El ayuntamiento se ve obligado a desenredar el conflicto de competencias entre Fiestas y Fallas

La Junta de Gobierno ha tenido que formular la delegación de competencias que se tienen que repartir los concejales de Fiestas y Tradiciones por un lado y Fallas por otro. O, lo que es lo mismo, Mónica Gil (Vox) y Santiago Ballester (PP) por otro. Un punto que el Grupo Municipal Compromís se atribuye como una victoria después que fuera esta formación la que reclamara a la Secretaría General un informe legal porque habían detectado que "el regidor de Fallas, Santiago Ballester, estaba firmando documentos en base a competencias delegadas expresamente a la regidora de Fiestas y Tradiciones".

El informe pone en evidencia que no existe una separación exacta de las competencias, sino que Fallas ha asumido toda suerte de actividades de la delegación de Fiestas. Cuando María José Catalá dio entrada a Vox en el equipo de gobierno, surtió a sus cuatro ediles de diferentes delegaciones. Dentro de ese reparto, la concejalía de Fiestas (la antigua Cultura Festiva) que detentaba Santiago Ballester se dividió en Fallas por un lado y "todo lo que no son Fallas" por otro. Sin embargo, desde el primer minuto empezó a quedarse en evidencia que el aparato organizativo fallero asumía eventos de Fiestas. Incluyendo, entre los más llamativos, la Pirotecnia, lo que les hacía intervenir en fiestas como el Corpus, Semana Santa, San Vicente o la Virgen.

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"Recomendable clarificar las competencias"

"En su informe, además, el secretario considera “recomendable” clarificar las competencias entre una y otra concejalía y se comprometió a trasladarlo así a la alcaldía que finalmente ha procedido a corregir las competencias en la Junta de Gobierno" asegura el edil Pere Fuset. "la distribución de competencias entre los dos regidores de la antigua Cultura Festiva, además de no tener ninguna lógica, no estaba legalmente definida de lo cual se podrían derivar problemas legales como el que hemos detectado", por lo que lo considera "un reparto de cromos que han hecho PP y Vox con las fiestas valencianas". 

Con esta redefinición, Fallas gana mucho espacio competencial. Realmente, lo gana sobre el papel, puesto que, en la práctica, ya lo estaba haciendo.

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Lo que se encarga Fiestas

Textualmente, Fiestas se encarga de "autorizar las ocupaciones temporales del dominio público de sillas, palcos o análogos en las festividades de la Virgen, el Corpus, la Gran Feria de València (Conciertos de Viveros, Gran Nit y aquellos eventos no atribuidos a la Delegación de Fallas), actividades navideñas relacionadas con las fiestas tradicionales de la ciudad de València y la Cabalgata de Reyes", así como autorizar "la instalación de espacios temporales de alimentación y bebida en los espacios de actividad incluidos en la programación de la Gran Feria de València (Conciertos de Viveros, Gran Nit y aquellos eventos no atribuidos a la Delegación de Fallas).

Lo que se encarga Fallas

Fallas, por contra, asume toda la ocupación de dominio público en Fallas. De la Gran Fira asume los Jardines del Palau (tanto las sillas como la gestión de los quioscos), Batalla de flores y Sopar de la Punxà. También toda la pirotecnia municipal a excepción de la de las pedanías -las fiestas patronales de los pueblos-. 

Había que convalidar los contratos

De su informe Fuset considera que "ante la invasión de competencias de la concejalía de Fallas sobre las correspondientes a la concejalía de Fiestas, relativas a la autorización de kioskos/bar de la Gran Feria de Julio, se desprende que será necesaria una rectificación de la Junta de Gobierno Local en forma de convalidación para dar validez legal al proceso". A la vez que hurga en la cuestión de Fiestas: "nadie sabe ya a que se dedica una regidora de fiestas que no gestiona ni sus propias fiestas y que cada vez tiene menos competencias a pesar de su elevado sueldo, ni entiende qué hace una concejalía de fallas gestionando cosas de la Semana Santa Marinera”.