MATISOS DISCORDANTS

Un casco antiguo sin viviendas

Vista del casco antiguo de Xàtiva.

Vista del casco antiguo de Xàtiva. / Perales Iborra

Antonio Martín Llinares

Sin duda es una mala noticia la negativa de la Generalitat Valenciana a continuar adquiriendo inmuebles en el casco antiguo de Xàtiva en el marco del proyecto, contemplado en los presupuestos de la Generalitat Valenciana, en el año 2022, a través de la iniciativa seleccionada en los presupuestos participativos autonómicos referida a la habilitación de un parque de viviendas públicas, adquiriendo, rehabilitando y adaptando 50 casas del centro histórico de Xàtiva para ofrecerlas a un precio asequible a jóvenes menores de 35 años, y que perseguía impulsar, como estrategia, un relevo generacional en una zona con población muy envejecida, conservando el patrimonio histórico y reactivando social y económicamente este espacio urbano tradicional.

Con la esperanza de retomar este interesante proyecto para la ciudad, teniendo en cuenta que este proyecto era un elemento importante y necesario, pero que por sí solo, sin una actuación global y coordinada que incluya otros ejes de actuación, en un proceso planificado y con garantía de éxito, seguramente no será capaz de revertir la preocupante deriva hacia una mayor degradación, que ya es patente y que puede traspasar una línea de no retorno, tal vez, de lo acontecido, se puedan extraer algunas enseñanzas que traten de evitar, o al menos poner más difícil, que otros cambios de coyuntura, política u opinión malogren de nuevo el avance y consecución del loable objetivo de repoblar y dinamizar el malogrado casco antiguo de Xàtiva.

Entre ellas, estaría la implementación de un procedimiento administrativo, con una convocatoria pública, ad hoc que permitiera optar a toda aquella persona interesada en que la Generalitat pudiera adquirir un inmueble de su propiedad, cumpliendo una serie de requisitos establecidos en la misma, y respetando los principios constitucionales administrativos de igualdad y publicidad. Tal vez ello hubiera dotado al proyecto ahora malogrado de mayor seguridad jurídica y hubiera sido más difícil de tumbar como se ha hecho. Teniendo en cuenta, según la noticia publicada esta semana en este diario, que existen a la venta más de 250 viviendas en el centro histórico de Xàtiva, la argumentación esgrimida por los antiguos responsables de vivienda de la Generalitat para no realizar esta convocatoria y en cambio «bajar a la calle a buscar los inmuebles porque no vienen solos (sic)» se cae por su propio peso. La buena voluntad, que cabe valorar, de una asociación ciudadana con su intensa búsqueda y elaboración de un listado de inmuebles puede presentar bastantes lagunas administrativas. Otro tema a debatir sería la falta de agilidad de una administración autonómica, lastrada por una sistémica falta de personal y medios, —el proyecto se inició en el año 2022—, y en este punto entraría en juego el factor del necesario liderazgo del ayuntamiento, con su máximo responsable a la cabeza, y que en este caso se ha echado de menos, exigiendo e insistiendo ante las administraciones, ya sea la autonómica o la provincial. Esta proactividad no puede ser sustituida por la acción, reiterando que es muy meritoria, de impulsar desde la sociedad civil la necesidad de esta actuación. Los poderes públicos locales, ya con el proyecto en la esfera política-administrativa han de coger, de manera valiente y capaz el testigo y abanderar la exigencia. Sorprende en ese sentido la fotografía de un representante de la asociación, junto al alcalde de Xàtiva, en la reunión con la directora general autonómica en la que se abordó la decisión política-ejecutiva de no continuar con el proyecto.

Así, sin noticias del retrasado Plan Especial de Protección del conjunto histórico-artístico de Xàtiva, con la opinión de arquitectos locales sobre la necesidad y oportunidad de crear un parque público municipal de vivienda en la ciudad, la triste realidad es que desde hace decenios los ayuntamientos setabenses, de uno y otro signo, no se han significado con decidida voluntad en fomentar la vida en el casco antiguo. Tal vez es ya tiempo de cambiar esa dinámica, como estrategia conjunta de ciudad.

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