AUTOMÓVIL

Ford Almussafes deberá abordar un gran Erte o un ERE antes de la llegada del nuevo modelo

En el sector se aventura que la aparición del futuro vehículo en la planta valenciana puede tardar dos años, un horizonte temporal en el que solo estará en fabricación el Kuga, que resultará difícilmente aguantable sin un nuevo expediente temporal o definitivo

UGT ha pedido la activación del 'Mecanismo RED', una vía creada para favorecer la flexibilidad interna de una empresa

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo. / Perales Iborra

Ford Almussafes ya sabe que junio será un mes importante para su futuro. Será, no en vano, el momento en el que está previsto que la multinacional del óvalo dé a conocer todos los detalles del nuevo modelo multienergía con el que contará la planta, un coche vital para la supervivencia de una fábrica que -tras el retraso sin fecha de la electrificación inicialmente prevista- desde esta semana se ha quedado solo con un único automóvil, el Kuga, en producción. Sin embargo, a pesar de que se conocerá en junio esta asignación que -como explicaba el pasado miércoles el principal sindicato en la factoría, UGT- resuelve "el principal problema que teníamos", aún quedarán asuntos clave por perfilar. Entre ellos, la manera en la que la fábrica aguanta hasta que ese modelo esté en marcha en Almussafes.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo. / Miguel ángel Montesinos

Porque, según han venido reflejando diversas fuentes del sector a este diario en los últimos días, la aparición de ese vehículo -y, con él, el necesario impulso productivo- no se dará hasta dentro de dos años al ser este un modelo "completamente nuevo". Un plazo largo a superar -con una carga de trabajo netamente inferior a la necesaria para sostener una plantilla como la que poseen las instalaciones valencianas, que cuenta hoy con alrededor de 4.600 trabajadores- que obligará a tomar una nueva decisión a la firma, con la aplicación de un Erte de grandes proporciones o de un nuevo ERE como vías más probables.

El Erte, menos dañino

El primero de esos caminos sería el más beneficioso para la plantilla, ya que no implicaría recurrir a nuevos despidos dentro de la planta y, del mismo modo, evitaría tener que volver a contratar de nuevo cuando el coche prometido -y su carga de trabajo- sea una realidad. Debido a este motivo menos dañino por su carácter temporal, esta ha sido una acción que se ha venido aplicando frecuentemente en los últimos tiempos de la planta. Tanto es así que es la fórmula pactada entre UGT y la dirección de la planta desde hoy y hasta el próximo 20 de junio, afectando a cerca de 2.300 personas en sus días más complicados productivamente.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo. / Miguel ángel Montesinos

No obstante, su aplicación durante tanto tiempo entroncaría con un problema. Y es que tras haberse aplicado Ertes continuados estos últimos meses -un mecanismo con el cuál se consume una parte del derecho por desempleo que tiene cada trabajador- en Almussafes, la plantilla tendría agotado ya ese ingreso por paro -de dos años en total- cuando el coche llegara a la fábrica en ese previsible 2026.

Debido a este hecho, se entiende que desde el sindicato UGT haya reclamado a las administraciones la necesidad de activar "cuando llegue el momento" el conocido como 'Mecanismo RED'. Una iniciativa, ofrecida por el Gobierno para favorecer la flexibilidad interna de las empresas -que ya fue pedida por la misma central a finales de 2022, cuando la crisis de suministros mantuvo a la fábrica en otro Erte durante años-, que se puede solicitar mediante dos modalidades: cíclica o sectorial. Para la primera, según apuntó durante su creación la secretaría de Estado de la Seguridad Social, se requeriría como motivo "una caída transitoria" de la demanda "por causas macroeconómicas" y, para la segunda, que sea un problema que afecte a todo un sector productivo. Dos caminos, a priori, de incierto encaje con el caso de Ford Almussafes.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo.

Producción de vehículos en Ford Almussafes, en una imagen de archivo. / Perales Iborra

La vía más difícil

Por eso, de no poder completarse este camino menos doloroso, la factoría se vería abocada a tener que negociar un nuevo ERE, una realidad que a día de hoy - y al menos hasta conocer los detalles del nuevo modelo que marcarán cuál será el excedente de trabajadores- no estaría sobre la mesa. De confirmarse a futuro, eso sí, su impacto sería un golpe más dentro de una planta que ha perdido cuatro de sus cinco modelos en un plazo de dos años y que, además, ha vivido hasta tres expedientes de regulación de empleo desde 2020, el último de ellos -el más severo- suponiendo la salida de más de 1.100 trabajadores y dejando su plantilla en su mínimo histórico.

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