los migrantes

Aquarius: cinco años después, la situación de los inmigrantes sigue igual

Foto: M. Á. Montesinos | Vídeo: Agencia ATLAS

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Alhassane tenía 13 años cuando piso el infierno en la tierra, y 14 cuando llegó al muelle nº1 del puerto de València. Pasó más de un día en una patera y diez a la deriva en el barco Aquarius, donde fue rechazado por dos países junto a 628 personas más. Pero antes estuvo encarcelado más de un año en una cárcel de Libia. Y antes de eso cruzó un desierto caminando y a base de pan. Con 13 años. Y solo.

Si hoy, a los 19, es traductor de la Policía Nacional en València, es por pura suerte. "Estaba en el baño cuando entraron a la celda de noche y cogieron a mis amigos para deportarlos. Pensaron que no había nadie más y se fueron. Después de muchas horas se dieron cuenta de mi presencia. Me dijeron 'tienes suerte' y me soltaron", recuerda.

En Libia hay amenazas, palizas a los migrantes, cárcel y peligro real de ser vendidos como esclavos ellos y como esclavas sexuales ellas. "Es lo que nos contaban todas las personas que entrevistamos", recuarda Jaume Durá, abogado especialista en protección internacional de CEAR , que atendió a 100 migrantes de los que llegaron a València hace hoy cinco años.

Moses y Alhassane, dos de los migranes que llegaron en el barco Aquarius hace cinco años.

Moses y Alhassane, dos de los migranes que llegaron en el barco Aquarius hace cinco años. / Miguel Angel Montesinos

A Alhassane no se le puede llamar refugiado porque nunca le dieron refugio. Pero los llamaremos así. Ellos son dos de las 629 personas que llegaron al muelle nº1 del puerto de València, en medio de una marea de periodistas, cámaras de televisión y autoridades políticas, y pidieron protección a España. Cinco años después, la realidad es que el estado no asistió prácticamente a nadie.

Según datos del Ministerio de Interior de mayo de 2023, 368 personas desembarcaron del Aquarius y pidieron protección internacional. De esas, solo 75 la tuvieron de algún tipo. Al resto no le dieron los papeles. Moses es uno de ellos. Es presidente de la asociación Aquarius Supervivientes, formada tiempo después por estos migrantes para devolver a la sociedad valenciana todo lo que les ha dado.

Moses, que es de Sierra Leona, vio como su solicitud de asilo era rechazada. Eso le obligó a pasar 3 años como indocumentado, siendo explotado en la economía sumergida, sin posibilidad de cotizar, ni de abrir una cuenta en un banco y con miedo a la policía a cada esquina. Después de tres años consiguió el ansiado arraigo social y los papeles en España. También la posibilidad de trabajar en A, algo que quería hacer desde que llegó a España pero que el estado no le permitía.

Mi 'padre' Bartolo

El caso de Alhassane es parecido, pero también demuestra que la administración no cumplió con su obligación. Como era menor de edad y llegó sólo fue internado en un centro de menores. Allí aprendió el idioma y comenzó a ir al instituto. Hasta que a los 16 años, Bartolomé Rey, su profesor, le adoptó como familia de acogida.

Una mujer desembarca del Aquarius en el puerto de València, en el año 2018.

Una mujer desembarca del Aquarius en el puerto de València, en el año 2018. / HANDOUT

Los centros de menores están obligados a tramitar, con la mayor brevedad posible, los papeles a los menores extranjeros no acompañados, para que no cumplan 18 años y se encuentren sin documentación y en la calle, pero la realidad es que en la mayoría de los casos no lo hacen. Alhassane no fue una excepción. Fue 'Bartolo' quien se puso a mover toda la documentación para regularizar a este joven. "Es prácticamente como mi padre", cuenta Alhassane.

Alhassane pudo estudiar y trabajar, y hoy lo hace como traductor para la Policía Nacional y de cocinero en algunos restaurantes. Como él, 73 menores no acompañados llegaron aquel día en el Aquarius, incluídos un bebé con su madre, que dio a luz en mitad de la travesía del barco humanitario.

El proyecto migratorio de cada persona es distinto. Aunque el Aquarius se dirigía en Italia, al final acabó en España, pero no todos se han quedado aquí. Gran parte de las personas que llegaron ahora viven en Francia, ya que la Oficina de Asilo y Refugio echó una mano a España en la acogida de migrantes en el muelle.

A la cola del asilo

España es el tercer país de Europa que más solicitantes de asilo recibió en 2022. Siete de los diez principales países son de la zona de Latinoamérica, seguido de África y Asia. En total, 7.258 personas solicitaron asilo en 2022 en la Comunitat Valenciana.

Migrantes del Aquarius llegan al puerto de Valencia

Migrantes del Aquarius llegan al puerto de Valencia / MSF HANDOUT

Pese a ser de los países que más personas recibe, España es el penúltimo en tasa de reconocimiento de protección internacional; un 16,5 % (el año pasado fue del 10%). Este dato contrasta fuertemente con la media de la UE, que es del 38 % de reconocimiento positivo del asilo.

Las promesas políticas resultaron ser eso, promesas, y una buena campaña de márketing para el Gobierno. La realidad es que los migrantes del Aquarius tuvieron que buscarse la vida en España para conseguir su documentación. Pero Moses no quiere hablar solo de lo malo. Considera que "el Aquarius se ha convertido en un símbolo de humanidad y de lo bueno que tiene València".

El primer shock que tuvieron Alhassane y Moses fue al llegar a Italia. "Después de mucho tiempo veíamos tierra, veíamos los coches circular, a los italianos andar por la calle desde el barco. Pensamos que por fin habíamos llegado. Pero nos dijeron que no podíamos desembarcar", recuerda. Lo mismo sucedió en Malta.

Pasaron 10 días a la deriva en un barco con 628 personas hasta que recibieron la noticia de que España sí que iba a acogerles. "Lo que nos estaba pasando no había pasado nunca, así que teníamos mucho miedo de que nos fueran a devolver. Cuando escuchamos la noticia de que íbamos a València todo el mundo saltó de alegría", explica.

El Aquarius llega al puerto de Valencia con 106 inmigrantes a bordo

El Aquarius llega al puerto de Valencia con 106 inmigrantes a bordo / MANUEL BRUQUE

Cinco años después

La pasada semana, un barco con 750 personas se hundió frente a las costas de Grecia, solo se rescataron un centenar de personas, así que en consecuencia podría haber más de 600 personas ahogadas, en lo que organizaciones de rescate consideran la mayor tragedia migratoria en el Mediterráneo desde que hay registros. Muchas de las víctimas son mujeres y niños, que se piensa que iban en la bodega de la embarcación.

"Estamos muy tristes por la tragedia, no entendemos por qué no los rescataron pese a las llamadas. Las autoridades de Grecia intentaron que no llegaran y acabó en tragedia", explica Moses. Además, denuncia que "el mundo está más pendiente de las cinco personas perdidas en un submarino que iba a explorar el Titánic. A ellos hay varios estados con sus barcos buscándoles para rescatarles como sea. Pero a los migrantes que salieron de Libia no les buscan para rescatarles", critica.