Sebastián Cassaniti y Gisela Stejer llevan aproximadamente un mes en Beniatjar. No son turistas rurales. No son visitantes ocasionales. Desde hace 15 días regentan el único bar del pueblo, al que accedieron gracias al programa Reviu de la Generalitat. Esta herramienta contra la despoblación permite conectar potenciales negocios en municipios acechados por este problema demográfico con personas interesadas en llevar sus riendas para reengancharse al mercado laboral.
Así ha sido el caso de esta pareja formada por un argentino y una alemana, que se muestran ilusionados con su vida en la localidad. Han realizado una inversión aproximada de 5.000 euros y destacan que tanto el ayuntamiento como los vecinos del municipio les han dado «todas las facilidades posibles».
El contrato de arrendamiento es por dos años, prorrogables a dos años más y con la posibilidad de acogerse a un quinto ejercicio. Pero la idea de Sebastián y Gisela es quedarse por más tiempo: «Nos hemos venido nosotros y nuestros dos perros. El ayuntamiento nos buscó una casa que es perfecta. El pueblo nos encantó. Está a los pies del Benicadell y las impresiones al llegar fueron fantásticas, la verdad».
«Al llegar nos dimos cuenta de que la gente tenía muchas ganas de recuperar su bar, han sido muy atentos y accesibles. Durante los primeros días de abrir se nos rompió la cámara frigorífica y nos ayudaron con un congelador y una nevera. Ya nos hemos amoldado. Por ejemplo, no sabíamos que aquí se consumía tanto el anís seco. En dos semanas ya sabemos lo que quiere cada persona que entra», comentaron.
Sebastián lleva en España 14 años. Ha estado en Málaga, Tenerife o Santa Pola. Fue en su estancia en tierras alicantinass cuando llegó la llamada de los gestores del Plan Reviu: «Cogimos el coche y vimos que el pueblo era precioso. Las condiciones nos gustaban. Presentamos todos los papeles y al final ha podido hacerse», comentó. «Desde hace cuatro años pensamos en vivir en un pueblo. También nos llamaron para llevar un supermercado en Coves de Vinromà, pero los números no nos salieron», expusieron.
«Sin bar somos un cementerio»
Francisco Giner es el actual alcalde de Beniatjar, que en las últimas estadísticas oficiales roza los 220 vecinos. Ayer confirmó que el consistorio ha desembolsado cerca de 8.000 euros para reacondicionar el local: «Un pueblo de nuestras características sin bar es un cementerio. Es el centro social al que va a reunirse la gente, es preciso que dispongamos de uno». Comentó que un primer concurso quedó desierto, por lo que recibieron la llamada del programa Reviu contra la despoblación: «Se presentó esta pareja y, de momento, las impresiones son muy buenas. Estamos encantados. Dicen que buscan un trabajo y calidad de vida y aquí tendrán las dos cosas. El contrato es por un máximo de cinco años, pero si podemos se quedarán muchos más», argumentó el primer edil.
«Los anteriores dueños cerraron porque decían que había bajado el negocio. Llevo varios años de alcalde y mi principal problema es el bar. Cada dos años he de buscar quién lo lleve», apostilló.
