Educación

Más de 50 colegios públicos y privados usan su punto en la admisión escolar para discriminar a inmigrantes y parados

Centros públicos y privados de barrios con alto porcentaje de inmigrantes darán el punto extra en la admisión a familias "que estén desempeñando una actividad laboral o profesional"

Varios niños y niñas entrando a clase, en una imagen de archivo.

Varios niños y niñas entrando a clase, en una imagen de archivo. / F.Calabuig

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

"Que los padres, madres o tutores legales del alumno o alumna realicen una actividad laboral o profesional remunerada". Es la condición que dan 55 colegios públicos y privados de toda la Comunitat Valenciana para que las familias tengan un punto más en la admisión.

Se trata de centros -muchos de ellos- en barrios con un alto porcentaje de inmigrantes y baja renta como el Cabanyal y la Malvarrosa en València. "Ese punto discrimina de facto a muchas familias migrantes que trabajan en la economía sumergida, gitanas o en paro", denuncia Borja de Madaria, sociólogo experto en admisión escolar.

Él es uno de los autores del estudio de la UV "el mapa escolar de València", que durante tres años y medio investigó la mejor forma de diseñar la admisión. El experto estima que con el distrito único la gran mayoría de solicitudes de familias empatarán, con lo cual el punto que designan los centros será fundamental para cribar al alumnado. "Poner ese punto en determinados barrios no parece una casualidad, sino una medida para discriminar a ciertos niños y niñas", reivindica.

Padres, acompando a sus hijos al colegio.

Padres, acompando a sus hijos al colegio. / Emilio Naranjo

La admisión escolar funciona por un sistema de puntos entre los que cuenta la renta, tener un hermano en el centro o la proximidad. Hasta ahora las familias se veían limitadas a elegir los centros de su barrio, pero la actual conselleria ha eliminado las barreras geográficas con la implantación del distrito único, que permite elegir cualquier colegio de València u otra ciudad, por muy lejos que esté del domicilio.

Una de las medidas más polémicas es que los centros tienen derecho a dar un punto en la admisión en base a criterios objetivos. Conselleria dio 22 criterios a elegir (entre los que estaba este), aunque podían incorporar algunos nuevos si tenían el visto bueno de Educación. Había dos opciones, o dar 4 requisitos y otorgar el punto a las familias que cumplieran uno -que es lo que ha hecho la mayoría- o dar solo un requisito. En total hay 55 centros que han puesto como único requisito que los padres trabajen.

La trampa de la renta

Estar en paro no es una condición que dé más puntos en la admisión escolar, aunque sí el nivel de renta. Pero esto esconde una trampa: "Las familias con menos ingresos no están obligadas a hacer la declaración de la renta y muchas, sobre todo las menos formadas, no la hacen. El problema es que si no la registran, no computan y no reciben ningún punto por renta en la admisión, pese a ser las que menos ganan", explica Madaria.

Otra vía para tener más puntos en la admisión es ser beneficiario de la Renta Valenciana de Inclusión o el Ingreso Mínimo Vital, ambas ayudas que solo llegan al 12 % de la población vulnerable, según un estudio de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. Es decir, que nueve de cada diez familias pobres se quedan fuera, y por tanto, no acumulan esos puntos.

Alumnado de la etapa de Infantil en el CEIP Tombatossals de Castelló de la Plana el primer día de clase de este curso.

Alumnado de la etapa de Infantil en el CEIP Tombatossals de Castelló de la Plana el primer día de clase de este curso. / Levante-EMV

Todo esto forma el cóctel para que muchas familias vulnerables acabaen excluídas de los puntos de la admisión y que, rematando con este punto de algunos centros, se queden fuera del colegio al que se presentan. Durante la etapa del Botànic, con la zonificación escolar, un 60 % de solicitudes empataban, y Madaria estima que con el distrito único los empates serán la gran mayoría.

Mohamed o Carlos

"Hay centros que tratan de evitar la llegada de este estudiantado, que va a costar más que llegue lejos y que saque muy buenas notas. Como la reputación de un centro se mide muchas veces en las calificaciones medias de sus alumnos, van a usar este punto para filtrar a determinados niños", explica Madaria.

Esto es algo que se ve en la enseñanza concertada. "La concertada no suele invertir en muebles adaptados para niños con problemas motrices. Les va a decir a las familias, con mucha coherencia, que mejor lleve a su hijo a la pública que sí que está bien dotada", explica Madaria.

De hecho, el estudio tiene un gran peso del trabajo de campo, con investigadores visitando los centros y en él se pudieron comprobar ciertos sesgos de las escuelas (públicas, concertadas y privadas). "Vimos que los centros no dan la misma información a un padre que se hace llamar Carlos que a otro que se llama Mohamed, aunque sean la misma persona. Con uno hay más reticencias que con otro, y las razones son esas", cuenta el sociólogo.

Clase de Infantil en un CEIP de Quart de Poblet, en una imagen de archivo.

Clase de Infantil en un CEIP de Quart de Poblet, en una imagen de archivo. / Fernando Bustamante

Acreditados por el párroco

Los centros presentaron a conselleria más de 100 requisitos distintos a los cuales se dio el visto bueno. La mayoría de escuelas concertadas pusieron como requisito el ser antiguo alumno del centro, aunque algunos como Salesianos fijaron ser antiguo alumno de cualquier escuela de esta congregación en todo el mundo.

De hecho, hay muchos centros que compaginan estos dos requisitos para filtrar; ser antiguo alumno del centro o realizar una actividad laboral, algo que Madaria considera igualmente discriminatorio y que "selecciona" a las familias, en lugar de ser los padres y madres los que elijan el centro.

Otros centros (privados la mayoría) ponen como requisito que la familia haya colaborado "con al menos 3 años de antelación" con la orden religiosa vinculada a este centro escolar para tener ese punto extra en la entrada. Algunos, incluso, deben justificar su "participación activa en la vida parroquial" de la Iglesia ligada al centro, y este punto deberá ser acreditado por el párroco para conseguir entrar al colegio.

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