Educación

Los casos de bullying y autolesiones se han duplicado en 4 años

El director de la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones anuncia que los psicólogos del organismo comenzarán a colaborar con Conselleria de Educación y en las aulas

"Si los docentes no enseñamos a los niños a usar bien el móvil ¿Quién lo va a hacer? No podemos educar cibertarugos", reivindica una directora de centro

Expertos en acoso escolar de todos los ámbitos imparten una formación en Conselleria de Educación.

Expertos en acoso escolar de todos los ámbitos imparten una formación en Conselleria de Educación. / Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Los casos de acoso escolar y autolesiones se han duplicado en 4 años. Así lo aseguró ayer Mª Carmen Jiménez, jefa de servicio de Inclusión, durante las jornadas "Por una Educación sin miedos" organizadas en la sede de Conselleria de Educación.

El congreso reunió a más de una decena de expertos para hablar de acoso escolar, el uso de los teléfonos móviles en los centros escolares, y cómo ambas están relacionadas. "Hace poco entré a una clase de segundo de Primaria (6-7 años) y dije que levantara la mano quien tuviera móvil. 14 alumnos levantaron la mano", aseguró Raúl Lara, del CEIP Sanchis Guarner. "En los siguientes cursos todavía hay más niños con teléfono. Estamos ya en esa situación".

En las jornadas participaron inspectores de educación, directores de colegio e instituto, psiquiatras, representantes de Policía Nacional y Guardia Civil, del Instituto Valenciano de la Juventud y de la sección de convivencia de Conselleria de Educación.

Jóvenes en un IES de Alfás del Pi

Jóvenes en un IES de Alfás del Pi / David Revenga

El primer obstáculo es "saber qué tenemos que detectar y conocer las señales que identifican una situación de acoso", pero después es muy importante "ser empáticos con las familias". "No hay cosa que más agobie a una familia que piense que su niño está siendo acosado, hay que ser rápidos y crear un entorno protegido", explica. Durante el congreso un responsable de la Policía Nacional narró una situación habitual cuando se produce el caso de bullying "el padre causó baja en el trabajo por ansiedad", explica.

Carlos Caurín Alonso, especialista en Igualdad y Convivencia, en el IES San Vicente, puso el siguiente ejemplo: "Hace poco nos vinieron unos padres diciendo que estaban súper contentos con lo que estábamos haciendo, porque ahora su hija quería estar con ellos a todas horas, salir al cine y hacer cosas con ellos. Ahí nos saltaron las alarmas. No es normal que una adolescente quiera pasar tanto tiempo con sus padres, eso significa que pasa algo en clase", asegura.

Caurín pasó por varios barrios conflictivos como La Coma, donde consiguió reducir los casos de acoso escolar a prácticamente cero, y explica que lo más importante es que haya mediadores y personal especialista en el tema. "En todas las clases teníamos mediadores y cuando ocurría algo éramos los primeros en enterarnos", cuenta.

Implicación de los padres

Otro tema en el que coincidieron los expertos es la importancia de la implicación de las familias. "Cuando hacemos reuniones de padres y madres para formarnos en estos temas solo vienen las familias que no lo necesitan. No paramos de insistir en la importancia de que vengan para contarnos cosas y para que aprendan a ver las señales", cuenta Caurín.

Bartolomé Pérez Gálvez, psiquiatra de la Oficina autonómica de Salud Mental, fue otro de los participantes en el Congreso y aseguró que este organismo va a cooperar con la Conselleria de Educación para tratar de paliar los problemas de salud mental que hay en los centros escolares valencianos.

Por otra parte, Gálvez hizo énfasis en enfocarse más en la prevención que en la actuación. "Ya hay protocolos de respuesta cuando se ha producido el acoso escolar, pero tenemos una mala capacidad para prevenir el problema, que es lo más importante". En su opinión, es necesario "unir los dos mundos e introducir psicólogos en educación para trabajar con niños. Queremos más velocidad, no protocolos lentos", aseguró.

Ponentes del Congreso celebrado en Conselleria de Educación.

Ponentes del Congreso celebrado en Conselleria de Educación. / Gonzalo Sánchez

Los peligros de las redes

Ángela María Sancho es directora del CEIP Sanchis Guarner de Alzira, un centro que prohibió los teléfonos móviles por ser un foco de conflictos, pero que apuesta por enseñar buenos hábitos en el uso de la tecnología a los alumnos. Ella ha visto de primera mano los efectos negativos que pueden producir estos aparatos sin supervisión.

"Se compartían fotos y vídeos donde se humillaba a compañeros, memes ofensivos o contenido pornográfico en grupos de wasap. Todo en horario lectivo. Incluso se organizaban quedadas para pegar a un estudiante en concreto a la hora del patio, o llamamientos a niños de otros centros para venir a la salida del mío a agredir a otro. Hemos llegado a ver incluso un reto de Tik Tok que casi le cuesta la vida a un alumno", cuenta Sancho.

Tras regular el uso de los móviles, Sancho ha visto como "hemos mejorado muchísimo la convivencia en el centro. No vamos a dar la espalda a las nuevas tecnologías porque queremos alumnos competentes digitalmente. Pero primero tenemos que cortar la adicción a los móviles que existía y enseñarles buenos hábitos", cuenta. Lo que más ha mejorado, según la directora, son las relaciones interpersonales entre chicos y chicas en el patio. "Se miran, juegan entre ellos y participan. Antes estaban todo el rato con el móvil".

Congreso celebrado en la sede de Conselleria de Educación.

Congreso celebrado en la sede de Conselleria de Educación. / Gonzalo Sánchez

Problemas a largo plazo

Caurín remarca que se deberían revisar algunos aspectos de los actuales protocolos. "Muchas veces lo primero que se hace es separar a la víctima y mandarla a casa, cuando al que habría que mandar es al acosador. Llama la atención que el que se quede fuera de la escolarización sea la víctima que no tiene ninguna culpa de sufrir acoso", explicó el psiquiatra.

Lo que más preocupa a los especialistas no es el acoso en sí, sino los efectos a largo plazo. "Autolesiones, depresión, ansiedad, trastornos de conducta alimentaria... Hay un riesgo muy importante a largo plazo si no se trata el problema", apunta el especialista.

"Una de las cosas que más nos preocupa es la indefensión aprendida que esa gente puede arrastrar ya para muchos años de su vida", cuenta Caurín. El psiquiatra explica que el tiempo durante el cual el niño no va a clase también puede tener efectos a largo plazo; "se ha demostrado con muchos estudios que esa época es clave para la formación del cerebro".

Cuando un centro ve un caso de bullying tiene la obligación de notificarlo a inspección educativa, y esto es algo que para también a los equipos directivos. "Que no tengan miedo en llamar, porque si no nos notifican a nosotros no podemos mandar los especialistas que hagan falta y ayudar con el caso. Es más, pueden llamar si tienen dudas sobre si es acoso o no. La clave es activar el mecanismo pronto", explica Joaquín Sanz de Galdeano, inspector de Educación.

Congreso celebrado en Conselleria de Educación.

Congreso celebrado en Conselleria de Educación. / Gonzalo Sánchez

Medios e inversión

Un representante de la Policía Nacional que acudió al Congreso explicó que es fundamental la figura del "Coordinador de Bienestar de los alumnos". Es una persona en cada centro que ejerce como interlocutor con la policía para notificarles de posibles conductas delictivas, violencia o agresiones en el centro. Esta persona "debería estar muy enfocada a vigilar las redes sociales y los riesgos de internet en primer lugar, que es lo más peligroso y cada vez se dan más casos entre los jóvenes", explicó. De hecho, aseguró que a raíz de la eclosión de las redes y los teléfonos han observado un aumento en la cantidad de violencia observada en la juventud.

El bullying se puede afrontar y controlar, y el caso de Raúl Lara Pons, director del CEIP Sanchis Guarner, es un caso de éxito. En su centro se han organizado "ayudantes TIC", es decir estudiantes del propio colegio para ayudar a sus iguales. "Los de sexto van ayudando al resto de estudiantes, y está saliendo muy bien", explica.