Millares se vuelca en la reapertura de su bar más longevo

El anuncio de los propietarios buscando nuevo arrendatario tras el cierre del histórico establecimiento recibe un aluvión de interesados de toda España

El Bar La Plaza, el más antiguo de Millares.

El Bar La Plaza, el más antiguo de Millares.

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Para un municipio montañoso con 338 habitantes censados que en 25 años ha visto esfumarse a la mitad de su población, el cierre de un bar puede significar un acontecimiento fatal.

Pero afortunadamente en Millares no hay espacio para el derrotismo. La resiliencia demostrada por sus vecinos le valió al municipio hace escasos días un premio por su lucha contra la despoblación a través de la puesta en marcha de incentivos para atraer a familias foráneas. Y ahora todo el pueblo se está volcando para ayudar a los propietarios a encontrar un nuevo arrendatario que vuelve a dar vida al Bar La Plaza, una tasca casi centenaria e icónica en la localidad que lleva cerrada desde principios de año.

En 2020, un matrimonio de Alaquàs llegó a Millares para reabrir el negocio hostelero con más solera e historia del pueblo, aquel que más tiempo ha estado sirviendo cafés pese a sus periodos de parones temporales obligados en los que tenido que permanecer con la persiana baja, como ahora. Pero Carlos -el anterior regente- decidió abandonar el barco a finales de 2022 por la sencilla razón de que ha conseguido otro empleo con una nómina, una buena cotización y sin los apuros y quebraderos de cabeza que tenía como autónomo.

Lejos de tirar la toalla, la familia propietaria del bar, que ha ido pasando de generación en generación, ya ha recibido múltiples consultas y algunas ofertas de personas interesadas en alquilarlo de todos los rincones de España, incluidas las islas. La culpa la tiene un anuncio virtual que alude a los encantos naturales de Millares y a su pelea constante contra la despoblación y que en pocos días ha tenido una enorme repercusión, en buena medida gracias al empeño de sus vecinos en difundirlo.

"Hemos notado una muy buena acogida, estamos recibiendo muchas llamadas en las que nos preguntan las condiciones detalladas para coger el negocio", señala David Sánchez. "Se interesan por obtener más detalles acerca del pueblo, de si hay viviendas y cuánto se paga de alquiler", ahonda. Aunque Millares tiene otros tres bares, el de la Plaza es el más emblemático porque tradicionalmente ha cumplido la misión de ser el principal punto de encuentro social (era el antiguo casino), puesto que se encuentra en una zona de paso obligado para cualquiera que transite por las calles del municipio, en pleno centro neurálgico donde se celebran las ferias y mercados.

Una empresa con pros y contras

A los interesados en quedarse el bar, Sánchez no les esconde las dificultades que puede entrañar la empresa en un pueblo montañoso, alejado de los grandes núcleos, que entre semana no registra mucho movimiento. Pero también ensalza sus atractivos y las oportunidades que estos brindan por la gran cantidad de senderistas, deportistas, ciclistas, moteros y espeleólogos que visitan la localidad para descender por sus grandes barrancos, visitar sus pinturas rupestres o disfrutar de sus enormes cascadas. "No se puede comparar con un paseo marítimo, la gente tiene que tener presente que no basta con abrir la puerta del bar, sino que tienes que innovar y hacer una llamada para atraer a todos estos colectivos que vienen los fines de semana", advierte.

La familia propietaria del establecimiento ha aprovechado el cierre del servicio para ejecutar una reforma interior que pretende ampliar el espacio del salón secundario del negocio para hacerlo más atractivo y acoger a más clientes. Aún así, el bar mantiene su estética tradicional como toque distintivo. El arrendamiento está fijado en 400 euros.

El Ayuntamiento de Millares ofrece incentivos económicos a las familias que vienen de fuera y deciden establecerse en la localidad, además de poner a su disposición casas de alquiler a precios asequibles.