El trabajador valenciano ya recupera poder adquisitivo, aunque a menor ritmo que la mayoría de España

La subida de los salarios en la autonomía, que en lo que va de año se sitúa en el 2,67 %, permite superar en siete décimas los registros inflacionarios después de que en junio el IPC general bajara hasta el 1,9 %

Un camarero trabajando en un bar de València.

Un camarero trabajando en un bar de València. / Miguel Angel Montesinos

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

Tener un trabajo, pero ver cómo la subida continuada de los precios ahoga tu economía familiar haciendo que tu capacidad de compra disminuya. Esa es la situación que durante meses han venido experimentando los valencianos ante un alza de la inflación que llegó a rozar el 11 % el pasado año, pero que en junio ha logrado moderarse considerablemente, hasta el 1,9 %, según los datos dados a conocer este pasado miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Eso ha permitido que, por primera vez en bastante tiempo, se pueda hablar ya de una recuperación de un poder adquisitivo que fue muy golpeado especialmente durante la última parte de 2021 y 2022, más aún ante el progresivo final de los ahorros del que han venido alertando desde los comercios. Todo esto, eso sí, con un matiz. Esta mejora económica que se está viviendo por fin en la autonomía viene a menor ritmo que en la gran mayoría de territorios de España.

Porque a pesar de que la inflación general se sitúa con ese 1,9 % en el mismo dato que la media nacional, la realidad es que los aumentos salariales que se han venido aprobando hasta junio en la Comunitat Valenciana están prácticamente a la cola de España. Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo, la revalorización de sueldos en los 218 nuevos convenios colectivos firmados en la autonomía ha sido de media del 2,67 %. Rebajándole a este porcentaje el alza inflacionista, se queda en una mejora de algo menos de ocho décimas, una de las más bajas de todo el país.

Dos empleados de la construcción en una obra en València.

Dos empleados de la construcción en una obra en València. / Levante-emv

En el vagón de cola

No en vano, solo Murcia -con 0,65 puntos entre un alza salarial que se encuentra a la cola de España (2,45 %) y su inflación (1,8 %)- y Canarias -la única autonomía que no recupera poder adquisitivo al mantener un IPC aún en el 3,9 %- presentan un balance peor que el valenciano. La media nacional, aplicando esta fórmula, se encuentra en un alza de 1,3 puntos y muy por delante se encuentran las mejoras de Galicia (2,06 puntos de diferencia entre salarios e inflación), Navarra (2,11), País Vasco (2,48) y Aragón, que con el segundo incremento salarial más alto en lo que va de año (un 4,56 %) y los precios en la subida más baja del país (un 1,1 %), abre una brecha de 3,46 puntos entre ambas magnitudes.

Asimismo, hay que tener en cuenta cómo pueda seguir mejorando este aspecto -si no hay nuevos golpes inesperados- con el impacto de las subidas salariales pactadas a inicios de mayo entre patronal y sindicatos hasta 2025. En concreto, este pacto -que sirve como referencia, es decir, no resulta vinculante para cualquier convenio colectivo que se negocie- contempla alzas del 4 % para este año y del 3 % tanto para 2024 y 2025. A ellos se suma una subida extra del 1 % que depende de cómo evolucione la inflación.

Billetes y monedas, en una imagen de archivo.

Billetes y monedas, en una imagen de archivo. / EUROPA PRESS

Gastos aún altos

En el horizonte, la importancia de esta recuperación de poder adquisitivo entroncará con una realidad en la que habrá gastos que todavía tardarán en dejar síntomas positivos. Son casos como la vivienda -que en enclaves como València ya roza los 3.000 euros el metro cuadrado, mientras las hipotecas siguen encareciéndose con el euríbor en el 4,1 %- o una cesta de la compra cuyo precio de los alimentos sigue un 9,9 % más cara que hace un año y donde productos como el azúcar incluso superan el 41,8 % de subida interanual. Tocará esperar a su evolución.

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