La fiebre por vestirse en Fallas dispara el trabajo en los talleres y las ofertas de alquiler de trajes

El censo vive un último repunte de cara a la Ofrenda y se acerca a las 110.000 personas

La fiebre por vestirse en Fallas dispara el trabajo en los talleres y las ofertas de alquiler de trajes

La fiebre por vestirse en Fallas dispara el trabajo en los talleres y las ofertas de alquiler de trajes / moisés domínguez. valència

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Se busca traje de fallera casi desesperadamente. Y alguno de fallero. Y por eso, todos los recursos están en marcha. Si los talleres y tiendas están, en estos momentos, en la temporada alta, altísima, los ofrecimientos a través de plataformas de alquiler también multiplican su tráfico. Lo que ambas tendencias ponen en evidencia es que, tras la pandemia, la ola con la indumentaria tradicional sigue siendo ascendente.

Que las tiendas tradicionales estén a tope entra dentro de la lógica del calendario, pero que, con notable frecuencia, se haya leído en redes sociales, la pasada primavera, el mensaje «cerrada agenda para 2024» también es señal de que la crisis sanitaria se ha superado. La sensación general es que el sector, sobre el que rondó la sensación de drama, -se articuló la campaña «Salvem la indumentaria»- ha remontado. Sin locuras, pero funciona y funciona bien. Pero junto a este sistema de compraventa normal, los portales de internet han multiplicado su oferta. Hay tiendas especializadas en el alquiler; incluso tiendas tradicionales tienen línea de cesión por un día. Y también están las plataformas digitales y redes sociales, donde el mercadeo local crece.

El taller de Flor d'Aigua Flor de Cotó también trabaja a destajo estos días

El taller de Flor d'Aigua Flor de Cotó también trabaja a destajo estos días / M. Domínguez

Ganas de estrenar

«Este sector va totalmente a la suya. Nada tiene que ver que el mundo de la moda o el pequeño comercio vaya mal: la indumentaria, en estos momentos , está en alza» reconoce Alejandro Moliner, responsable de la firma Álvaro Moliner. «La gente está con ganas de estrenar. No sigue ni rachas económicas. Va por libre. Teníamos buenas perspectivas, pero quizá no tanta». Tanto es así, que los tejedores no paran sus telares a pesar de que, en principio, ésta ya es su temporada baja. «Los espolines, por ejemplo, están encargándose ya para 2025 y en cualquier momento puede estar cerrado el cupo».

Guillermo Expósito y Javier Belenguer lo ven todos los días en el taller de Flor d’Aigua-Flor de Cotó. Para ambos, el problema no es el alquiler. «Son más los talleres ilegales, la gente que aprende a coser un poco, monta el garito en casa y compite deslealmente con los que tenemos tienda abierta». Pero «la gente tiene ganas. Ha ahorrado o prefiere hacer sacrificios con tal de disfrutar de las Fallas. Hay mucha gente para la que es una forma de vivir».

Wallapop también publica ofertas

Wallapop también publica ofertas / RLV

El censo puede llegar a los 110.000 por el "efecto Ofrenda"

El movimiento crece a última hora porque llegan los falleros «exprés». El concejal Santiago Ballester asegura que si el 31 de diciembre había 106.000 falleros «ahora podemos estar en 110.000, que son los que se apuntan para la Ofrenda. Imagino que ahí hay mucha gente que está buscando indumentaria sea de la forma que sea».

Para Alex Moliner, las plataformas de alquiler no es una competencia dañina. «El que se viste de alquiler sabe a lo que va. Estamos hablando de algo muy puntual. De alguien que no tiene ahora ropa o que acaba de apuntarse. Pero puede ser el primer paso para, al año siguiente decidir dar un salto y comprarse ya uno propio».

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